Cristina Lladó
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La crítica y reivindicación política utiliza el arte como medio para expresar las inquietudes de los artistas o para denunciar abusos de poder, como demuestran buen número de obras presentadas en la feria de Arte Contemporáneo ARCOmadrid.

Una de las obras que más ha llamado la atención es un lavavajillas cargado de platos con rostros de políticos como el presidente de Estados Unidos, Donald Trump y su asesor Elon Musk; el presidente de Argentina, Javier Milei, o la primera ministra italiana, Giorgia Meloni. La obra, titulada White Washing (o Blanqueamiento), del artista Eugenio Merino, está a la venta por 25.000 euros en la Galería ADN.

Junto a ella, destaca otra obra compuesta por fotografías de activistas negros mirando desafiantes a cámara y portando pancartas con lemas como “Da una oportunidad a la violencia”, “Devastemos las avenidas en las que viven los ricos” o “No somos vuestros esclavos”.

Muy impactante también la obra que la fotógrafa y Premio Nacional de Fotografía 2024, Laia Abril, presenta en la Galería Set Espai d’Art, de Valencia. La artista investigó varios sucesos de supuesta histeria colectiva en fábricas textiles de Camboya y en un colegio de niñas indígenas de México como parte de su Proyecto Historia de la Misoginia.

En ARCO presenta una serie de fotografías realizadas con un collage de fotos de mujeres camboyanas desmayadas sacadas de los periódicos de la época y sobreimpresas, junto a las declaraciones con las que las autoridades pretendían explicar el fenómeno: “Se desmayan por sus sentimientos”, “Deberían comprar más pastillas o caramelos”, o “Usaban demasiado maquillaje”.

Investiga en este proyecto la enfermedad psicogénica en las mujeres, que ocurre cuando grupos de pacientes experimentan los mismos síntomas. En las fábricas textiles de Camboya miles de mujeres se desmayan sin causa aparente. Lo relaciona la fotógrafa con las fosas comunes de las matanzas de los Jemeres Rojos, donde se construyeron las fábricas. De esa manera, se conecta con un trauma intergeneracional sufrido por el sexo femenino. 

El colectivo Democracia, que obtuvo su fama principalmente durante la década de los 2000 con su arte político, nos trae una serie de fotos que representan a ciudadanos a favor de la lucha armada. En concreto, se trata del grupo New Black Panthers, que protestan contra el statu quo racial mediante el uso de la violencia.

Serie de fotos del colectivo Democracia. Foto: M. M.

Otra obra crítica es la que ha comprado la Junta de Andalucía en la galería The Ryder, de Madrid, según se indica en el stand de la feria. Se trata de una pieza del artista Miguel Benlloch, impulsor en los años 70 del Frente de Liberación Homosexual. Consiste en un mono de trabajo azul cubierto con pedazos de espejo, que recuerda a los trabajadores acuchillados durante una protesta laboral.

La artista Marina Vargas pasó por una mastectomía por un cáncer de mama. En 2022 hizo una serie fotográfica en la que muestra su cuerpo como musa. En Romper con el canon, estudio clásico de un cuerpo no normativo, diferentes artistas la rodean en estas fotografías, lo que efectúa un contraste con el canon normativo de las modelos en el arte. 

'Romper con el canon, estudio clásico de un cuerpo no normativo', de Marina Vargas (2022). Foto: M. M.

La galería Balcony presenta una obra del artista portugués Nuno Ferreira que contrapone dos portadas de periódico con el texto censurado y en los que solo se ve la cabecera, que los identifica parcialmente como los periódicos La izquierda y La derecha.

Work of Art. In the Age of Copyright Restrictions (Obra de Arte. En tiempos de Restricciones del Copyright) se titula una obra del artista Mario García Torres, que es un gran lienzo en blanco con esa frase impresa en el centro.

A esto se suma otro tipo de protestas no desde el arte sino desde la propia Feria. A las 12:30 de este mismo miércoles se han apagado las luces de las galerías en exposición durante diez minutos para reivindicar la necesidad de una bajada del IVA en el arte, que actualmente está en el 21 %