Hamilton celebra su victoria en Hungría.

Hamilton celebra su victoria en Hungría. Reuters

F1 Fórmula 1

Senna + Mansell + Prost = Hamilton

El británico fusiona las mejores características de los campeones del pasado y da la vuelta al mundial. Asesta un golpe psicológico a su compañero Rosberg tras enlazar tres victorias consecutivas.

25 julio, 2016 01:26

Senna, talento natural de un “competidor nato”


En palabras del gran Nigel Mansell, el piloto brasileño Ayrton Senna era además de “su rival más fuerte” un auténtico “competidor nato”. Para el propio Senna esta última era su principal virtud, aquella que tantas enemistades le creaba entre sus compañeros -como le sucede al nuevo líder del mundial- era consecuencia del “pecado de ser rápido”.


Si hay un ejemplo que defina lo que es llevar la velocidad en la sangre es Ayrton Senna, el piloto más admirado por Lewis Hamilton con el que parece compartir la genética de la búsqueda de la velocidad máxima en todo momento y circunstancias. 


El británico no sólo parece compartir ADN con su ídolo al que ha igualado en mundiales mientras lucha por uno más con el que alcanzaría la impresionante cifra en poder de Sebastian Vettel.

F1's Greatest Lap? Ayrton Senna at Donington 1993

Mansell la agresividad un león desatado

Al buscar la palabra agresividad en el diccionario de la Fórmula 1, la fotografía de Nigel Mansell luce con luz propia trayendo a la memoria de los aficionados momentos mágicos como los que se vivieron en Jerez en 1986

Nigel Mansell vs. Ayrton Senna - Jerez 1986 Spanish GP


Cuando las cosas se ponen cuesta arriba y la dificultad es máxima, Hamilton reencarna el espíritu del ‘León’ de la Fórmula 1 que hace unas semanas bendijo al piloto de Mercedes con un “bienvenido al club” tras igualar el número de victorias que ostentaba el viejo campeón británico en el Gran Premio de casa.

CRASH ANALYSIS LEWIS HAMILTON NICO ROSBERG AUSTRIA GP SPIELBERG



Las enseñanzas de Prost, el profesor


Alain Prost ostenta el título de 'Profesor' en la Fórmula 1 en honor a su fama de analista durante cada Gran Premio que, calculadora en mano, vislumbraba la estrategia perfecta que llevó al piloto francés a conquistar nada menos que cuatro Campeonatos del Mundo.


Durante la última cita del mundial en Hungría, Lewis Hamilton le ha robado la calculadora al francés para administrar por sí mismo, sin ayuda del box, su carrera manejando a su antojo a su compañero de equipo y toda la carrera como si de un teatro de marionetas se tratase.

Lewis Hamilton and Nico Rosberg crash



De Hungría a los Oscar de Hollywood

A Lewis Hamilton el estrellato le sienta bien y sabe vivir la vida que el dinero y el éxito proporcionan como ya exploró EL ESPAÑOL, llevando las enseñanzas de sus amigos de Hollywood a la pista representando un "inocente" personaje.

Este personaje le puede llevar directamente a la nominación de los Óscar, gracias al papel con el que ha engañado incluso a su propio equipo para conseguir su tercera victoria consecutiva en el mundial que representa el "sorpasso" sobre Nico Rosberg, marcando el inicio de un nuevo mundial con diez carreras por delante.


Fusión de estilos: La ecuación ganadora

2016 se está convirtiendo en la consagración de un piloto que está asimilando, a medida que madura, las mejores características de los pilotos que marcaron su afición en la infancia y de aquellos con los que se ha ido enfrentando durante su carrera. Esta maduración le ha permitido alcanzar un estrellato que gestiona como nadie.


El Lewis Hamilton de hoy hace valer una velocidad grabada en su ADN al más puro estilo Senna, que se combina a la perfección con la agresividad que tanto se echa de menos en la F1 actual que regalaba Nigel Mansell en cada carrera.


La sorpresa de Hungría ha sido la reconversión del temperamental Hamilton al cálculo estratégico. El británico ahora es capaz de templar el carácter y sacar la calculadora 'made in' Prost para engañar hasta a su propio equipo, dormir la carrera y para propiciar la cacería de su compañero de equipo por parte de los Red Bull y consagrar así el lema que lucía en su gorra días antes del GP.