En 1797 Goya ya sufría las consecuencias de la sordera y en ocasiones tendía a aislarse en los encuentros a los que asistía y se zambullía en su propia ensoñación. Por supuesto, aprovechaba para dibujar y bocetar. Un día, en una tertulia que al parecer había organizado el IX Marqués de Santa Cruz, José Silva Bazán, cogió un papel y caricaturizó a los que acudieron a la cita. Este dibujo, Dieciséis cabezas caricaturescas y autorretrato de Goya se subasta este jueves en Ansorena con un precio de salida de 800.000 euros.

Los rostros, en su mayoría masculinos, pertenecen a abogados, juristas, frailes y personas del mundo del derecho que acudían a estas reuniones. En todos ellos se aprecia el trazo rápido, expresivo y libre de un Goya enfermo. El tono de los dibujos es jocoso, cómico incluso, y al mismo tiempo transmite rasgos de sus personalidades. En algún caso, aprecia Javier López Serrano, del departamento de Pintura Antigua y del siglo XIX de la casa de subastas, se puede apreciar el parecido de un rostro con la cabeza de un conejo. 

De la Marquesa de Santa Cruz a un librero almeriense

Parece que Goya regaló este dibujo a la Marquesa de Santa Cruz, Mariana de Wallenstein, y luego pasó por diferentes colecciones como la de la condesa de Scláfani o Fernando Sánchez de Toca y Muñoz. “Lo más reciente que se sabe es que en 1963 un librero de Almería se hizo con la colección de dibujos y de ahí pasó a los propietarios actuales, que debieron de comprar toda la biblioteca”, anota López Serrano. 

Esta pieza se dio a conocer en 1922 en una exposición que tuvo lugar en el Palacio de Sestago de Zaragoza. Desde entonces, la pieza ha aparecido en prácticamente todas las monografías importantes dedicadas a Goya. En una conferencia que tuvo lugar dentro de las actividades de la exposición Félix Boix indicó que Goya pudo hacerlo “en la tertulia a que concurría en la casa de la Marquesa de Santa Cruz, sin duda para entretener los ocios que el aislamiento, debido a su sordera le producía”.

Autorretrato de Goya en el reverso

En el reverso Goya se retrató a sí mismo cabizbajo, con mirada melancólica y baja y con aspecto descuidado, pero este no fue descubierto hasta más adelante porque “estaba enmarcado de tal forma que no se veía”. Fue en la década de los 70 cuando Rogelio Buendía “hizo un estudio más profundo y desmontó el dibujo de su marco para analizar el papel”, apunta López Serrano. “Tiene que ver con ese momento en el que Goya ya está enfermo y no puede hablar como lo hacía antaño”, añade. 

Es conocido que fue durante su segunda estancia en Andalucía, hacia 1796, cuando Goya cayó enfermo. Un año más tarde el pintor regresó a Madrid, de modo que aunque la firma que aparece, “Por Goya 1797”, no es autógrafa del artista sino que fue escrita en épocas posteriores, probablemente en el siglo XIX, sí se acepta dicha datación pues el estudio del papel verjurado con filigrana realizado por Carmen Hidalgo así lo concluye. 

Precio mínimo: 800.000 euros

No es habitual ver obras de Goya en el mercado de modo que esta subasta adquiere especial relevancia. El precio de salida y el precio mínimo de venta es de 800.000 euros. “Podría ser para una institución de Zaragoza o para un coleccionista privado pero es cierto que hay menos compradores que coleccionen pintura y dibujo antiguo en España”, comenta López Serrano. Sin embargo, el carácter universal del artista podría encajar con “un coleccionista más amplio”. Lo que parece menos probable es que se adjudique a un comprador internacional pues habría que “pedir permiso de exportación y que sea concedido”, indica. 

No abundan muchas obras del artista en el mercado aunque sí se ven “algunas que no tienen consenso suficiente para decir que es un Goya. Una con pedigrí es más complicado”, incide. En los últimos años se han añadido piezas “de la época de Zaragoza, cuando era joven y menos conocido. Pero las obras realmente conocidas e importantes están en instituciones y colecciones privadas”. Lo que dificulta que salgan al mercado.

En este caso, estamos ante una obra importante del artista, reflejo de su espíritu creador, ejecutado de forma rápida y libre, con un sentido crítico y marcado por sus circunstancias personales, su enfermedad, que habría cambiado la forma de verse a sí mismo y relacionarse en la sociedad de su época.

@scamarzana