Tiger Woods, Marc Márquez y Michael Jordan, en un fotomontaje

Tiger Woods, Marc Márquez y Michael Jordan, en un fotomontaje Diseño: Deportes EE

MotoGP

Marc Márquez y el renacer a la altura de Tiger Woods y Michael Jordan que le convierte en una leyenda del deporte

El piloto español vivió su propia redención tras ganar un Mundial de MotoGP cinco años después, algo inédito en la historia.

Más información: Marc Márquez regresa al Olimpo de MotoGP seis años después y se proclama campeón del mundo en Motegi

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Las lágrimas rodaron por las mejillas de Marc Márquez mientras cruzaba la línea de meta en Motegi. El segundo puesto le bastaba para conquistar su noveno título mundial de motociclismo. Después de 2.184 días de espera, el piloto español volvía a tocar el cielo.

El abrazo con su hermano Álex en el paddock selló una historia de redención sin precedentes. Las cámaras captaron el momento en que Marc se quebró al recordar a su abuelo Ramón. "Seguro que está disfrutando allí arriba", murmuró entre sollozos, sabiendo que su mayor fan ya no estaba.

El circuito de Motegi se convirtió en testigo de una resurrección deportiva que trasciende fronteras. Miles de aficionados japoneses vitorearon al español que había conquistado sus corazones durante años. La bandera de España ondeó con orgullo mientras Marc alzaba los puños al cielo en una imagen histórica.

Fue la mejor manera de cerrar un círculo. Allí había ganado su último Mundial de MotoGP en 2019. Quizá, en ese momento, no sabía lo que le estaba por llegar. Una dura travesía en el desierto que duró un lustro.

La caída desde el olimpo

El 19 de julio de 2020, en Jerez, Marc Márquez sufrió la fractura del húmero derecho que cambió su vida. Una caída que parecía rutinaria se convirtió en el inicio de un calvario médico interminable. La primera operación con placa de titanio no fue suficiente.

Tres intervenciones más seguirían en los años siguientes: pseudoartrosis, infección, complicaciones. Su abuelo Ramón, preocupado por verle sufrir, le suplicó que lo dejara: "Ya tienes suficiente para vivir". Marc le prometió una última oportunidad para su brazo.

Los médicos de la Clínica Mayo fueron quienes finalmente encontraron la solución al problema. La cuarta operación, la más delicada, logró estabilizar el húmero fracturado definitivamente. Meses de rehabilitación intensiva siguieron hasta que Marc pudo volver a pilotar competitivamente.

El cambio a Ducati en 2025 representó su apuesta final por resurgir. Cinco años sin ganar un mundial pesaban como losas sobre sus hombros. Los críticos hablaban del fin de una era, del ocaso de una leyenda.

En Motegi, esa apuesta arriesgada se ha convertido en gloria eterna. La Ducati roja ha sido el vehículo perfecto para su redención. Marc ha demostrado que cambiar de rumbo puede ser la clave del renacimiento deportivo.

Marc Márquez acaba de unirse al selecto grupo de deportistas que cayeron desde la cima y lograron resurgir. Tiger Woods y Michael Jordan forman parte de este exclusivo "club de los resucitados". Tres atletas unidos por patrones similares: dominio absoluto, caída dramática, años de sufrimiento y vuelta triunfal.

La historia del deporte está plagada de grandes figuras que desaparecieron sin más. Pero solo unos pocos elegidos tienen la capacidad mental y física para renacer. Márquez, Woods y Jordan representan la esencia misma de la resiliencia deportiva.

Estos tres nombres brillan con luz propia en el Olimpo deportivo mundial. Sus carreras siguieron trayectorias paralelas: juventud prodigiosa, dominio absoluto en sus disciplinas, caída estrepitosa y resurrección gloriosa. El denominador común es una mentalidad inquebrantable que rechaza la derrota definitiva.

La resurrección de Woods

El 27 de noviembre de 2009, Tiger Woods estrelló su Cadillac Escalade contra un hidrante. El accidente destapó un escándalo de infidelidades que sacudió su imagen inmaculada. Su esposa Elin le había perseguido con un palo de golf tras descubrir sus aventuras extramatrimoniales.

Nueve mujeres salieron a la luz confirmando relaciones con el golfista. Camareras, modelos, actrices porno formaban parte de su vida secreta. Tiger anunció su retirada indefinida del golf profesional en diciembre de 2009.

Tiger Woods, en una imagen de archivo.

Tiger Woods, en una imagen de archivo. REUTERS

Los patrocinadores huyeron en masa: Nike, Gatorade, AT&T cancelaron contratos millonarios. Su imagen de perfección se desplomó como un castillo de naipes en cuestión de semanas. El divorcio de Elin le costó más de 100 millones de dólares.

Los años siguientes fueron un infierno: divorcio millonario, pérdida de patrocinios, operaciones de espalda. Su nivel competitivo se desplomó después de haber dominado el golf mundial durante una década. Parecía el fin definitivo de una carrera legendaria.

Las lesiones de espalda se sucedieron una tras otra entre 2014 y 2017. Cuatro operaciones quirúrgicas pusieron en peligro no solo su carrera, sino su capacidad de caminar. Tiger confesó que algunos días no podía ni levantarse de la cama.

Pero el 14 de abril de 2019, Tiger Woods conquistó el Masters de Augusta. Catorce años después de su último grande, volvió a vestir la chaqueta verde. Las lágrimas de emoción recordaron al mundo por qué había sido el mejor.

El legado de Jordan

El 6 de octubre de 1993, Michael Jordan anunció su primera retirada tras tres anillos consecutivos. La muerte de su padre James le había dejado sin motivación para seguir compitiendo. A los 30 años, en la cima de su carrera, decidió dejarlo todo.

Su incursión en el béisbol fue un fracaso relativo que alimentó las burlas. Los Birmingham Barons de la liga menor vieron jugar al mejor basquetbolista del mundo. Sus estadísticas fueron mediocres: promedio de bateo de .202 en su primera temporada completa.

Michael Jordan durante su etapa en los Chicago Bulls

Michael Jordan durante su etapa en los Chicago Bulls

Pero el 18 de marzo de 1995, un simple fax cambió la historia del deporte. "I'm back", apenas dos palabras que provocaron histeria mundial en la NBA. Los mercados financieros se dispararon, las acciones de Nike subieron un 5% instantáneamente.

Su regreso con el número 45 fue traumático: derrota ante Indiana en su primer partido. Pero Jordan cambió al mítico 23 en playoffs y comenzó una segunda etapa gloriosa. Tres campeonatos más (1996-1998) consolidaron su leyenda para la eternidad.

El equipo de 1995-96 ganó 72 partidos, récord histórico que duró dos décadas. Jordan promedió 30.4 puntos por partido a los 33 años de edad. Su sed de venganza alimentó una racha competitiva que marcó época en la NBA.