Aunque más despacio que otros sectores, el arte entra poco a poco en el mercado de la compra-venta en internet. Cuatro expertos en la materia nos hablan sobre los retos a los que se enfrentan las galerías, las obras más vendidas y los perfiles tanto del comprador como del tipo de obra que más se vende.

En un click. Con un ligero movimiento del dedo índice tenemos todo lo que se nos pueda ocurrir. Un segundo nos separa del objeto deseado. Con la misma comodidad lo recibimos desde el sofá de nuestra casa, desde la silla de la oficina o desde el taburete del bar. Lo que sea, desde el artilugio más peculiar hasta una película descatalogada. Y hablando de catálogos, también obras de arte. Aunque, quizá, no sea tan obvio ni esté tan extendido entre sus aficionados, las subastas y la venta de obras se realiza con la misma transparencia, comodidad y fiabilidad. Eso sí, aún en estadios iniciales, los retos son varios y las estrategias para competir infinitas. Hablamos con cuatro expertos en el sector para que nos cuenten sus entresijos.



El mercado se ha adaptado a la evolución de la sociedad y el sector artístico no se está quedando atrás. Aunque su entrada en la órbita está siendo más lenta y, sobre todo, algo más reticente, "hay mayor valentía en encontrar nuevos modelos de negocio en el mercado del arte, hay menos tabúes pero las alternativas en España son aún pequeñas", anota Eva Moraga, asesora de arte. En comparación al sesgo internacional, en Reino Unido, Alemania y Francia, por citar algunas cercanas, la cantidad de plataformas de compra-venta de arte online es mayor a las de nuestro país. Tampoco aparecen en los informes anuales sobre el mercado de arte online y cabe diferenciar entre los compradores de arte online y los compradores en general. "El 51% de los compradores de arte se resiste a comprar online pero eso quiere decir que el 49% ya ha accedido a ello. La mitad está preparada para dar el salto", señala.



El perfil del comprador y de obras de arte en el mercado online

La mitad de los compradores de arte ya han accedido a hacerlo por internet". Eva Moraga

Al contrario, aunque no en las antípodas, de lo que se puede prever el público es bastante heterogéneo. El "60% está entre los 20 y los 39 años", apunta Enrique del Río, experto en coleccionismo del colectivo We Collect. Entre ellos, además, la mayoría han comprado previamente de manera tradicional y "hay un dominio llamativo de europeos y estadounidenses con un porcentaje mayor de mujeres", amplía. Pero por supuesto el dominio de las tecnologías ofrece facilidad e incluso "hay cifras de ventas de arte desde dispositivos móviles", amplía Amaia de Meñaka, experta en mercado del arte. Aunque, "de los nuevos compradores que han entrado en el mercado hace un año el 41% lo ha hecho sin ir a la galería", añade Moraga.



Imagen de la página de subastas online Catawiki

El caso de las subastas también merece especial atención ya que "la gente afín a ellas aprovecha cualquier medio para pujar", advierte Alejandro Sánchez, director en España de la plataforma de subastas online Catawiki. En este paradigmático caso "las subastas físicas son cerradas y un tanto intimidatorias para gente que no se desenvuelve de manera natural en ese entorno" y así han conseguido ampliar el perfil que ha ido evolucionando del coleccionista clásico y específico a un comprador más amplio que "no necesariamente es coleccionista sino que busca artículos únicos y especiales".



En este sentido también hay que tener en cuenta que las obras que se venden raramente superan los 100.000 euros. "El 70% de las ventas están por debajo de 10.000 euros pero resulta llamativo que un 10% se vende por encima de 100.000 euros, un éxito para el mercado del arte porque es capaz de hacer ventas online por importes impensables para otros sectores", destaca Del Río. También hay registrada alguna compra que ha llegado al millón de dólares pero "son casos extremos y escasos", apunta Moraga. La escultura aún se resiste a este tipo de venta por su tamaño y coste de modo que lo más popular en la red es la pintura, el grabado y la fotografía.



