Xabi Alonso felicita a sus jugadores tras la victoria ante el Athletic Club.

Xabi Alonso felicita a sus jugadores tras la victoria ante el Athletic Club. EFE

Fútbol

Xabi Alonso da con la tecla para poner fin a los problemas del Real Madrid: de vuelta al origen de un dibujo que sí funciona

El tolosarra dejó de innovar en la visita a San Mamés y recuperó el 4-4-2 que tantas garantías le da a un equipo que se mostró más compacto e igual de letal.

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Quince victorias, tres empates y dos derrotas es el balance de Xabi Alonso desde que empezó su etapa en el banquillo del Real Madrid.

Eso sí, sin contar los resultados del Mundial de Clubes, ya que para el técnico esa competición pertenecía a la pasada temporada y la suya comenzaba de manera oficial en agosto con el inicio de La Liga.

Sus primeros meses han sido complicados debido a todo el ruido externo que se ha formado en torno a su figura: que si no tiene el apoyo de una parte del vestuario, que si le están haciendo la cama... hasta el punto de poner en duda su continuidad tras cinco meses en el banquillo por encadenar tres empates, una victoria y una derrota en cinco partidos.

La presión de estar en el Real Madrid es máxima y si hay alguien que lo sabe mejor que nadie es el propio Xabi Alonso, quien vistió la camiseta blanca durante cinco temporadas. Por lo que está curado de espanto.

Fiel a su talante tranquilo, en las ruedas de prensa el tolosarra siempre repetía el mismo mensaje: "calma. Todo lleva su tiempo". Sin embargo, las jornadas transcurrían, el juego no llegaba y los resultados tampoco, hasta que en San Mamés dio 'el do de pecho'.

Xabi Alonso, en el área técnica durante el partido ante el Athletic Club.

Xabi Alonso, en el área técnica durante el partido ante el Athletic Club. Reuters

"Ha sido un partido muy completo, los 90 minutos, muy concentrados, apenas concediendo ocasiones [...] Ha sido el partido más redondo en un estadio exigente. Pero lo llevamos con calma, a seguir", fue el mensaje que lanzó en rueda de prensa tras la victoria ante el Athletic Club.

Y es que el Real Madrid sacó las castañas del fuego desde que Xabi elaboró el plan de partido. El equipo recuperó el 1-4-4-2, donde el gran damnificado fue Arda Güler en detrimento de Fede Valverde, quien jugó de interior.

Rüdiger y Militao son un seguro para cualquier entrenador y el tolosarra lo sabe. De hecho, ante el Girona cuando los dos acababan de volver de lesión ya fueron titulares y jugaron los 90 minutos.

El conjunto blanco apenas le concedió a los leones en ataque. Más allá de un paradón estratosférico de Courtois a Berenguer, el Real Madrid tuvo el partido bajo su control durante todo el partido.

La mejor versión

"Su calidad y fortaleza física ha sido diferencial. Es lo que tienen los equipos grandes de Europa. Se anticipan, son rápidos, tienen potencia... [...] El Real Madrid ha sido mejor que nosotros", reconoció Ernesto Valverde. Y es que jugando así, este equipo no se va a bajar de la pelea por los títulos.

En los tres empates que el equipo encadenó de manera consecutiva en La Liga (ante el Rayo Vallecano, Elche y Girona), hubo un denominador común en los dos últimos. Tanto el cuadro ilicitano como el equipo albirrojo se pusieron por delante en el marcador y el conjunto blanco tuvo que ir a remolque.

Valverde, serio tras el gol del Girona.

Valverde, serio tras el gol del Girona. Reuters

Con una defensa cerrada, el Real Madrid sufre y no encuentra los espacios. Además, si a Arda Güler se le acaba la inspiración y Mastantuono está en el dique seco tras sufrir una lesión en el pubis, en el equipo no hay otro jugador que tenga la llave para abrir semejantes 'cerrojos' defensivos.

Esa es la misión que tiene Xabi Alonso por delante. Y es que a pesar de que el equipo tiene dos bólidos en ataque que garantizan goles, no siempre van a tener un escenario propicio para llevarse al partido al ponerse por delante.

Ante el Athletic fue clave el primer gol de Mbappé y el juego al primer o segundo toque para romper las líneas del rival. Con el doble pivote formado por Tchouaméni y Camavinga, Bellingham abandonó su posición para ir al ataque y ser más influyente en el juego, haciendo luego un esfuerzo tremendo para llegar a tapar, otra vez, por la izquierda.

Del 4-4-2 en defensa al 3-5-2 en ataque con Trent y Carreras jugando casi de extremos, Vinicius tuvo campo para correr y hacer daño como mejor sabe, cuando tiene espacio por delante, aunque no se llevó la recompensa del gol.

De la 'Catedral' el Real Madrid salió fortalecido y no solo por el resultado, también por el juego. Xabi tiene motivos para estar contento y el pulso con el Barça continúa, y eso que hace tan solo unos días parecía que los azulgranas ganarían el duelo con relativa facilidad.