Pionero del prêt-à-porter y uno de los grandes renovadores de la alta costura francesa de posguerra, el diseñador Pierre Cardin ha fallecido hoy a los 98 años en el hospital de Neuilly, situado a las afueras del París, ciudad a la que se trasladó en 1945. En la capital gala crearía un auténtico emporio con su nombre convirtiéndose junto a André Courrèges y Paco Rabanne en uno de los más prestigiosos estilistas de su época.

De padres italianos, nació en 1922 como Pietro Cardin en San Biagio di Callalta y tras recalar a París, entonces la gran meca mundial de la moda, fundó su propia empresa en 1950. Desde 1947 había sido el responsable del atelier de Christian Dior y tras varios años de éxito en la maison francesa, el modista de origen italiano llamó a la puerta de Balenciaga, pero este le rechazó.

Ese varapalo le dio el impulsó que necesitaba para comenzar un proyecto propio, una marca que le otorgaría fama mundial y el título de visionario, pues desde su propio sello capitaneó con su creatividad, su espíritu emprendedor y su gusto por las creaciones futuristas una revolución de la alta costura. Además, se aprovechó de la coyuntura de las mujeres que tras la guerra comenzaron a incorporarse al mercado laboral viendo un nicho de mercado que creara una moda asequible.

Cardin se hizo conocido en los años 50 por su estilo vanguardista, y en los 60 por sus diseños futuristas inspirados en la era espacial. Desde el vestido de burbuja hasta la moda de cosmonauta o el vestido moldeado en fibras sintéticas, el modisto demostró siempre un feroz apetito por la experimentación. Innovó al diseñar la primera moda unisex, comprobando que ésta es a veces experimental, y no siempre práctica, y también en los 70 puso de moda la alternancia de faldas mini y maxi ola combinación de minifalda con abrigo, blusa o casaca muy largas.

Este estilo le valió la entrada a la Chambre Syndical de la Haute Couture, la Cámara de la Alta Costura en París, de donde sería temporalmente expulsado en 1959 por el lanzamiento de una colección prêt-à-porter para los grandes almacenes Printemps lo cual era inapropiado para la época. Siempre rompedor y pionero, Cardin fue de las primeras casas de moda en expandir a otros mercados su marca más allá de la moda, los complementos y la perfumería al firmar en los años 70 un contrato con American Motors para diseñar el interior de un modelo de coches.

Hombre de negocios, gourmet y amante del arte, en 1981 se convirtió en propietario del famoso restaurante parisino Maxim's, templo del Art Nouveau y pronto abrió sucursales en Nueva York, Londres y Pekín. También ha obtenido la licencia de una amplia gama de productos alimenticios con ese nombre. Esta diversificación total de productos derivados de su marca sin ninguna relación con la moda y la alta costura hizo que algunos de sus pares le dieran la espalda por considerarlo fuera del mundo del lujo.

No obstante, desde 1992 fue el primer modisto en ser elegido miembro de la Academia de Bellas Artes de Francia y su obra ha sido expuesta en museos de todo el mundo. Asimismo, durante su dilatada trayectoria recibió más de un centenar de importantes premios en el campo de la costura, el arte y el diseño, incluyendo la Legión de Honor, la Orden Nacional del Mérito y la Orden de las Artes y las Letras de su país.