Detalle de El realismo socialista y el Pop Art en el campo de batalla (1969) de Equipo Crónica

Del festival Totally Thames a la exposición World Goes Pop en la Tate Modern, Goya's Portraits en la National Gallery pasando por los crímenes de la ciudad en el Museum of London hasta la exploración soviética del cosmos. London, You Really Got Me. ¿Nos vamos?

Cuando los romanos fundaron la ciudad, hacia el año 50, la llamaron Londinium y una de las primeras cosas que hicieron fue construir un puente en el río Támesis. Con el paso del tiempo se fue convirtiendo en uno de los enclaves más importantes de la región hasta convertirse en lo que es hoy en día: en una de las capitales culturales más importantes y potentes del mundo. Con una población urbana de más de 8 millones, cerca de 300 museos y galerías de arte y 40 teatros tan solo en el West End, Londres es un hervidero de actividades, creatividad, originalidad y mestizaje en la que poder perderse durante días. Tal vez meses. Quizá años. "You have a strange effect on me" (tienes un extraño efecto en mí) cantaba Dave Berry en 1965... Y la ciudad lo tiene.



La agenda cultural de este otoño en la capital británica se presentó en el Victoria and Albert Museum con la colaboración de Visit London. Una oferta que abarca el arte, la danza, el teatro y la música en algunos de los museos más importantes del mundo. Uno de los primeros festivales de la temporada comienza el 1 de septiembre y, por segundo año consecutivo, se prolonga durante todo el mes. Se trata del Totally Thames, una cita que intenta aprovechar al máximo las posibilidades de las inmediaciones del río que divide la ciudad. Desde el Parlamento hasta Greenwich (cerca de una hora de viaje en barco), arte, performance, música y hasta "200 eventos" ocurrirán con sus orillas. "Nadar en Hammersmith es hacerlo en agua salvaje", apunta Adrian Evans, director de la cita. "El festival consigue la única licencia de poder nadar y pescar en el Támesis, sino está prohibido", apunta.



Una de las paradas imprescindibles en el recorrido es la Tate Modern, bajo la dirección de Chris Dercon. Con vistas a la iglesia de St Paul's y el Millenium Bridge te transportas por unos minutos una de las escenas de la película Match Point de Woody Allen. La pinacoteca acoge esta temporada una de las exposiciones más atractivas, coloridas y reivindicadoras, The World Goes Pop. Cuenta cómo el mundo se convirtió pop y cómo cada artista y país contribuyó y respondió al movimiento. Todo ello sin Andy Warhol ni Roy Litchenstein. "Esa historia es por todos conocida y queríamos contar algo diferente", cuentan las comisarias Jessica Morgan y Flavia Frigeri, que han estado más de un año hilando la muestra que se inaugura el próximo 17 de septiembre con piezas de artistas que a menudo han sido olvidados como Delia Cancela, Bernard Rancillac, Erró o Nicola L y su abrigo rojo. El motivo principal es contarle al público que el arte pop no solo fue una celebración del consumismo sino un lenguaje crítico y de protesta utilizado por todos los artistas.



Un día más tarde, el 18, se abre al público en el Science Museum Cosmonauts: Birth of Space Age en la que se pueden ver artefactos y naves rusas nunca antes mostradas en el Reino Unido. Con la misma, se cuenta la historia científica y tecnológica del principio de los avances de la Unión Soviética para proceder a la exploración del espacio. Una de las piezas clave de esta exposición es la nave Sputnik de 1957 a través de la que el visitante puede hacerse una idea del trabajo de los soviéticos en su carrera hacia el cosmos. Además, los dibujos de Konstantin Tsiolkovsky del espacio exterior muestran un ambiente que aún tardaría 30 años en convertirse en realidad. Así como podemos ver la nave en la que viajó al exterior Valentina Tereshkova, la primera mujer que orbitó la tierra durante tres años convirtiéndose, a su vez, en la segunda persona más joven en abandonar nuestro planeta.



Ya para el 7 de octubre se inaugura la que puede ser la joya del otoño londinense. Se trata de una muestra de retratos de Goya. Son múltiples las exposiciones dedicadas al artista aragonés pero Londres nunca le ha dedicado una a sus retratos y en esta ocasión se reúnen casi la mitad de su colección. "Queremos acercarnos a la innovadora y poco convencional forma de sus retratos que muchas veces rompió las fronteras tradicionales y aporta un penetrador aspecto de su vida pública y privada", dice el comisario de la exposición, Xavier Bray. Y, por supuesto, no podía ser en otro lugar que la National Gallery en la mítica Trafalgar Square (al lado de Charing Cross) capitaneada por la columna de Horatio Nelson y salvaguardada por los leones.



También hay opciones para los más morbosos y aquellos curiosos a quienes les interesa la historia negra de la ciudad. Y no solo hablamos del conocido criminal Jack el destripador sino de algunos de los crímenes perpretados en la capital británica desde 1840 hasta 1975. El Museum of London inaugura el 9 de octubre The Crime Museum Unconvered con cerca de 600 piezas de la Scotland Yard. Se enseñan por primera vez al público piezas, herramientas y armas utilizadas en los sucesos. Como las notas del suceso llamado Spaghetti House, un robo que se torció y "los ladrones tuvieron a sus víctimas presas en el restaurante durante seis días". Las notas escritas a mano de Donald Swanson, uno de los detectives del caso de Jack el destripador o la curiosa historia de Annie Parker que a pesar de tener una corta vida fue arrestada 400 veces. La elección de parar en 1975 responde a una causa de respeto a los hechos más recientes. "Creemos que crímenes posteriores a esa fecha son muy recientes y las familias tal vez no quieran revivirlos", comentan Julia Hoffbrand y Jackie Kelly, comisarias de la exposición.



Y de lo macabro a un viaje en bicicleta alrededor del Támesis hasta la Tower Bridge, el emblemático puente levadizo que cruza el río. Construido en 1894 las levas tardan tan solo un minuto en alzarse en caso de que el tránsito fluvial lo requiera. Y como de diseño va la cosa, a tan solo un minuto del puente está el Design Museum de la capital británica que el 18 de noviembre abre una exposición dedicada a la revolución de la bicicleta. Diferentes diseños de bicicletas, de mallots, de sillines, declaraciones de ciclistas profesionales y la preocupación por el medio ambiente y la seguridad de los usuarios de este medio de transporte marcan su hilo conductor. Y cogiendo una bicicleta y la merienda uno siempre puede terminar viendo una obra de Shakespeare en el Shakespeare's Globe y transportarse a otra era, a otra ciudad, a otra vida.



Pero si alguien opina como Thomas De Quincey, que no hay nada más aburrido que un domingo lluvioso en Londres la oferta cultural es más que variada. Si el tiempo acompaña siempre se puede evitar el metro, pasear de museo en museo para encontrar algo nuevo cada día. Como dijo Herman Melville. O ir a un musical como Sunny Afternoon de The Kinks en el teatro Harold Pinter. Bueno. Londres, You Really Got Me.



@scamarzana