Muguruza, durante el partido ante Collins.

Muguruza, durante el partido ante Collins. Ian Langsdon EFE

Tenis Roland Garros

Muguruza deja vivir a Collins y lo paga con una dolorosa eliminación de Roland Garros

Después de un cambio de pista por la lluvia, y tras ir ganando 3-0 en el set decisivo, la española cae ante Danielle Collins (5-7, 6-2, 4-6) y se despide de París.

3 octubre, 2020 23:22
París (enviado especial)

Lo presenciaron apenas 50 personas, consecuencia de las restricciones provocadas por la pandemia de covid-19 y las horas tardías, cerca de la medianoche en París. En un ambiente familiar, intimista, casi privado, Garbiñe Muguruza dejó escapar una ventaja de 3-0 en el tercer set de su partido de tercera ronda de Roland Garros ante Danielle Collins y lo pagó con la derrota: viniendo desde atrás cuando ya nadie contaba con ella, la estadounidense eliminó a la española del torneo (7-5, 2-6, 6-4 en 2h26m) y alcanzó los octavos de final. Garbiñe, lógicamente, se marchó descompuesta y dolida. 

“Ha sido complicado empezar lloviendo en otra pista y que luego nos cambiasen”, reconoció la española tras la derrota. “Ha sido difícil encontrar las sensaciones. Es otro torneo jugar en tierra batida bajo techo”, añadió. “En el primer set no he jugado muy bien, en el segundo he mejorado y en el tercero no he estado a la altura para ganar el partido”, siguió Muguruza. “Ella puede fallar tres bolas seguidas y luego meter tres ganadores. Con jugadoras así, siempre puede haber un momento en el que todo se gire en contra. Se me ha escapado y debería haber conseguido jugar mejor al final. Estoy decepcionada”.

Muguruza y Collins empezaron el partido en la pista Suzanne Lenglen. Durante algo más de 10 minutos, las dos rivales se enfrentaron bajo una tromba de agua tremenda, que no frenó a la española en su objetivo de empezar mandando (break de arranque). Lógicamente, el partido se suspendió, con la tierra convirtiéndose en barro, y la organización del torneo propuso a las jugadoras terminar a cubierto en la Philippe Chatrier a la conclusión del encuentro entre Novak Djokovic y Daniel Galán, que ganó el serbio con facilidad. 

Muguruza, durante el partido ante Collins.

Muguruza, durante el partido ante Collins. Christian Hartmann Reuters

Así, cerca de las nueve de la noche, Muguruza retomó el cruce en el punto que lo había dejado: sacando para colocar un 2-0 que logró con facilidad, agradando la ventaja con la que había empezado la noche. Ocurrió entonces lo que quizás la española no esperaba. De la nada, Collins se metió en el partido ganando tres juegos consecutivos (de 0-2 a 3-2) y desde ese momento peleó por la victoria de tú a tú, sin cortarse ni un pelo.

Acompañada en el torneo por Nicolás Almagro, el ex número 10 mundial, Collins se desenvolvió con una soltura impropia de alguien poco acostumbrada a jugar en escenarios tan importantes. Que la pista estuviese vacía seguramente ayudó a la estadounidense a sacudirse el vértigo que habitualmente se siente en lugar tan importante como la Chatrier, favoreciendo una puesta en escena muy atrevida que al principio tuvo muchio éxito.

Sacando para asegurarse el tie-break, Muguruza tembló un poco y Collins se tiró a la yugular de la española para hacerse con el primer parcial. Fue un toque de atención que la campeona de dos grandes interpretó perfectamente: o haces algo para cambiar el encuentro, o estás fuera de Roland Garros, y eso sería un golpe muy duro teniendo en cuenta que estás lista para asaltar el título.

¿Qué hizo Muguruza? Reaccionar, claro. Redoblando las precauciones en cada golpe, la española empató el cruce ganando el segundo parcial y se plantó en el tercero con un doble break (3-0) que debería haberle bastado... ahí apareció Collins para darle la vuelta al encuentro aprovechando el puñado de errores no forzados de la española, que cuando sacaba para poner el 5-5 cometió dos dobles faltas para entregarle en las manos el triunfo a su contraria.