Cristiano y Kroos celebran un gol del Real Madrid.

Cristiano y Kroos celebran un gol del Real Madrid. REUTERS

1ª División

Cristiano, Kroos y Marcelo resurgen para ilusión del Real Madrid

Los tres jugadores resucitaron en Mestalla tras un mal año. De un buen nivel de ellos depende la salud futbolística del equipo de Zidane.

28 enero, 2018 01:43

Noticias relacionadas

En toda la temporada 2017/18 no se había visto un Real Madrid que se pareciera tanto al del curso anterior como el que apareció en Mestalla este sábado. Ya no fue un tema de golear, que también, sino de la sensación que dejó. Fue un equipo serio, que leyó bien el partido, al que todo le salió de cara... Así ganó muchos partidos la pasada temporada.

La victoria del equipo de Zidane en Mestalla fue coral, pero dejó varios nombres propios que al fin resucitaron, siendo muy influyentes en el resultado. Fueron los casos de Cristiano Ronaldo (dos goles), Marcelo (un gol y participación en tres) o Kroos (autor del último tanto y con un nivel más alto que en los últimos partidos), sin olvidar tampoco a Keylor Navas, clave con una parada salvadora en los minutos de arreón del Valencia, y a Marco Asensio, que con su salida el Madrid controló de nuevo el duelo y asistió brillantemente a Marcelo en el tercer gol.

La aparición de estos jugadores (así como otros clave como Carvajal o Modric) es imprescindible para la mejora del Real Madrid. Sin ellos a un buen nivel, el club blanco es un equipo bastante inferior, lejos del primer nivel, por lo que necesitan una buena versión para mantener vivas las esperanzas de poder eliminar al PSG en la eliminatoria de octavos ante el PSG.

Marcelo y Asensio en Mestalla.

Marcelo y Asensio en Mestalla. EFE

Para saber si este Real Madrid ha resucitado habrá que esperar algún partido más (los próximos son ante Levante y Real Sociedad) ya que también goleó hace una semana al Deportivo de La Coruña y después quedó eliminado en Copa. Paciencia para saber si la goleada en Mestalla es el inicio de una recuperación o un simple partido aislado. El Madrid, aunque parezca mentira, ha conseguido vencer en dos encuentros seguidos de Liga tres meses después.

Lo logró recuperando el nombre de Real Madrid y todo lo que eso conlleva. Estuvo siempre en pie, aguantó cuando más atacó el Valencia, supo salir de ese chaparrón de los che y acabó goleando gracias a una maximización de las ocasiones al final. Hasta el 84', el partido iba 1-2, pero lo que vino después, para sentenciar, fue el Madrid de siempre: efectivo e impecable. 

Cristiano Ronaldo recuperó esa velocidad que ya muy pocas veces liderando una contra sublime, un ejemplo de que el fútbol bonito no solo es patrimonio de la posesión, con la que se creó el primer gol, de penalti cometido por Montoya porque al lateral del Valencia no le queda otra que derribar a Cristiano. Fue una contra perfecta, de aquellas que se hacían en la época de Mourinho, que acabó con el 0-1. Después marcó el segundo, también de penalti, y perfectamente anotado.

Kroos y Cristiano.

Kroos y Cristiano. REUTERS

Marcelo, con alguna laguna en defensa y con una primera parte más floja, acabó completando uno de los mejores de los partidos de la temporada porque recuperó su influencia en ataque. El año pasado, los dos laterales fueron fundamentales para el fútbol ofensivo del Madrid y este año ambos estaban haciendo aguas en ataque. En Mestalla, el brasileño marcó el tercer gol, participó en otros dos y recuperó esa alegría que tanto le caracteriza.

También mejoró su imagen Kroos, el jugador del centro del campo que peor estaba este año y que en Valencia también dio síntomas de recuperación con lo que a él siempre le caracterizaba: dominio del centro del campo, más minutos con el balón y, lógicamente, su disparo de rosca pegado al palo que acaba en gol.

A dos semanas y dos partidos del duelo ante el PSG, el Madrid avisó. En una de las plazas más difícil es de la Liga y en el encuentro que más se puede asemejar al que tendrá en Champions (salvando siempre las distancias), el equipo de Zidane recuperó la imagen que tal y como están las cosas no es cosa menor.