Juan Guardiola, director del Museo de Arte y Naturaleza de Huesca (CDAN), se ha visto obligado a cerrar las instalaciones del museo durante dos semanas. La situación que atraviesa el centro es delicada: falta personal para atender al público, una tubería rota ha causado el derrumbe de una parte del techo de los aseos, la avería de la calefacción ha llegado a tener las salas a 3 grados hasta esta semana y el equipo no ha cobrado la nómina de diciembre. Ante esta situación de abandono, el día 5 de enero Guardiola notificó al patronato que a partir del jueves 7 el museo se mantendría cerrado.

La situación no es nueva, “llueve sobre mojado”, advierte Guardiola. El museo se inaugura en el año 2006 a raíz de la donación que el artista José Beulas hace al ayuntamiento: su colección de arte español del siglo XX y su propia obra. El edificio, construido por Rafael Moneo, inicia una línea de trabajo que gira en torno al arte y la naturaleza con el propósito de invitar a artistas internacionales para hacer intervenciones en el territorio. En 2009 “empiezan los recortes y en 2012 hay un cambio en el gobierno de Aragón. Cesan a la directora y nombran a alguien ajeno al mundo del arte que despide a todo el personal”, cuenta Guardiola. El presupuesto queda reducido a pagar el mantenimiento.

En 2016 se convoca un concurso de buenas prácticas, Guardiola se presenta y lo gana. “Pero cuando llego aquí me encuentro con la primera realidad: no hay personal y aunque en las bases se decía que habría un presupuesto de 100.000 euros para actividades, nunca me han dado esa partida”, denuncia. Guardiola se incorpora a su puesto y el patronato aprueba durante 2017 y 2018 un plan de exposiciones sin presupuesto pero abriendo la posibilidad de que les envíe facturas con el coste de las mismas. En esta situación el director busca que algunas actividades sean patrocinadas y se esmera en conseguir co-producciones con otras instituciones como CentroCentro Madrid o el MUSAC de León. En 2019, un nuevo cambio en la Consejería de Cultura afecta a la contratación de nuevos equipos que “deciden no hacerse cargo de las facturas”. Así, a finales de año el museo se encuentra “con una deuda resultado de realizar exposiciones aprobadas por el patronato pero no refrendadas en el presupuesto. El nuevo patronato tampoco quiso hacerse cargo de la deuda”, cuenta. 

El pasado 2020 tampoco fue su año. Además de llevar a cabo un plan de recortes, la pandemia arrasó con todo y decidieron prorrogar la exposición que tenían en sus salas hasta junio. Sin embargo, cuando reabren las instalaciones deciden exponer su colección porque “el patronato decidió suspender todas las actividades de 2020”

En junio, Guardiola fue informado de que no podían “hacer actividades aunque fueran pagadas por terceros”. El director decide escribir al patronato comentando que “el museo tiene la obligación de hacer actividades y que pediría la disolución del mismo si persistiera esa idea”. En 2020 la situación llega a un límite prácticamente insostenible pues de la partida de 277.000 euros aprobada para el museo aún no ha sido transferida la parte del Gobierno de Aragón (137.000 euros) y no hay liquidez para realizar actividades ni las reparaciones necesarias. “Se estropeó la máquina de climatización para la conservación de las obras, que no pueden rebasar los 20-22 grados. Sin embargo, en verano llegamos a los 32 grados en algunas salas. Lo denuncié al patronato pero no me contestó. La máquina sigue sin arreglarse y algunas piezas ya están empezando a sufrir las consecuencias. También tenemos el depósito antiincendios estropeado y tampoco hemos realizado las revisiones de las altas y bajas tensiones que todo edificio público debe realizar”, enumera.

Guardiola lleva meses recordando al patronato la situación que atraviesa el museo ante “su pasividad”. En diciembre de 2020 el director prepara la memoria del año y el plan para 2021 pero, de nuevo, recibe una negativa: “me decían que no habría actividades con la excusa de la movilidad y la falta de público”. A todo ello hay que unirle el impago de la calefacción por la deuda arrastrada y que el equipo, formado por siete personas de las cuales solo dos están a tiempo completo, ha dejado de cobrar sus salarios. Pero los problemas crecen: una de las personas de atención al público dejó su puesto en octubre, vacante que no se ha cubierto, y debido a las bajas temperaturas, la otra compañera enfermó, se dio de baja y nadie ha suplido su puesto.

Un museo abandonado

Este martes el Partido Popular de Huesca redactó un comunicado, que ha suscitado un gran revuelo, denunciando la situación del centro. “Las instituciones han empezado a acusar a Filomena pero antes de la borrasca debido a las bajas temperaturas estallaron las tuberías provocando la caída del techo de un aseo y filtraciones de agua a los almacenes". La borrasca provocó "goteras en las salas de exposición del museo". Además, "han reaccionado acusándome de solicitar la subvención en el último día, algo que no es cierto”, explica Guardiola. En definitiva, el director denuncia el impago de las nóminas de los trabajadores por la falta de presupuesto, pide el arreglo de las instalaciones, especialmente la climatización y el sistema antiincendio, la contratación de personal y poder realizar actividades.

En los últimos años el centro ha apostado por exposiciones ambiciosas que se ha visto obligado a prorrogar más de lo planificado. En Tierra (octubre, 2019 - junio, 2020) iniciaba una trilogía sobre la descarbonización como una de las soluciones ante el cambio climático en la que participaron artistas como Lara Almarcegui, Bleda y Rosa, Clara Montoya, Bárbara Fluxá, Jorge Ribalta Carlos Irijalba. Este año el Museo de Arte y Naturaleza de Huesca debería estar celebrando una doble efeméride: los 15 años de la apertura de un museo “que se está derrumbando” y el centenario del nacimiento de José Beulas. Sin embargo, la realidad les lleva a denunciar una situación insostenible. 

@scamarzana