Image: Elmyr de Hory, la cara B del arte

Image: Elmyr de Hory, la cara B del arte

Arte

Elmyr de Hory, la cara B del arte

El Círculo de Bellas Artes presenta una exposición sobre el famoso falsificador que permite reflexionar sobre el concepto de realidad en el arte.

6 febrero, 2013 01:00

Elmyr de Hory en la Falaise, Ibiza. Foto: Archivo Diario Última Hora

Los comienzos de Elmyr de Hory (Budapest, 1906 - Ibiza, 1976) no fueron muy distintos de cualquier pintor de su tiempo. Nacido en una familia con posibles, se fue a París decidido a ser artista. Allí trabajaban entonces Matisse, Derain o Picasso y él estaba dispuesto a emular su estilo y su fama. ¿En qué momento se pasa al lado oscuro del arte? ¿Cuándo deja de ser pintor para ser falsificador? Esta exposición que se abre al público en el Círculo de Bellas Artes nos acerca un poco más a la figura de uno de los más grandes estafadores del mundo del arte. Gracias a su estilo, este magnífico imitador de los más famosos pintores vendió más de 1.000 falsificaciones. "Se ha dado un paso muy importante porque hemos podido llevar a cabo una investigación hablando con personas que le conocieron y trabajaron con él y todo está aquí", dice la comisaria Dolores Durán.

Elmyr de Hory a la manera de Monet

Aunque se pasó años vendiendo falsos picassos por toda Europa logró retirarse siendo un desconocido a Ibiza, donde vivió como un rico heredero durante años. Pero su nombre llegó a los medios tras el escándalo Meadows: el coleccionista norteamericano descubriría en 1967 que 40 cuadros, nada menos, de su magnífica colección de impresionistas y postimpresionistas eran falsos. La investigación dio con los marchantes y estos llevaron a la policía hasta Elmyr de Hory. Su nombre ya era famoso. El también estafador Clifford Irving contó su historia en Fake! (¡Fraude!) y las andanzas de ambos atrajeron a Orson Wells que les dedicó el documental F for Fake, una reflexión sobre la realidad y la falsedad a la que el director era tan dado (recordemos La Guerra de los Mundos) en la creación artística. Un análisis al que quiere también unirse esta muestra. "La exposición tiene dos caras -explica la comisaria-, por un lado el disfrutar de unas obras magníficamente pintadas, inspirándose en artistas impresionistas a los que todos conocemos, mostradas como si fueran obras verdaderas, es decir, el placer estético. Y una segunda lectura en la que se plantean el concepto de autoría, la apropiación, la imitación, el papel del los expertos, de los marchantes, es decir las mentiras y las verdades del arte".

Todo ello aportando documentación inédita y datos que no se conocían. El propio Clifford Irving ha colaborado en el proyecto que el Círculo de Bellas Artes, donde se puede ver la muestra hasta el próximo 12 de mayo, ya ha bautizado como Proyecto Flake. Pero no es el único. Dolores Durán ha estado en contacto con muchas de las personas que se movieron alrededor de Elmyr. Uno de los que grababan para él, por ejemplo, cuenta cómo en mercados de libros de viejo compraban ejemplares antiguos con fotos de obras impresionistas pegadas, despegaban la imagen del Monet de turno para poner su cuadro que pasaba así a la historia del arte, quedando para siempre documentado como un paisaje del famoso impresionista.

Elmyr de Hory al estilo de Picasso

Pensando en eso, la imagen de un Elmyr de Hory rencoroso y queriendo vengarse de un mercado que no supo reconocer su arte y de unos artistas que no llegaron a ser colegas cobra fuerza. También Wells apoyó la teoría de que con su trabajo se reía de los que le había criticado y no habían querido ver su valía. Porque Elmyr jamás copiaba, sus cuadros y dibujos son obras pintadas a la manera de Picasso, Matisse o Modigliani. Se inspiraba en ellos, decía, incluso, que lograba entrar en su alma y que muchos de ellos querían que continuase con su trabajo, que pintase obras que no habían tenido tiempo de pintar.

Por rencor o no, la cuestión es que seguramente muchas de sus obras estarán todavía hoy colgadas en museos y colecciones. El escándalo Meadows sirvió para destapar algunas. En un museo de Tokio apareció otra, al agual que en una subasta. El Fogg Museum de Harvard supo que poseía un Elmyr de Hory casi por casualidad... "Es de suponer que descubrieron algunos, otros no", cuenta la conservadora que gracias también al apoyo de estas instituciones ha podido realizar una jugosa investigación casi casi detectivesca que hoy toma forma de exposición y que continuará el próximo mes de abril con un ciclo de cine y un congreso, también en el Círculo de Bellas Artes, todo en torno al Proyecto Fake.