Rue St. Honoré, aprés-midi, effet de pluie

Desde Estados Unidos se ha puesto fin al problema del lienzo de Camille Pissarro que tiene el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid. Los demandantes aseguran que Rue St. Honoré, aprés-midi, effet de pluie fue robado por los nazis en 1939. Finalmente, un juez federal de la Corte Central del Distrito de California se ha opuesto a la devolución del cuadro de modo que Pissarro se queda en Madrid.



Rue St. Honoré, aprés-midi, effet de pluie retrata una escena callejera de París que fue pintada en 1897. El lienzo, que ha estado expuesto en Madrid desde 1993, fue adquirido por el Estado español como parte de la colección de Heinrich Thyssen-Bornemisza. En el año 2000 el fotógrafo Claude Cassirer descubrió que la pintura se encontraba en Madrid y fue 2005 cuando saltó la alarma en el momento en el que presentó la demanda oficial. Así, recurrió a los tribunales californianos para pedir que la Fundación Colección Thyssen-Bornemisza entregaran la obra.



Tras su muerte en 2010 a los 89 años, sus herederos mantuvieron el caso abierto. Al parecer, el lienzo de Pissarro perteneció a Lilly Cassirer Neubauer, abuela del fotógrafo, una mujer judía que huyó de la Alemania nazi y tuvo que dejar el cuadro al salir del país. El Gobierno federal alemán reconoció la titularidad de Lilly Cassirer cuando esta, una vez acabada la guerra, reclamó la obra. Alemania le compensó con 120.000 euros aunque más tarde, en 1951, el cuadro lo compró el coleccionista Sydney Brody para pasar a manos del barón Thyssen en 1976.



El asunto se prolongó hasta el año 2012 cuando el tribunal estatal rechazó el caso entendiendo que era un asunto de competencia federal y el juez John F. Walter concluyó el pasado 4 de junio que las leyes españoles se "aplicaban en este caso" y que no exigían la devolución de la obra. La ley, proseguía el tribunal, rige porque "a pesar de que la relación de los demandantes con California es significativa, la relación de la pintura con California no lo es". En la sentencia se concluye que el museo "no fue cómplice del crimen cometido por los nazis". No obstante, recomendó al museo que "reflexione y considere" dar con una resolución "amigable" al conflicto para honrar el compromiso del Estado español de encontrar "soluciones justas" para las víctimas de la persecución nazi.