En el año 2008 el hermano mayor del artista Chen Chieh-jen (Taiwán, 1960) fue despedido de su trabajo como otras muchas personas en un momento en el que la crisis económica llegó a su punto más álgido en Asia. Su intento de suicidio no acabó con su vida y cuando salió del hospital volvió a instalarse en su pequeña casa. "Empezó a coleccionar documentos en carpetas creando una especie de biblioteca personal con la que estudiaba e interpretaba el mundo desde la Antigüedad hasta la actualidad, prestando especial atención a cómo la tecnología nos está comiendo", explica el artista a su paso por las Naves de Matadero, donde ha presentado A field of non-field, su última pieza que se proyectará en la Sala de Hormigón durante este fin de semana.

Chen Chieh-jen observó que en la casa había una habitación vacía y oscura, desprovista de electricidad. Cuando le preguntó el por qué, este le respondió que ese espacio "pertenece al mundo del polvo". El artista se quedó pensando y la historia de su hermano se convirtió en la chispa de la que ha surgido esta pieza audiovisual de una hora de duración. En ella vemos cómo un hombre baja las escaleras de su casa arrastrando a una segunda persona que, se intuye, ha intentado quitarse la vida. Acto seguido, una voz off nos traslada a un paisaje poético en blanco y negro en el que vemos a varias personas con gesto apesadumbrado.

Todos los protagonistas son jubilados mayores de 60 años o desempleados "que nunca tuvieron una compensación. Fueron abandonados por el gobierno", sostiene Chen. Esta ha sido su línea de trabajo durante años, dar voz a aquellos que la han perdido y presentar una reflexión sobre las estrategias del poder. Su obra, que ha formado parte de la Bienal de Sao Paulo de 1998 y de la de Venecia de 1999 y 2005, tuvo también su monográfica en el Reina Sofía en el año 2008. Desde el 2010 se ha centrado en el aumento de los trabajadores temporales, situación que se ha visto agravada por el control tecnológico. Para el artista, este es un fenómeno de "encarcelamiento global". 

Chen Chieh-jen

En A field of non-field el creador ha recurrido a gente que "ha vivido situaciones extremas" y, por tanto, "no actúan sino que están siendo ellos mismos". La película, que se trata de la primera parte de un proyecto a largo plazo titulado Her and Her Children, reflexiona sobre el control al que somos sometidos globalmente. Como si de una penitencia se tratara, la película muestra cómo un primer grupo de personas lleva un ataúd, un segundo transporta a una mujer que dice haber sido exiliada en su propia casa y un tercero que acarrea el peso de un edificio. "No me gusta dar muchas claves al espectador, prefiero que cada uno lo interprete a su manera", asegura Chen. 

No obstante, sí aporta algunos detalles sobre los que quiere llamar la atención. En todas las situaciones que presenta la obra resuenan las mismas frases que se repiten una y otra vez. Como un mantra. "Los actores no son profesionales sino que forman parte de una asociación que lucha por los derechos de los trabajadores. Llevan 20 años en ello y esa repetición continua hace alusión a que no se callan, a que continúan con sus movimientos", arguye. Además, los contrapicados de la cinta no son casuales. Con ellos les está "dando un lugar en la sociedad". 

Según Chen, lo que actualmente nos ahoga es el capitalismo: "ocurre lo mismo que sucedió con el comunismo, que nació para liberar a los oprimidos y se convirtió en otra manera de opresión". Actualmente "si sabemos qué es lo que nos somete, ¿por qué nos cuesta tanto cambiarlo?", se pregunta. Y se responde a sí mismo asegurando que "cuando quien lucha por el cambio obtiene el poder, cambia la manera de oprimir".  Y vuelta a empezar. Así, entiende que todo ser humano desea poder y la adquisición de bienes materiales. "Esto nunca se va a detener", arguye, y como "el poder conlleva opresión, si queremos cambiar la sociedad tenemos que cambiar nuestros deseos". 

@scamarzana