Imagen de dos de las obras que ha recuperado la Policía Nacional

En junio del 2015 cinco obras de Francis Bacon (Dublín, 1909 - Madrid, 1992) fueron robadas de un piso del centro de Madrid. La noticia no saltó a la prensa hasta marzo del año siguiente y el acto se ha saldado, hasta la fecha, con diez detenidos, siendo los tres últimos integrantes de un grupo organizado dedicado al robo de viviendas en Europa. Ahora se abre un nuevo capítulo y es que tres de esos cinco lienzos han sido descubiertos en un piso en el centro de Madrid por la Policía.



Las obras fueron robadas en el domicilio de José Capelo, amigo del pintor que las recibió en herencia después de la muerte de este, que estaba gravemente enfermo, en la clínica Ruber de Madrid durante un viaje a España en 1992. El robo tuvo lugar en su vivienda mientras este se encontraba de viaje en Londres. Los arrestos que se han ido realizando han sido posibles gracias a la investigación de una entidad británica dedicada a la búsqueda de obras de arte robadas.



El robo de las cinco obras fue limpio. Los ladrones aprovecharon la ausencia del dueño de las pinturas para entrar en su vivienda, una casa señorial de un céntrico barrio de la capital, y llevarse los lienzos y otros objetos de valor. Nadie vio ni oyó algo sospechoso. Los investigadores siempre creyeron que las obras seguían en España y de hecho, se intentaron vender en dos ocasiones. La Policía no ha querido dar más datos acerca de la investigación policial ya que consideran factible recuperar las dos que faltan.



Otros robos de obras de arte

La sustracción de las obras de Bacon, uno de los artista contemporáneos más cotizados, no es el único pero sí el más importante ocurrido en España. En mayo de 2010 tuvo lugar uno de los mayores robos de arte moderno de lo que llevamos de siglo XXI. Cinco obras de Picasso, Matisse, Braque, Modigliani y Léger, valoradas en 500 millones de euros, fueron sustraídas del Museo de Arte Moderno de París. En septiembre de 2009, una colección de obras de Andy Warhol, valorada en miles de millones de dólares, fue robada en Los Ángeles, en la casa del coleccionista Richard Weisman, amigo personal del artista. Además, en 2015 se supo que otros ladrones habían robado nueve láminas de Warhol en una empresa familiar dedicada a la edición de cine, también en Los Ángeles, y las sustituyeron por copias, por lo que los dueños tardaron tres años en darse cuenta.



En octubre de 2012, seis ladrones rumanos robaron en el Kunsthal de Róterdam siete obras de Picasso, Matisse, Monet, Gauguin, Meyer de Haan y Lucian Freud, valoradas entre 65 y 130 millones de dólares (entre 49 y 98 millones de euros según el cambio en aquel momento). En agosto de 2013, los ladrones ofrecieron devolver cinco de ellas a cambio de ser juzgados en el país en el que cometieron el robo, Países Bajos.



2008 fue un año especialmente activo en robos mediáticos. En Zúrich desaparecieron dos Picassos procedentes del museo Sprengel de Hanover y tan solo dos días después desaparecieron también en la ciudad suiza varios cuadros de Cézanne, Degas, Van Gogh y Monet con un valor estimado en 112 millones de euros y pertenecientes a la colección E.G. Böhrle. También ese año unos ladrones robaron del castillo de Voergaard, al norte de la península danesa de Jutlandia, los cuadros El loco, del español Francisco de Goya, y Retrato de María de Medici, del flamenco Pedro Pablo Rubens. Y en la Pinacoteca de São Paulo robaron dos grabados de Picasso valorados en 600.000 dólares. No obstante, en 2008 también se recuperaron varias obras sustraídas tiempo atrás. Por ejemplo, una tabla flamenca del siglo XV robada en la Iglesia de San Martín de Trujillo, en Cáceres. La pieza había sido robada en 1985 y apareció en una exposición en Madrid. también se recuperó un cuadro de la escuela de Zurbarán valorado en 180.000 euros en una operación en la que se detuvo a cuatro personas.



Otro delito sonado fue el de La Madonna del Huso, de Leonardo da Vinci, que, valorado en más de 60 millones de euros, fue sustraído del Castillo de Drumlarig, en Escocia, y no fue recuperado hasta 2007. Rembrandt también ha sido objeto de delitos: en diciembre de 2000 tres hombres armados entraron en el Museo Nacional de Estocolmo y se llevaron este autorretrato del pintor, junto con dos obras de Renoir, Joven parisina y Conversación con un jardinero. En 2002, fueron robados dos Van Gogh en el museo dedicado al artista en Ámsterdam. Más tarde, dos ciudadanos holandeses fueron condenados a cuatro años y medio de prisión, pero las obras no aparecieron.



Uno de los robos más famosos de la pasada década fue el del cuadro más representativo del noruego Edvard Munch, El grito, además de La Madonna. Después de un silencio de dos años, en 2006 los cuadros fueron recuperados en buen estado.



En 2006 le tocó el turno a Goya: Los niños del carretón, propiedad del Museo de Arte de Toledo en Ohio fue robado mientras era trasladado a una exposición en Nueva York. Apareció en Nueva Jersey, en enero de 2007. La nieta de Picasso también sufrió un robo en su propia casa, de la que unos ladrones se llevaron en 2007 dos cuadros del malagueño, Maya à la poupée, un cuadro de la hija del pintor, pintado en 1938, y un retrato de Jacqueline, valorados en 50 millones de euros. La abundante obra de Picasso expuesta en los museos de la capital francesa ha sido objeto de diferentes robos a lo largo de los últimos años, como el del Museo de Arte Moderno en 2010 y, ese mismo año, en otro museo de París donde fue robada una carpeta con 33 dibujos firmados por Picasso. El robo de mayor gravedad de piezas de Picasso fue cometido en 1976, año en el que fueron sustraídas 118 obras suyas del Museo de Aviñón.