Nos alegra encontrarnos con una feria fresca, madura y diversa, compuesta por 219 galerías de 36 países en 30.000 metros cuadrados. Parece difícil de abarcar, pero para eso estamos nosotros. Recién aterrizados del viaje.

Cada año hay un artista con una exposición mayor y este es el año quizá sea el de Jaume Plensa, presente en varios de los stands tanto privados como corporativos, en escultura y obra gráfica. También podrán encontrarse con la geometría abstracta de hermosos Palazuelos que se encuentran repartidos por el espacio ferial. 

Nada más entrar en el pabellón 9 nos recibe el duo project de Miquel Barceló y Ai Weiwei de la mano de Elvira González que evoca un retorno al mundo natural. Les recomiendo que bajen por el primer pasillo, el 9C, donde encontrarán una preciosa pieza de Julio LeParc en Albarrán Bourdais, Sphère Jaune, de 2018, una composición de fragmentos de metacrilato amarillos que tiñe el lugar donde se encuentra. Le Parc está ahora en exposición en su sede de la calle Barquillo, parada obligatoria en la ciudad; también la pieza de Fernando Sánchez Castillo de Navalni —el gran opositor de Putin que después de ser envenenado, encarcelado injustamente y torturado en prisión, muere tras 37 meses de encarcelamiento—, haciendo un corazón puede volverse icónica.

Más abajo Sabrina Amrani con una selección de las bellísimas piezas de Josep Grau Garriga, :mentalklinik y Carlos Aires —con exposición en la galería de Carabanchel—, quien es el responsable de sacar los tapices de los telares en los años 70 y romper su tradición mezclándolo con otras disciplinas como la pintura.

Nos cuenta Pedro Goghlke, responsable de ferias de Amrani que “ARCO es una feria donde los coleccionistas se lo piensan mucho” y que la feria de Madrid destaca porque “no es puramente comercial, aquí los artistas pueden desarrollar proyectos que en otras ferias, como podría ser Hong Kong, es mucho más difícil”.

Como algunos de los stands destacables, aunque hay varios, el de Adelaide Cioni de Bologna donde los lienzos parecen estar flotando en una cuadrícula, en Sylivia Kouvali la instalación de mochilas danzarinas de Liliana Moro o Moises Perez de Albéniz con un precioso Grip Face y un gran lienzo de Nico Munuera.

En Fermay una apuesta única por Damaris Pan, que el año pasado ganó el premio BMW de pintura por integrar una cierta materialidad escultórica en su obra y en su pintura. Sus dibujos alrededor de 1.300 euros son una opción interesante.

Más abajo Senda presenta un asombroso mural fluorescente de Peter Halley, junto a un Plensa, un Yago Hortal y unas preciosas cerámicas de Glenda León realizadas en japón que representan la trascripción en 3D de ciertos sonidos de la naturaleza.

Cruzando la calle llama nuestra atención Max Estrella con unos bellos ojos azules, que, como las pinturas fantasmales del Renacimiento, persiguen al espectador al moverse, de Rafael Lozano-Hemmer titulada Binocular tensión, 1992-2025. En Espacio Mínimo un inquietante lienzo de Juana González titulado Árboles, lectura, juegos que se pueden llevar a casa por 15.500 euros y los afiladísimos cartoons de Pablo Helguera que son una delicia retratando los conflictos y contradicciones del mundo del arte.

En Lelong, Plensa otra vez y unos interesantes gravados de Palazuelo que rondan los 3.000 euros, entre otras piezas. El stand de Travesía Cuatro es especialmente bello y equilibrado, con piezas de Álvaro Urbano, Ana Prata, Asunción Molinos Gordo, Donna Huanca.

Justo enfrente Erhardt Flórez con varias propuestas interesantes: June Crespo: con expo en la galería, dos enormes lienzos de Secundino Hernández de 135.000 euros cada uno, una instalación de David Bestué y un projecto compartido con la galería Meyer Riegger con Julia Spínola y Katinka Bock.

No se pierdan una de las piezas más espectaculares de la feria en Carlier Gebauer. Un lienzo cosido línea a línea, puntada a puntada por Kyungah Ham: un mensaje en clave codificado para trabajadores de Corea del Norte, de manera ilegal y camuflada junto a unas bellas plantas sometidas a electrólisis de Leonor Serrano Rivas, también con exposición en la galería.

En Parra y Romero un precioso David Magán de 120.000 euros y en Perrotin, podrán ver una icónica pieza de Sophie Calle, una serie de sus habitaciones de hotel fotografiadas con las pertenencias de sus huéspedes. Además de un lustroso Takashi Murakami que, después de que Louis Vuitton haya relanzado su colección, le auguramos una compra rápida.

Si siguen por el pasillo verán la magnífica Cayón con unos Palazuelos impresionantes y una pieza de Carlos Cruz Diez de geometría abstracta titulada Physichrome 1756B. La flores de Marina Núñez brillan en RocíoSantaCruz.

El stand de Fernandez Brasso también va con todo, Soledad Sevilla, unos preciosos Alfonso Albacete, Palazuelo, Miró, Broto, Sicilia y Zóbel, artistas destacados del siglo XX. 

En Guillermo de Osma no se pierdan el precioso cuadro de María Blanchard, un bodegón único de grandes dimensiones, una rara avis, ya que ella no trabajaba en formatos tan grandes debido a sus problemas de espalda, y por supuesto, la caretas flotantes de Maruja Mallo, una pieza muy especial, rara y maravillosa, no se olviden de pasar por los Dis Berlin, que les hará sentir que están dentro de una peli de Almodóvar.

En el stand de Helga de Alvear, con piezas compradas por la galerista en distintas ediciones de ARCO, han situado un pequeño memorial con su foto, un cesto de mandarinas y un libro de firmas en el que el visitante puede dejarle mensaje por escrito. Este miércoles la feria le dedica un aplauso homenaje a las 10:45 horas.

Cabe mencionar el estupendo trabajo de selección del programa Opening, cuyos stands destilan identidad y originalidad, por otro lado Wametisé: ideas para un Amazofuturismo, la sección central de la feria, declinando topicos amazónicos. Al margen de eso celebramos una feria que apunta a convertirse en una de las ediciones más interesantes de los últimos años.