Jacobo Castellano en el montaje de la exposición CAAC.

Arqueólogo de lo cotidiano en busca y captura de viejos materiales con los que hablar de juego, violencia y paso del tiempo, el CAAC de Sevilla dedica a Jacobo Castellano su exposición más importante hasta el momento.

Cuenta Jacobo Castellano (Jaén, 1976) que iba para pintor pero que una intoxicación con aguarrás le hizo alejarse del lienzo. Cuesta creerlo porque todo en su obra lleva a la escultura -incluso cuando echa mano de otros soportes- en la que combina objetos "buscados" y piezas de madera. Estudió Bellas Artes en Granada y fue la vuelta a la vieja casa del pueblo de sus abuelos, deshabitada desde hacía tiempo, la que marcó su camino. Este encuentro le brindó un arsenal de enseres con los que trabajar y un clic en su manera de enfrentarse a los materiales: la madera de los muebles dejó de ser sólo madera para transformarse, junto al resto de objetos cubiertos de polvo, en el contenedor de una historia, en este caso la de su familia. En la exposición que ha inaugurado junto a Fernando García y Christian García Bello hace un par de semanas en la galería madrileña The Goma, una vieja luna de un Renault 4 que rescató de esta casa luce en una de las paredes llena de polvo y maqueada con un espray amarillo; y en la primera de las salas de riflepistolacañón, la muestra que abre hoy sus puertas en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo, una antigua cámara de proyección del cine que regentó su abuelo se apoya en equilibrio sobre un tronco de olivo. Muy cerca de esta sala ha colocado unos pequeños óleos combinados con pan de oro, las Constelaciones. "Relaciono su tela agujereada -explica- con la idea del cine, de cámara oscura, de luz y de noche".



Comisariada por Javier Hontoria, esta es su exposición más completa hasta la fecha. Es también un ejercicio de psicoanálisis, un reencuentro forzoso del artista con sus piezas antiguas.



Pregunta.- ¿Da vértigo?

Respuesta.- La exposición tiene mucho de revisión de media carrera. Es la más importante, sin duda, porque supone hacer balance de casi veinte años de trabajo. Dialogar con obras a las que regreso después de muchos años me invita a ver hoy lo acertado o errático que estuve entonces.



Juegos violentos

P.- ¿Qué queda de esos inicios?

R.- La curiosidad por explorar los objetos que me rodean, entrar en ellos y entender su historia para poder reinterpretarla. Me atrae la artesanía cercana a lo precario.



Jacobo Castellano: Sin título, 2017-18

P.- ¿De dónde viene el título de la exposición, riflepistolacañón?

R.- Está inspirado en un dibujo anónimo de un niño que esboza y nombra con increíble precisión toda una suerte de armas y utensilios para el juego de la guerra entre los que escogimos estos tres términos. Hace además un guiño a la verborrea infantil, a la vaguedad de sintaxis de alguien para el que todo es todavía un juego a salvo del rigor de la razón.



P.- Este tema está muy presente en toda su obra...

R.- El juego es transversal a animales y seres humanos y no sólo en etapas tempranas. Con él aprendemos estrategias de defensa, nos enseña a mentir, a relacionarnos, a vacilar, a ser honestos... Es clave para nuestra formación y desarrollo. Dejar de jugar es estrellarse.



P.- Lo vemos también en la nueva instalación de las piñatas.

R.- Para esta pieza he utilizado jarrones de la casa de mi madre y otros de Fajalauza. Me gusta mucho esta idea de un recipiente que alberga algo. Habla también de violencia y de educación porque me llama mucho la atención que los niños consigan un premio a través de un garrotazo.



Tengo algo de recolector porque no se trata de objetos encontrados sino buscados de manera concienzuda"

P.- ¿Cómo rastrea la historia de los objetos que recolecta?

R.- Nunca había reparado en ese término pero es verdad que tengo algo de recolector porque no se trata de objetos encontrados sino buscados de manera concienzuda. Me hago con ellos en base a varias temáticas como el juego y la violencia o a veces porque tienen algún accidente que me llama la atención. Paso a analizarlos y hacerlos míos intentando desentrañar qué hay detrás de ellos. Literalmente los voy soltando en el estudio y ellos mismos se van asociando. Algunos terminan rompiéndose e intervengo con ello en su biografía, otros haciendo equilibrio en algún pedazo de madera. Es un proceso imprevisible basado en la intuición y la observación.



Jacobo Castellano: Sin título, 2017-18

P.- Muchas obras no tienen título, ¿no le gusta nombrarlas?

R.- Intento que los títulos den una idea general y abierta, no me interesa dirigir la mirada del espectador hacia mi propia manera de entender las obras.



La serie de fotografías de los Corrales (2004), imágenes de los campos de refugiados del Sahara, es la más antigua de riflepistolacañón y las más recientes las cinco piezas que ha producido para esta exposición, a las que se unirá una sexta en su itinerancia por el Artium de Vitoria, promotor del proyecto y siguiente parada en 2019. La muestra ocupa el ala sur del antiguo monasterio cartujo en el que tiene su sede el CAAC, unas salas poco convencionales porque coinciden además con la zona en la que se levantaron las chimeneas de la fábrica de cerámica que ocupó el espacio en el siglo XIX.



P.- ¿Cómo dialogan sus obras con este espacio?

R.- Es imposible no atender a las bases de las chimeneas de la sala pero la relación que he mantenido con ellas ha sido más espacial y arquitectónica. La tiranía de la especificidad es peligrosa, le distrae a uno del camino. En la parte central hemos colocado dos grandes peleles, un guiño a Goya que no sé si son autorretratos pero que con la gran altura de las salas se convierten casi en descendimientos. En esta ocasión los materiales son nuevos: madera comprada.



P.- En cuanto a lo formal, ¿qué busca?

R.- Es algo que nunca me he planteado, la propia intuición y la manera de enfrentarme a los materiales va creando similitudes entre las obras. Trabajo sin bocetos previos rectificando directamente sobre la propia materia, generando una acumulación de errores en los que, de repente, advierto cierta claridad.



P.- ¿Y hacia dónde mira?

R.- Mis referentes son cada vez más cercanos, un gesto de mi vecino puede abrir una puerta a un futuro trabajo.



Recién inaugurada esta exposición y la colectiva de El paisaje reconfigurado en el Centro Botín de Santander, le quedan dos proyectos sobre la mesa: la nueva pieza que añadirá a riflepistolacañón a su paso por Artium y un libro sobre su trabajo que publicará la editorial Turner.



@LuisaEspino4