En el centro Martin Gropius Bau puede verse una de las exposiciones del verano, la dedicada al artista Olafur Eliasson

En la última década, Berlín se ha convertido en una de las capitales del arte pero no en un sentido similar al de Londres o Nueva York. En Berlín las cosas suceden a un ritmo distinto pero igualmente atractivo cuando no más. El crecimiento de la ciudad en el ámbito del arte contemporáneo desde la caída del muro ha sido espectacular. Desde mediados de los noventa se ha convertido en el hogar de acogida de un número extraordinario de artistas, que encuentran en la ciudad del Spree las condiciones perfectas para vivir y desarrollar su trabajo. Muchos encuentran una beca pensando en pasar una temporada pero se acaban quedando. Quizá sea Berlín más conocida por su escena de espacios alternativos que por la institucional. Es cierto que existen multitud de espacios de autogestión pero la calidad de sus museos y galerías es incuestionable. Comenzaremos por el sector público en nuestro recorrido por la ciudad.

El edificio de la Neue Nationalgalerie, construido por Mies van der Rohe cerca de Potsdamer Platz, es siempre una parada obligada. Su deslumbrante arquitectura de vidrio, paradigma del movimiento moderno, alberga este verano una extraordinaria exposición del pintor alemán Rudolf Stingel, uno de los más aplaudidos del panorama internacional, aunque deberíamos hablar más de un proyecto que de una exposición y, sobre todo, poner entre comillas el término "pintura", pues lo que propone Stingel es una intervención sobre el suelo del edificio, una moqueta sobre la que hay un diseño de formas abstractas y barrocas que nace de otro que el artista tiene en una alfombra de su casa. Stingel ha fotografiado el diseño de su casa y lo ha sobredimensionado para cubrir todo el espacio de Mies. La impresión que produce es, sencillamente, soberbia. Juega Stingel con un concepto central: fundir en un mismo plano las enormes ambiciones modernas de la cultura alemana a través de la construcción del edificio de Mies con su percepción de lo cotidiano, personal y biográfico.

Bienal de Berlín
Algo más al norte, en el centro del barrio de Mitte, Kunst-Werke acoge la 6ª Bienal de Berlín, una de las citas más importantes de la temporada. Se trata de una exposición que tiene lugar en dos sedes, Kunst-Werke y un edificio en Oranienplatz, al norte del barrio de Kreuzberg. La bienal está comisariada por la austriaca Kathrin Rohmberg, su título es Lo que está ahí fuera, y versa sobre un asunto tan central como vidrioso en el mundo contemporáneo: Lo real. Integran la exposición 43 artistas internacionales y no deben perdérsela. El espacio de Oranienplatz tiene un montaje muy sugerente y el de Kunst-Werk está dominado por una pieza extraordinaria de un joven artista kosovar de 24 años.

No muy lejos de Kunst-Werk, subiendo hacia el norte de Mitte (es recomendable utilizar la bicicleta para desplazarse entre centro y centro), podrán encontrar la Hamburger Bahnhof, una de las instituciones señeras de la ciudad. Ahí se puede ver una exposición extraordinaria del artista estadounidense Bruce Nauman, posiblemente uno de los más influyentes de la segunda mitad del siglo XX. La exposición se ha concebido a partir de la donación de una pieza de dimensiones tremendas, Room with My Soul Left Out, Room That Does Not Care, un trabajo de 1984 que viene a engrosar la ya importante nómina de obras de Nauman que enriquecen la colección pública alemana. La pieza es el eje central de una exposición en la que otros trabajos de Nauman entran en relación con obras de artistas coetáneos en un montaje que solo puede definirse como imponente.

Muresan y Eliasson
Si desandan lo andado y vuelven hacia Friedrichstrasse, una de las arterias más importantes de la ciudad que corta en vertical en la inmediaciones de la Puerta de Brandenburgo, pueden encontrar, en el 128 de Chaussestrasse, la Neuer Berliner Kunstverein, una asociación cultural que acoge ahora el trabajo del artista rumano Ciprian Muresan. Es la primera exposición institucional alemana de este artista que se ha erigido recientemente uno de los más interesantes de su generación en el ámbito de las relaciones Este-Oste, un asunto central en el arte de hoy.

Siguiendo Chaussestrasse hacia el sur y enlazando con Firedrichstrasse, se llega hasta el Martin Gropius Bau, otro de los grandes centros de Berlín, donde puede verse otra de las exposiciones del verano, la dedicada al artista Olafur Eliasson, uno de los grandes del concierto internacional. Mitad danés, mitad islandés, Eliasson es conocido por sus grandes instalaciones que se encuentran a medio camino entre el arte y la ciencia y firmemente instalado en la investigación en torno a la percepción visual. La exposición ha de entenderse como un homenaje a la ciudad de Berlín, la ciudad donde vive desde hace años y en la que ha madurado como artista y el lugar que le ha visto convertirse en uno de los creadores más populares del mundo y donde tiene un estudio en el que trabajan cerca de 100 personas. En la muestra, que se titula Innen Stadt Außen y que tienen comisario a Daniel Birnbaum, ofrece al público un número importante de trabajos realizados ex profeso para la ocasión, con los que traza relaciones entre ciudad, arquitectura, paisaje y tiempo.

Próximo al Martin Gropius, en Unter der Linde, la calle que une la Puerta de Brandenburgo con Alexanderplatz, se encuentra el Deutsche Guggenheim, donde estos días puede visitarse una interesantísima exposición dedicada a la escena audiovisual que hoy se da en el contexto del arte indio. Son legión los artistas procedentes de India y Bangladesh que, desde hace una década, vienen renovando la naturaleza del medio cinematográfico. Desde la irrupción de Amar Kanwar en la Documenta de 2007 o la nominación de Runa Islam para el Turner Prize de 2008, el arte indio ha estado presente en muchas instituciones internacionales. Su interés está fuera de toda duda.

Las galerías más punteras
En la Berlinische Galerie, ya en el barrio de Kreuzberg, puede verse una exposición dedicada al artista Julian Rosenfeldt, que ha ganado este año uno de los galardones más importantes que se otorgan en Berlín, el Vattenfall Contemporary. Como premio, el artista realiza una exposición en este espacio que tiene en su arquitectura uno de sus principales puntos de interés. Ya en el ámbito privado, Berlín cuenta con un número ingente de galerías de arte, muchas de ellas se encuentran entre las mejores del mundo. Si se mira la nómina de galerías berlinesas que son invitadas a la Feria de Basilea, la más importante de cuantas tienen lugar cada año, se puede comprobar el poder de la escena de la ciudad alemana. No dejen de visitar Klosterfelde, donde pueden ver la exposición de Lara Favaretto, una de las artistas más interesantes de Italia; Johann König, con una colectiva de sus extraordinarios artistas jóvenes; Barbara Weiss, con una individual de Thomas Bayrle; Tania Leighton, en Charlottenburg, con una extraordinaria muestra de trabajos en vídeo de John Smith, también presente en la Bienal de Berlín; Esther Schipper, cerca de Kunst-Werke, con los últimos trabajos de Liam Gillick... Todo un crisol de exposiciones interesantes en una ciudad volcada con el arte contemporáneo.