Lo más popular en la red es la pintura, el grabado y la fotografía con ventas que rara vez superan los 100.000 euros". Enrique del Río


En el caso de las subastas de Catawiki, ya que cuentan con más de 80 categorías sus ventas son más heterogéneas. Con una audiencia de 12 millones de visitas mensuales y 30.000 subastas semanales, "las categorías relacionadas con el arte son de gran atractivo", apunta Sánchez. La joyería, la relojería, sellos, monedas y, sobre todo, coches clásicos, "un mundo en el que se mueve un mercado extraordinario". Aunque el arte va ganando su terreno poco a poco y hace poco tuvieron la oportunidad de ver cómo una litografía de Warhol cerraba la puja en 15.000 euros. Esto significa que están "accediendo a este tipo de obras que tienen un canal más restringido". Esa es la razón por la que en Catawiki no se cierran a un rango económico y su ambición es "tener amplitud", amplía.



La estrategia de transparencia

Lo que es realmente importante para el coleccionista de arte es la transparencia y la fiabilidad que proporcionan estas plataformas de venta ya que en muchos casos se trata de movimientos internacionales. Conviene conocer quién está detrás de la venta y quién va a responder ante incidentes que puedan ocurrir en la transacción. Una de las primeras premisas, anota Eva Moraga, es saber cómo se va a realizar el proceso de compra y entrega de la obra y cómo poder devolverla y conseguir el dinero de vuelta. "Este proceso tiene que estar bien explicado, que la plataforma tenga prestigio y esté legitimada a nivel internacional". El segundo ingrediente es la transparencia ya que normalmente los compradores repiten y, por supuesto, introducir mecanismo de certificación de la originalidad de las obras.



Imagen de uno de los eventos del colectivo We Collect

Algunas de las plataformas cuentan con un proceso de selección previo. "Seleccionan las galerías y son ellas mismas las que venden obras específicas de modo que son las galerías las que hacen el primer filtro", detalla Moraga. Otras no cuentan con un proceso de selección de modo que todo tiene cabida y depende del gusto del comprador. En el caso de Catawiki, la casa de subastas online que nació con la intención de ser un catálogo de cómics, cuenta con un grupo de más de 170 expertos que reciben, catalogan y valoran las propuestas que llegan al portal. "El eje fundamental es la figura del subastador que "valoran la propuesta de los vendedores, las tasan, analizan y crean una subasta que tenga sentido como unidad", anota Sánchez. Una vez configurado el lote es cuando sale la subasta. Por eso, "la transparencia es fundamental y en nuestro portal existe la oportunidad de valorar las gestiones que se han hecho y son visibles para los compradores".



La transparencia es fundamental por lo que en Catawiki existe la oportunidad de valorar las gestiones". Alejandro Sánchez

Siempre hay que tener en cuenta que "lo más importante no tiene que ver tanto con el arte sino con el mercado online en general", anota Enrique del Río. La posibilidad de tenerlo todo en un vistazo no es posible en el mundo offline por lo que hoy en día "existen galerías que representan a artistas de todas partes del mundo, el mercado del arte se ha globalizado y la información fluye". Y la segunda oportunidad que plantea el mundo en la red es que el comprador o coleccionista puede hacer el seguimiento de la obra desde su descubrimiento hasta su compra. "Es algo similar a lo que se hacía antes por teléfono pero enriquecido por las tecnologías visuales y una parte analítica que cada vez es más potente en términos de comparativas, precios, artistas, galerías y obras", concluye Del Río.



El salto de las galerías a la venta online y la estrategia necesaria

No obstante, la introducción de las galerías en el mercado del arte en internet está siendo algo tímido. Sobre todo en España, donde las plataformas escasean. A nivel internacional tan solo un 30% de las galerías venden en internet y "las ventas representan un dato muy reducido no llegando ni tan siquiera el 10% de las ventas generales", apunta Moraga. El problema, dice, residen en una "falta de visión a largo plazo de cómo visualizamos el mercado del arte". A nuestras galerías "les falta verse como protagonistas en el mercado internacional".



