
Fernando Rivas, junto a Carolina Marín. EFE
Fernando Rivas, el entrenador de Carolina Marín, deja la Federación francesa para iniciar un proyecto de IA con Paravium
El técnico granadino de bádminton logró junto a la onubense un oro olímpico y tres títulos mundiales.
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Fernando Rivas no continuará más al frente del programa absoluto de la Federación Francesa de Bádminton. El que llevó a Carolina Marín al oro olímpico y tres coronas mundiales, cerrará oficialmente su ciclo el 31 de agosto de 2025.
Pone fin de esta manera a un periodo de tres años que han sido los más fructíferos para el bádminton galo y se prepara para iniciar una aventura en la que aspira a redefinir la preparación deportiva de raqueta en todo el mundo.
"Culmina una fase de aprendizaje intenso y de logros compartidos con el bádminton francés", afirmó el técnico granadino.

Fernando Rivas se abraza a Carolina Marín en Río 2016. EFE
"La vocación permanece intacta: explorar los límites del rendimiento humano. Con Paravium haremos que la inteligencia artificial trabaje de forma invisible pero constante, unificando ciencia, datos y pasión en una sola plataforma", añadió.
Y es que Fernando Rivas se alía con la firma madrileña Paravium, experta en ecosistemas de inteligencia artificial adaptativos. El proyecto, bautizado Unified Sports AI, persigue lo que muchos cuerpos técnicos apenas han podido imaginar.
Un asistente ubicuo capaz de procesar en tiempo real la carga física, los patrones tácticos, la biomecánica, la recuperación y el perfil psicológico de cada deportista. Su alcance abarca bádminton, tenis, pádel y cualquier disciplina con raqueta.
Hoja de ruta
Se llevará a cabo una validación de pruebas con deportistas de élite, utilizando la experiencia junto a Carolina Marín, cuyo entrenamiento actuará como laboratorio vivo.
Una vez verificada la eficacia, la plataforma se ofrecerá al mundo deportivo, federaciones y clubes que busquen elevar su rendimiento sin necesidad de multiplicar sus recursos humanos.
Rivas se despide de París con la convicción de un director de orquesta que, tras afinar cada instrumento, decide componer una sinfonía inédita. La partitura, esta vez, está escrita en código y datos; el objetivo sigue siendo idéntico: llevar el deporte un paso más allá de lo imaginable.