Natalio Grueso.

El director de los teatros municipales madrileños, que dejará su cargo en junio, publica su primera novela, La soledad.

Hace exactamente dos meses, Natalio Grueso sorprendió a todos anunciando que el próximo junio dejará su cargo como director de los teatros municipales de Madrid para emprender una carrera literaria. Su decisión, asegura, no fue política, ni tiene que ver con los asuntos judiciales que tiene pendientes en Avilés por su anterior gestión del centro Niemeyer. Se trata, simplemente, de hacer realidad un sueño que había aplazado durante años. Ahora ve la luz su primera novela, La soledad, un conjunto de relatos protagonizados por seres cuyo propósito en la vida es hacer felices a los demás. El libro lo publica Planeta en su colección Autores Españoles e Iberoamericanos y viene avalado por Mario Vargas Llosa y Paulo Coelho.



Pregunta.- ¿Desde cuándo escribe?

Respuesta.- Es una vocación que tengo desde hace muchísimos años. La he ido postergando porque el mundo literario es complicado, es una aventura difícil, pero llega un momento en que tienes que plantearte si quieres apostar de verdad por un sueño.



P.- ¿Cómo está viviendo la publicación de su primera obra?

R.- Estoy muy animado, parece que está gustando y las ventas internacionales van muy bien incluso antes de publicarse aquí. Por ahora todos mis conocidos que la han leído me dicen que se han enamorado de mi novela.



P.- La presenta como una novela, pero está estructurada como una serie de relatos cortos conectados entre sí.

R.- La soledad tiene una carpintería interna bastante especial. Se puede leer como un conjunto de historias independientes, pero si se lee de comienzo a fin, aparecen muchos matices que de otro modo pasarían inadvertidos para el lector.



P.- Aparece en la novela un elenco de personajes que se dedican a hacer más felices a los demás, como el cazasueños, el recetador de libros o la joven japonesa que selecciona a sus amantes por la calidad de sus versos sin importarle nada más.

R.- Quería contar la historia de personajes solitarios que descubren que tienen la capacidad de hacer felices a los otros. Todos tenemos ese poder que, en principio, desconocemos.



P.- ¿Usted también se considera un personaje solitario?

R.- Sí, creo que todos a los que nos gusta escribir y leer somos gente solitaria.



P.- Nada menos que Mario Vargas Llosa y Paulo Coelho han elogiado su libro.

R.- Eso demuestra lo extraordinariamente generosos que son ambos. Mi relación con ellos es de admiración absoluta, tienen estilos totalmente diferentes pero los dos son autores fundamentales de la literatura contemporánea.



P.- En ese tono optimista, casi terapéutico de la narración, parece tener influencias precisamente de Coelho.

R.- Ojalá me pareciera a Coelho o a Vargas Llosa. El estilo lo marca el argumento de la historia que quieres contar. En este caso he querido que el estilo tuviera un componente poético importante.



P.- ¿Ha influido en su decisión de dejar su cargo público la causa judicial que tiene abierta en Asturias por supuestas irregularidades en su gestión del Centro Niemeyer?

R.- No. Esta decisión la tenía tomada desde hace tiempo, pero no había podido hacerla realidad hasta ahora. He estado 20 años en la gestión cultural y ahora he querido pasar al otro lado y dedicar por lo menos otros 20 a la creación.



P.- En cualquier caso, ¿le preocupan esas acusaciones?

R.- No tengo nada que decir sobre ese tema.



P.- ¿Qué será lo siguiente? ¿A partir de ahora será solo escritor?

R.- Estoy trabajando en otras novelas y piezas de teatro. Tengo varios proyectos entre manos y no dejaré la producción teatral.

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