Si Kant, que escribió en el siglo XVIII La Paz Perpetua, levantase la cabeza, probablemente miraría horrorizado a otro lado. Porque la guerra, como relató Gervasio Sánchez (Córdoba, 1959) en el programa Imprescindibles de RTVE en 2020, no se puede contar. No dura una crónica, ni un fotograma. Dura todo el día, muchos años, muchas décadas.

"Llevamos en guerra 15.500 años y jamás hemos encontrado la paz. Ni la encontraremos. Porque la guerra es un puto gran negocio", asegura el fotógrafo en la inauguración de Vidas Minadas. 25 años, exposición que acoge el Círculo de Bellas Artes hasta el 21 de abril. 

El Premio Nacional de Fotografía (2009) se disculpa por su lenguaje malsonante, pero al mismo tiempo no puede evitar hablar con una honestidad brutal sobre la pasividad e inacción por parte de gobiernos, bancos y empresarios respecto a los conflictos armados. Él los conoce bien, lleva trabajando como fotoperiodista desde 1984 y fotografiando a víctimas de minas antipersona desde 1995. 

Imagen de la exposición 'Vidas minadas. 25 años'.

La exposición, que complementa al libro homónimo publicado en octubre de 2023, da voz a Manuel Orellana, Sofia Elface, Fanar Zekri, Adis Smajic, Sokheurm Man, Mónica Paola Ardila, Joaquina Natchilombo, Medy Ewaz Ali, Justino Pérez, a través de un cententar de fotografías.

Las vidas de estos civiles no solo quedaron marcadas por las guerras de los años 90 y de los 80 de nueve países del mundo, entre ellos los más minados como Afganistán, Angola, Irak y Camboya, sino por los estragos de las mismas. Porque el conflicto puede haber acabado, pero las minas siguen ahí. 

"No puedo dejar de recordar que son víctimas para siempre, una mina es para siempre", incide el fotógrafo, que ha regresado al CBA, donde exhibió uno de sus primeros trabajos sobre la guerra de Sarajevo. Lleva acercando los duros testimonios de los afectados por las minas antipersonas desde 1997, cuando presentó la primera versión del proyecto también en el Círculo de Bellas Artes, después en 2002 y en 2007.



El fotoperiodista Gervasio Sánchez presenta su libro ‘Vidas minadas. 25 años’ / Foto: David Zorrakino / Europa Press.

Vidas minadas, que tras su paso por Zaragoza y Madrid se exhibirá en Valencia, es el particular grito del fotógrafo contra "una gran injusticia", que llegó producto de una crisis personal y profesional. "A mediados de los 90 estaba harto de contar las víctimas como números", reconoce, por lo que eligió mostrar la vida después del horror con nombres y apellidos.

Es consciente de que "algunas víctimas han tenido más suerte que otras". Muchos de los protagonistas de estas fotografías eran solo unos niños cuando quedaron mutilados. Ahora ya han cumplido los cuarenta, han formado familias e intentan cada día superar el impacto emocional de lo ocurrido. En ellos, se vislumbra el intento de resistir heroicamente a las consecuencias brutales del desastre.

"En la guerra, la verdad es la primera víctima. No es una frase mía, sino de un político estadounidense de hace un siglo. Y yo siempre digo que las víctimas son la única verdad incuestionable de la guerra. Cuanto más cerca estoy de las víctimas, más cerca estoy de la verdad. Por eso siempre me alío con ellas", sostiene. 

Sokheurm Man, herido en 1996 y en 2007 junto a su padre y en 2023 junto a su hijo Enero / Foto: Gervasio Sánchez.

En la presentación de la muestra, Valerio Rocco, director del Círculo de Bellas Artes, puso en valor el papel de las instituciones ante este tipo de situaciones: "Debemos ser políticas, debemos intervenir, pero hacerlo con las herramientas que tenemos, con la cultura". 

También estuvo presente Paco Martínez, director de Marketing DKV Seguros, la única empresa que ha acompañado el fotógrafo en este proyecto. "Empecé a hacerlo con unas ONGs, pero lamentablemente han cambiado mucho y algunos las utilizan como puras empresas". 

Con su trabajo, Gervasio intenta denunciar "el soez negocio de la guerra", que no parece que vaya a terminarse. En 1997 se firmó el Tratado de Ottawa, convención sobre la prohibición del empleo, almacenamiento, producción y transferencia de minas antipersonales y su destrucción. Un tratado que los países europeos "no firmaron por motivos humanitarios, sino por motivos económicos", insiste.  

Mónica Paola Ardilla junto al río Magdalena en San Pablo / Foto: Gervasio Sánchez.

Respecto al conflicto israelí-palestino, el fotógrafo cree que "lo que están haciendo en Gaza son crímenes de estado" y que Ucrania ahora ha quedado en un segundo plano debido a ello, "pero antes le pasó a Pakistán, Yemen, muchas regiones de África o Myanmar, del que no se ha hablado jamás".



Una arbitrariedad de la que tiene mucha responsabilidad la prensa", matiza el fotógrafo, quien asegura que siente "un arrebato de indignidad" cuando ve armas españoles en el campo de batalla.

"Los primeros seis meses de 2023, el supuestamente Gobierno más izquierdista de la historia ha aumentado en una cifra récord, un 35% más, su venta armamentística. Estamos en la Champions League del mercado de armas". 

[Gervasio Sánchez: "Que no me pidan objetividad. Yo lo que busco es ser honesto"]

El fotógrafo no duda en dar un repaso político más allá de las últimas legislaturas, ya que no tiene tanto que ver con ideología ni colores, sino con seguir permitiendo y participando en el negocio de la guerra."Cuando un país permite que sus empresarios, sus banqueros y sus gobernantes hagan un negocio con la muerte, es un país inmoral".

Gervasio Sánchez reconoce que con este tipo de trabajos intenta "tocar las narices", aunque sabe que está vivo "de milagro". Sus numerosos compañeros y amigos fallecidos durante el ejercicio de su profesión se lo recuerdan cada día. También lo hace Vidas Minadas, "su anclaje moral y ético" para seguir creyendo en el periodismo y de paso, en el ser humano.