Y en ese mercado internacional una de las galerías punteras como la británica Saatchi es pionera y ejemplo de estrategia. Su directora, Rebecca Wilson asegura vender "más arte al mes de lo que la mayoría de galerías internacionales en un año". En este tipo de espacios, "la capacidad económica y medios al alcance están muy por encima de los de la galería convencional. Hay que pensar que los galeristas de siempre no suelen estar formados académicamente para ello, por lo que han tenido que acostumbrarse a las nuevas tecnologías de venta a base de trabajo y "prueba-error", apunta De Meñaka. Y, en cambio, para el coleccionista es todo lo contrario, con tan solo encender el ordenador tiene toda la oferta a su alcance.



Imagen de una de las obras que vende la galería Saatchi de Londres

En esta galería online, de hecho, no hay un proceso de selección sino que es el propio artista quien se oferta en el escaparate. Según Eva Moraga las galerías deben estar en los lugares oportunos o no podrán competir. Lo principal es, en este sentido, "identificar las plataformas en las que tienen que estar al igual que saben a qué ferias ir". Es cada vez más frecuente que los coleccionistas pidan información sobre las obras por internet, de modo que el siguiente paso lógico sería dar el salto pero siempre teniendo en cuenta la infraestructura que tienen que desarrollar. El primer requisito es saber quién tiene la obra, si el artista o la galería, organizar el transporte (ya lo hacen pero si entran en el circuito requerirán más de él), cumplir las normativas, poner una plataforma en marcha y reflejar todos los requisitos legales en la web. "Cuando una solución tecnológica irrumpe en el mercado, ese mercado crece, los bordes se rompen y se expande", anota el director de Catawiki.



Los mercados online y offline pueden convivir para fortalecerse el uno al otro". Amaia de Meñaka


A partir de ahí tejer una estrategia de redes sociales, tener un equipo de asesores legales, un diseñador, un informático, un equipo que responda a las compras (por internet se puede comprar a cualquier hora), responder a las garantías y cumplir con la normativa que permite la devolución de la obra. Pero, sobre todo, darse cuenta de que puede ser una herramienta para la internacionalización de los artistas españoles. Una pieza clave porque según "el último informe de los artistas que están exponiendo fuera y la mayoría no viven en España".



¿Corren peligro las galerías en el futuro?

Todos ellos apuestan por la permanencia de las galerías físicas tal y como las conocemos ahora. Vender por internet no quita para que el espacio no tenga cabida. Al contrario, "la experiencia del amante del arte en una galería, feria o museo siguen siendo única", anota Enrique del Río. "Ninguna tecnología ha logrado replicarla pero es cierto que las grandes empresas como Google, Facebook y Apple están apostando por las tecnologías como la realidad virtual o la realidad aumentada". Su colega Amaia de Meñaka opina de manera similar al afirmar que "los dos mercados pueden convivir para fortalecerse el uno al otro" teniendo siempre en cuenta que "el factor más importante es la confianza en el artista, galería o casa de subastas", amplía. Aún queda, sin embargo, analizar si estas son capaces de replicar las experiencias y emociones de presenciar en vivo una obra. "Si lo consiguen será la auténtica revolución del mercado del arte, sino, el crecimiento será más lento y se quedará en un canal más", concluye. Porque, "tener un showroom donde ver las obras, para algunos compradores locales, puede ser importante", añade Moraga.



Como vemos, el mercado del arte está tomando la dirección internauta pero aún le queda tiempo para adaptarse a las exigencias. Internet favorece la cadena del mercado "desde el artista pasando por las galerías o casa de subasta, hasta el propio coleccionista, que también evoluciona", anota De Meñaka. Como dato curioso que aporta la experta en arte en 2013 las ventas de arte online crecieron hasta los 1.500 millones de dólares y las previsiones para 2018 sitúan esa cifra en 3.700 millones.



Veremos...



@scamarzana