A Gilda Mantilla (Los Ángeles, 1967) y Raimond Chaves (Bogotá, 1963) les gusta presentarse como “viajeros artistas”. Con su proyecto Dibujando América (2005-2008) recorrieron Latinoamérica dibujando todo aquello que veían, leían y oían. En uno de estos traslados dieron en Iquitos con la Biblioteca y el Centro de Estudios Teológicos de la Amazonía, una biblioteca de los agustinos que cuenta con una “completísima” hemeroteca, material fotográfico, cinematográfico y editorial sobre la cultura local de esta región-puerta del Amazonas. Y fue un filón, porque otra de las características de su trabajo es el uso de los materiales de archivo.

En 2015 representaron con Ruinas fuera de lugar a su país en la Bienal de Venecia, la primera edición a la que Perú asistía con pabellón propio. Dicen que del público lo esperan todo -“compromiso, curiosidad y complicidad”- algo que ya nos quedaba claro al entrar en el espacio italiano y toparnos con una estructura piramidal que era a la vez obstáculo visual y mirador. Eso sí, para contemplar la instalación -una especie de arquitectura precolombina- había que subir a lo alto de estas gradas. Sus ruinas hablaban además de las precarias construcciones contemporáneas, del paso del tiempo, el clima y el paisaje.

Nuestro trabajo no versa sobre la Amazonía en sí, sino sobre sus representaciones en un archivo"

En las próximas semanas les veremos en Madrid por partida triple. Tienen individual en CentroCentro, son dos de los 23 artistas seleccionados en la sección oficial de Perú en ARCO y participan en la muestra colectiva Amazonías que organizan Gredna Landolt y Sharon Lerner en Matadero. Entre todos ellos, el de CentroCentro es su proyecto más ambicioso. Comisariada por Virginia Torrente, El calor derrite los estilos plantea una exposición-viaje que se articula en cinco secciones en las que se suceden fotografías, mapas, pintura, videos y piezas escultóricas. Tiene, además, mucho de la biblioteca amazónica, de la que se han traído imágenes escaneadas que ponen en diálogo con artículos de la prensa local.



"Nuestro trabajo no versa sobre la Amazonía en sí, sino sobre sus representaciones en un archivo"

Pregunta. ¿De dónde toman el título de la muestra?

Respuesta. Es una frase de un arquitecto limeño que encontramos en uno de los artículos que escaneamos sobre arquitectura iquiteña. A nosotros nos funciona no tanto como una alusión a la capacidad del trópico de diluir influencias, incorporar, fagocitar y hacer propios los referentes culturales, sino más bien como voluntad de “derretir”, literal y figuradamente, las imágenes y los textos de la pesquisa que ha servido de base para elaborar esta muestra.

Paisajes escaneados

P. ¿En qué ha consistido esa investigación?

R. Hemos recogido y escaneado imágenes y textos de la Biblioteca del Centro de Estudios de la Amazonía y de otros archivos con los que planteamos preguntas acerca de cómo las imágenes propician la construcción simbólica de un territorio. Nos cuestionamos qué supone manejar un conocimiento de segunda mano sobre los lugares, pues a diferencia de otras épocas hoy en día sabemos mucho más del mundo que en cualquier otro momento de la historia, pero suele ser un saber “prestado”. “Conocemos” mucho de los lugares marcados por el colonialismo pero ese saber es fruto, en gran medida, de una mirada de deseo occidental y de una matriz ideológica que exotiza y condiciona cómo entender y relacionarse con el otro. En ese sentido nuestro trabajo no versa tanto sobre la Amazonía en sí, sino sobre las representaciones que encontramos de este territorio en un archivo. Y muchas de las imágenes expuestas añaden a su presencia el tiempo acumulado desde que fueron tomadas o impresas, y generalmente su calidad no es muy buena. Son documentos por tanto que “obligan” al espectador a cierto nivel de compromiso, tiempo y sintonía. 

P. Han hablado en ocasiones de la teoría anti-paisajística. ¿Cuál creen que es la mejor fórmula para representar un lugar?

R. Hacerlo en primera persona, desde el lugar y con el tiempo de nuestro lado. Si todo paisaje es fruto de una decisión que lo construye como tal y de unos marcos y formatos que contribuyen a ello, la anti-paisajística sería simplemente una manera de poner en suspenso esas convenciones y la noción de realidad que implican. Una posibilidad es volver más abstractas las abstracciones que se hacen sobre un territorio: gráficas, diagramas, etc. Otra es mostrar ampliadas las imágenes fuera de registro de la prensa local. Otra es evidenciar las condiciones de impresión por la vía del zoom. Si entendemos el mundo propiciado por las imágenes como un paisaje en sí mismo es más sencillo especular sobre ambos mundos en clave anti-paisajística.

Cuentan Mantilla y Chaves que “en la selva hay una ciudad, en la ciudad hay una biblioteca y en la biblioteca está la selva” refiriéndose al archivo como una especie de “jungla” de documentos y archivos donde perderse. El antecedente de este proyecto es Segunda Naturaleza, una pequeña muestra que hicieron en FLORA ars+natura, en Bogotá, en 2016. “Ahí el asunto principal giraba alrededor de las peripecias de una imagen (un gráfico sobre la fauna amazónica) que en su origen fue una pintura de un artista norteamericano, después fue reproducida en National Geographic y acabó en la revista Kanatari -una publicación de los agustinos en Iquitos- que es cómo finalmente llegó a nuestras manos”.

P. ¿A qué creen que se debe que tantos artistas latinoamericanos estén trabajando sobre este tema de la Amazonía?

R. De las intenciones de otros artistas es difícil hablar. Para nosotros la Amazonía no es un tema. No asumimos nuestro trabajo temáticamente. Hay unas preocupaciones de fondo alrededor de las imágenes, por un lado. Por otro hay un interés por el contexto latinoamericano. Un contexto que no es algo cerrado ni definido sino más bien conflictivo y que escapa a generalizaciones. Nuestro primer destinatario es el propio contexto en el que trabajamos y asumimos como algo inevitable que lejos del mismo nuestro trabajo pueda distorsionarse. 



"Nos interesa el contexto latinoamericano, que no es algo cerrado sino más bien conflictivo que escapa de generalizaciones"



P. Participan sin embargo en la exposición de Amazonías en Matadero ¿Con qué obras? 

R. Se podrán ver dos piezas del proyecto Dibujando AméricaEl placer(2005) y Dibujando B… (2006), y un video, Un afán incómodo (2011), que resume nuestro ánimo de aproximación inicial al archivo y al territorio. Esa mezcla de deseo, fascinación y la sensación de no saber muy bien cómo acercarse y qué consecuencias puedan derivarse. Si es que no hay otra opción que ser turistas muy a nuestro pesar. Y a ARCO llevaremos los Dibujos de prisioneros que son stencils, plantillas caladas en metacrilato tintado.

P. En su obra está muy presente el dibujo ¿cómo lo entienden?

R. El dibujo es como una manera de leer, masticar y deglutir un contexto dado. Tiene una capacidad de manejar lo visible, lo imaginado, lo vivido y lo deseado muy sencilla y potente.

P. Trabajan juntos desde 2001, ¿se diluye la personalidad de uno en la obra del otro?

R. Tienden a diluirse. El calor aquí también derrite los límites [risas] en la medida en que hay mucho de pacto, negociación y de escuchar al otro, lo cual está muy bien. A la vez también propiciamos excepciones. Es decir, cada uno puede proponer y forzar algo que no pase por la elaboración compartida o el consenso de pareja.

@LuisaEspino4