El Cultural

Premios y cambios

30 junio, 2009 02:00
1. Ya hablé el otro día del nuevo reglamento de la Academia de Hollywood, diez nominadas en vez de cinco. Ahora, tanto la Academia española como la de Los ángeles anuncian nuevas medidas. Esta última acaba de comunicar que adelanta los premios honoríficos a una cena de gala que se celebrará antes de la entrega de los Oscar competitivos. Es una manera como otra cualquiera de agilizar una ceremonia que en los últimos años perdía audiencia. No es mala idea en ese sentido, pero sentimental que es uno a mí me gustaba ver aparecer a las viejas glorias muy viejecitas yendo a recoger su trofeo. Además, el comité musical cribará las canciones nopminadas. Mejor, de vez en cuando se colaba cada cursilada de morirse.

Y en España, álex de la Iglesia se lo está tomando con ganas. La Academia ya ha anunciado novedades. Como que se retrasa la gala de los Goya para aprovechar mejor el tirón promocional de las candidaturas. Está bien pensado pero me temo que el único efecto de esos premios es a posteriori. O sea, la ganadora se ve beneficiada pero la terna de candidatas a la gente le da un poco igual. Además se potencia a los cortometrajes facilitando su visión por internet a los académicos y se aumenta su duración mínima será de treinta minutos. Son medidas inteligentes pero al fin y al cabo cosméticas. Es de desear que el muy capaz de la Iglesia acometa reformas más profundas.

2. A Maribel Verdú le acaban de dar el premio nacional de Cinematografía. Me alegro por ella, lo merece. La Verdú, con su voluptuosidad carnal se presta siempre a todo tipo de comentarios lúbricos por parte de los columnistas. La hemos visto crecer todos en decenas de películas, la conocimos de niña en El año de las luces; adolescente cañón en La estanquera de Vallecas; joven virginal en Amantes o actriz de primera en La buena estrella. Tengo un amigo que dice que la actriz está mejor cuando la dirigen extranjeros. Es verdad, mis tres películas favoritas de ella son, casi por este orden, Y tú mamá también, del mexicano Alfonso Cuarón; El laberinto del fauno, del también mexicano Guillermo del Toro y Tetro, la película de Coppola recién estrenada que muchos han puesto a parir. Es en este extraño filme del creador de El Padrino donde, creo, alcanza su cénit. La actriz se mueve con una naturalidad pasmosa delante de la cámara, reducida a cenizas ya una cierta vulgaridad que acusaba en sus inicios. Maribel, simpática y encantadora en las distancias cortas, se está convirtiendo, a ojos vistas, en una gran actriz. A ella, al contrario que a Penélope, le gusta rodar aquí. Espero que surjan películas que hagan honor a su talento. Y si no, Maribel, ya sabes, a hacer las maletas.