Muguruza, durante el partido ante Pliskova en Guadalajara.

Muguruza, durante el partido ante Pliskova en Guadalajara. Francisco Guasco EFE

Tenis WTA Finals

Muguruza cae en la altura de Guadalajara ante Pliskova y arranca con derrota las WTA Finals

La española pierde su primer partido en el torneo en un encuentro muy marcado por la altitud de la ciudad mexicana. 

11 noviembre, 2021 05:16

Los casi 1.600 metros de altura de Guadalajara atormentaron a Garbiñe Muguruza durante su estreno en las WTA Finals, el prestigioso torneo que reúne a las ocho mejores tenistas de la temporada a final de año y que a última hora se mudó de Shenzhen a México como consecuencia de la situación sanitaria provocada por la pandemia de la covid-19. El miércoles, la española debutó en el grupo Teotihuacán cayendo 6-4, 2-6, 6-7 frente a Karolina Pliskova en un cruce descontrolado, muy condicionado por los efectos que provoca jugar tan arriba del mar. Muguruza, sin embargo, exhibió una capacidad de lucha admirable: en pleno proceso de adaptación, la número cinco salvó tres puntos de partido contra la checa (dos con 4-5, uno más en el tie-break decisivo) antes de hincar la rodilla en una noche difícil que debería servirle para el futuro.

“Ha sido un partido muy difícil para ambas, no es sencillo jugar en estas condiciones”, reconoció luego Muguruza. “Es un grupo complicado, pero no por eso voy a creer que no puedo”, añadió la campeona de dos grandes. “Estoy motivada, le he ganado a todas y prepararé lo mejor posible el siguiente partido [se mide el viernes a Barbora Krejcikova]. Motivación no me va a faltar. Por mucho que haya perdido, me siento orgullosa de mi rendimiento y de mi espíritu de lucha. Solo queda seguir”.

En septiembre, cuando la WTA oficializó la decisión de llevar la cita a Guadalajara, gran parte de los técnicos señalaron el desafío que supondría la aclimatación a unas condiciones atípicas y exigentes representadas en una altitud desproporcionada. No se equivocaron. A pesar de que las jugadoras intentaron llegar con varios días de antelación para adaptarse, la competición puso a pruebas los nervios de las participantes, pegadoras casi todas, construidas sobre el patrón que marca el tenis moderno en el circuito femenino.

Acostumbrada a vivir en el filo de la navaja, jugando al límite cada bola, Muguruza sufrió para encontrar un margen de error que le permitiese encarar los peloteos con garantías. Siempre agresiva, decidida a pelear el punto desde el tiro inicial, la española tuvo que combar muchos de sus golpes, y la mayoría de las veces que optó por no hacerlo lo acabó pagando con un error que le restó confianza y llenó de dudas su cabeza.

Pliskova, por supuesto, tampoco escapó de la trampa de la altura. La checa, pura escuela del palo y tentetieso, se frustró ante los comportamientos atípicos de la pelota, que voló de un lado a otro como un balón de playa. La diferencia, en cualquier caso, se redujo a un desempate que pudo haberse llevado cualquiera de las dos, y que Pliskova hizo suyo tras abrochar un par de detalles para comenzar con victoria las WTA Finals y empezar a pensar en las semifinales.

A Muguruza, de momento, le toca arremangarse. 

Muguruza, durante el partido ante Pliskova.

Muguruza, durante el partido ante Pliskova. Henry Romero REUTERS