Image: Miguel Ángel Piris

Image: Miguel Ángel Piris

Ciencia

Miguel Ángel Piris

“Sólo acabar con el tabaco evitaría 60.000 muertes tempranas al año por cáncer”

14 enero, 2011 01:00

Miguel Ángel Piris. Foto: Facundo Pechervsky.

La nueva ley antitabaco ha vuelto a poner de actualidad una de las enfermedades más estrechamente relacionadas con este hábito: el cáncer. Miguel Ángel Piris, del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas, dedica sus trabajos a desentrañar sus claves moleculares.

El equipo del CNIO de Miguel Ángel Piris (Zaragoza, 1952) dedica todos sus esfuerzos a entender mejor la complejidad de las células cancerosas. En estos momentos, aplica sus estrategias especialmente a los linfomas, "un tipo de neoplasias donde históricamente se han generado los paradigmas que después se han trasladado a los denominados tumores sólidos, más frecuentes pero peor conocidos". Unido al CNIO prácticamente desde que abrió sus puertas, Piris se ha convertido en uno de los investigadores de referencia tanto de la institución en la que trabaja como de la enfermedad a la que ha dedicado gran parte de su carrera científica.

-Debido a la complejidad del cáncer, ¿exigen los estudios una gran especialización?
-Bueno, aún no entendemos bien su complejidad molecular y celular. A medida que aumente nuestro conocimiento podremos tratar mejor a los pacientes. Para avanzar requerimos especialistas en nuevas disciplinas -como la genómica del cáncer o la bioinformática- y al mismo tiempo fomentar la integración, es decir, poner juntos los conocimientos generados en áreas diversas, contando con los gobiernos, las instituciones académicas, las compañías farmacéuticas, los grupos clínicos cooperativos e identificando prioridades comunes.

La curación avanza

-¿Pueden verse los resultados de las investigaciones en la clínica a corto plazo?
-Algunos pacientes ya se benefician de los avances en la investigación del cáncer. El progreso es lento y a veces cuesta percibirlo, pero la tasa de curación avanza. Por ejemplo, desde 1900 al 2000, en el último siglo, la tasa de pacientes curados de cáncer (remisión completa después de cinco años) ha aumentado del 5% al 55%. Nuevas drogas, generadas a partir del conocimiento sobre la patogenia molecular del cáncer, se usan con éxito en diversos tipos de cáncer. Aún estamos aprendiendo cómo funcionan las células cancerosas, cuál es su grado de plasticidad, cómo interaccionan entre sí los diversos genes mutados, y si existe o no un talón de Aquiles que nos permita intervenir con precisión.

-¿Qué importancia tiene un diagnóstico preciso a la hora de afrontar la enfermedad?
-Máxima. Toda nuestra estrategia diagnóstica y terapéutica está basada en la presunción de que el diagnóstico clasifica los pacientes en grupos que se benefician de un abordaje terapéutico específico. Existe un gran número de herramientas terapéuticas ya aprobadas para su uso -o aún en desarrollo-, como cirugía, radioterapia, quimioterapia e inmunoterapia. Cada una de ellas incluye un abanico de opciones. Piense que actualmente hay cerca de 800 nuevas drogas evaluadas en ensayos clínicos de cáncer. El diagnóstico molecular provee el sistema de asignación de terapia e identifica a los pacientes que pueden beneficiarse de una u otra. Esto constituye la llave de la terapia personalizada del cáncer.

-¿Se puede entonces seguir protocolos concretos en cada caso?
-Este es el reto, identificar los diversos tipos de cáncer y asignar la terapia adecuada a cada uno. Decimos que probablemente existan más de 200 formas comunes de cáncer, pero esto es sólo una estimación usando una forma de clasificación del cáncer basada en el órgano y tejido de origen. Piense que sólo en el ámbito de los linfomas y leucemias -un área donde nuestros conocimientos moleculares impregnan el diagnostico y la terapia- reconocemos la existencia de cerca de 100 diferentes tipos de neoplasias. La diversidad biológica y clínica del cáncer está siendo mayor de lo esperado; desentrañarla es imprescindible para mejorar las posibilidades de curación.

-¿Puede ya detectarse el cáncer en su fase más temprana?
-Hay que distinguir entre el diagnóstico clínico y el diagnóstico molecular. En general, presumimos de que las formas clínicas tempranas de cáncer se benefician de intervención terapéutica precoz. Por ejemplo, hay estudios que demuestran que la intervención precoz en cáncer de mama mejora la probabilidad de supervivencia, aunque hay matices en otros órganos que requieren estudios confirmatorios posteriores, ya que aún no sabemos si esto es aplicable a todas las formas de cáncer y en todos los órganos.

Alteraciones cromosomáticas

-¿Cuál es el protocolo en el caso del diagnóstico molecular?
-Todos los adultos tenemos células con alteraciones cromosómicas y mutaciones que pueden llevar a la formación de cáncer. Algunas formas tienen una historia molecular muy larga, desde los primeros años de vida. Es una historia mucho más larga que la historia clínica del tumor. Cuando el tumor se detecta clínicamente, cuando el paciente tiene síntomas derivados del tumor, el cáncer ha alcanzado ya una fase muy avanzada en su evolución, producto de múltiples mutaciones. Así que ahora tenemos que saber cuál es el momento más adecuado para la intervención en la historia molecular del cáncer.

Si intervenimos demasiado pronto, puede ser que esto sea innecesario, que estemos interviniendo sobre personas normales con un bajo riesgo de desarrollar enfermedad, como por ejemplo ocurre con la linfocitosis B monoclonal, una alteración analítica frecuente que precede a la leucemia linfocítica crónica, que actualmente no es tratada, se considera que no requiere terapia. Del otro lado, la terapia molecular dirigida contra dianas seleccionadas puede fracasar en formas avanzadas de cáncer caracterizadas por la presencia de múltiples mutaciones concurrentes. La investigación debe determinar cuál es el momento adecuado para la terapia en cada tipo de cáncer. Por ejemplo, ya existen protocolos clínicos precisos para intervención en personas sanas con riesgo incrementado de cáncer de mama familiar debido a mutaciones de BRCA1 y BRCA2. Pero para la mayoría de los marcadores moleculares tempranos de cáncer todavía es necesaria una mayor investigación.

-¿Cuál es el aspecto más importante de la prevención?
-Reducir la exposición a agentes carcinogénicos, como el tabaco, la radiación solar... Sólo acabar con el tabaco evitaría 60.000 muertes tempranas al año, en España, no sólo por el cáncer de pulmón. Los cambios en el estilo de vida pueden tener un rápido reflejo en la supervivencia por cáncer.

-¿Qué papel juegan los patrocinios en estos momentos?
-El dinero público, con crisis o no, es limitado por definición. Uno de los mayores déficits en la financiación de la investigación en España es el de los patrocinios. Estas iniciativas necesitan aumentar en cuantía y estabilidad. La sociedad debe ser consciente de que la inversión en investigación biomédica, además del obvio retorno clínico, determina el futuro de los países, su capacidad de generar riqueza y de competir internacionalmente.

Proyección internacional

Dos instituciones de referencia, la Fundación Banco Santander y el CNIO, han firmado un convenio para atraer a nuestro país a jóvenes investigadores británicos a través de un Programa Postdoctoral que cuenta con el apoyo de la Science and Innovation Network. Los candidatos procederán de prestigiosos centros de investigación del Reino Unido. "El acuerdo contribuye a fomentar las relaciones de intercambio de conocimiento hispano-británicas en un campo tan vital como la ciencia", señala Antonio Escámez, Presidente de la Fundación Banco Santander.