M. Cantó
EFE
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El Museo del Louvre de París, el más visitado del mundo con casi 9 millones de visitantes al año, se mantendrá este miércoles cerrado al público tras la extensión de la huelga de sus trabajadores, que se ha iniciado el lunes, anunciaron los sindicatos.

El museo estuvo cerrado también este martes, pero no concretamente por el paro, sino por tratarse de la jornada semanal de descanso de la institución.

Los sindicatos han pedido a la ministra de la Cultura, Rachida Dati, que renuncie a los recortes presupuestarios y exigen que ese dinero se dedique al mantenimiento del museo y no a la prevista renovación del inmenso edificio, que a su juicio no mejorará las condiciones generales del establecimiento.

Según los representantes de los trabajadores, Dati, que recibió hace unos días a los sindicatos, no ha hecho las concesiones suficientes.

Los sindicatos tienen en su punto de mira a la actual directora, Laurence des Cars, a quien acusan de priorizar los grandes fastos en lugar de afrontar la necesaria rehabilitación del museo.

Precisamente, Des Cars se enfrenta a una nueva comisión parlamentaria este mismo miércoles por la tarde, en la Comisión de Asuntos Culturales de la Asamblea Nacional francesa.

Esta huelga en el Louvre se produce en un contexto de una fuerte controversia por el estado vetusto de algunas de sus instalaciones y por el robo de joyas de la corona de Francia que sufrió en octubre.

Fuentes del Ministerio de Cultura dijeron a Le Figaro que lo peor para el museo ahora sería que cerrara varios días seguidos.

Además del coste de una huelga (400.000 euros al día) y la previsible decepción de los turistas, el impacto simbólico sería desastroso.

La institución no deja de acumular reveses, ya que el pasado 27 de noviembre resultaron dañados varios cientos de libros antiguos por una inundación causada por la avería de unas tuberías sobre las que se conocía su estado vetusto en la biblioteca de antigüedades.

El 17 de noviembre, el museo cerró un espacio de oficinas y, por precaución, una galería de antigüedades griegas que se encuentra debajo, tras haber detectado problemas de fragilidad en algunas de las vigas de esa zona del complejo.

Pero lo que ha generado más polémica en las últimas semanas es el espectacular robo del que fue víctima el 19 de octubre, en el que un grupo de ladrones que accedieron con un montacargas a la galería de Apolo en pleno día se llevaron joyas de la corona de Francia.

Los cuatro supuestos miembros del comando han sido detenidos, pero las joyas no han podido ser recuperadas.