Garbiñe devuelve la bola.

Garbiñe devuelve la bola. Ali Haider EFE

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Garbiñe Muguruza: “Yo no me quiero morir por la bola”

En la derrota ante Andrea Petkovic en Doha, la española explota en una discusión con su entrenador y reconoce luego que necesita controlar sus emociones en la pista.

26 febrero, 2016 00:29
Doha

Andrea Petkovic terminó bailando para celebrar su pase a las semifinales del torneo de Doha. La alemana venció 6-1, 5-7 y 6-2 a Garbiñe Muguruza en un partido eléctrico de 2h21m y jugará mañana contra Jelena Ostapenko (6-4 y 6-3 a la china Zheng) buscando un lugar en la final del próximo sábado. La número 27 escribió un encuentro plagado de méritos, lo que terminó provocando una fuerte colisión dialéctica entre Garbiñe y Sam Sumyk (su entrenador), cuando el encuentro estaba prácticamente perdido.


Esto fue lo que ocurrió. Con 1-4 en la manga decisiva, la española solicitó la presencia en la pista de Sumyk, algo que está permitido en el circuito femenino una vez por set. “Eso es lo que estoy intentando. ¡Dime algo que no sepa!”, le dijo Muguruza, sin poder controlar sus nervios ante el irremediable horizonte que tenía ante ella. “Parece que lo sabes todo”, respondió Sumyk, con aparente calma. “Por supuesto”, le desafió la española.


Sin perder el tono pacífico, el técnico francés intentó que Garbiñe entendiese que su rival estaba luchando a muerte por cada pelota, animando a su pupila a hacer lo mismo. “¡Yo no!”, se arrancó de repente la número cinco en castellano, cuando hasta entonces había estado hablando en inglés, el idioma que siempre usan para comunicarse. “¡Yo no me quiero morir por la bola!”, insistió. “¿Estás hablando en castellano para la televisión española?”, le preguntó Sumyk sorprendido, antes de que Muguruza tirase al aire un botellín de agua, lo que provocó que el técnico se marcharse de nuevo a la grada sin decirle una sola palabra más.


“Hemos tenido un rifirrafe, un pequeño intercambio de opiniones”, reconoció la número cinco del mundo tras el partido. “Estaba 1-4 en el tercer set y era un momento difícil para mí. Es complicado escuchar y estar receptiva en esos momentos, cuando estás corriendo mucho y ves que el partido se te va”, prosiguió la española sobre la actitud que demostró con su entrenador. “Cuesta abrir la mente y ver qué puedes hacer diferente, pero es algo que tiene que trabajar todo el mundo. Eso es lo que más cuesta, pero es un ámbito que debo mejorar para controlar mis emociones en la pista”.


CON BUENAS SENSACIONES, PESE A LA DERROTA


Para la número cinco (cuatro el próximo lunes), que dudó si acudir a Catar o volverse a España, incapacitada para competir como dijo que se encontraba después de caer a la primera en el torneo de Dubái, fue una semana positiva, con dos buenos triunfos y la sensación de estar acercándose a la competidora que arrasó en el tramo final de 2015.


“Petkovic ha estado muy sólida durante todo el partido”, dijo Garbiñe, alabando el mérito de su contraria. “He intentado luchar, haciendo todo lo posible para romper esa barrera que ha levantado, pero ha jugado muy bien. Ha conseguido hacerme fallar muchas bolas. No veía hueco porque ha planteado bien el partido”, repitió. “A veces, juegas por instinto y sabes lo que tienes que hacer. Seguramente, no estoy jugando con esa confianza ahora mismo, pero me he visto bien en Doha”, aseguró Muguruza, que tras llegar a cuartos escribió que estaba de vuelta (Mugu is back) al final en la cámara de televisión. “Sabía que podía perder hoy. No estoy disgustada con este partido, aunque lo he peleado y deseado mucho, pero no ha caído de mi lado”.


Así, y después de un encuentro competido al límite y una discusión volcánica con su entrenador, Garbiñe volverá a España para descansar unos días antes de poner rumbo a Indian Wells (desde el próximo 10 de marzo), donde jugará su próximo torneo. Por el camino, una tarea pendiente: trabajar duro para suavizar ese carácter indomable que le da tantas alegrías como disgustos.