Los futbolistas de Surinam celebran un gol.

Los futbolistas de Surinam celebran un gol. EFE

Fútbol

Surinam, un país de 600.000 habitantes forjado bajo el talento neerlandés que está a las puertas de su primer Mundial

El país sudamericano fue colonia de Países Bajos hasta 1975 y tan solo cuenta con tres surimaneses en la plantilla.

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Hace apenas seis años, esto era totalmente impensable. Hoy, Surinam está a las puertas de su primer Mundial. Hace apenas un mes, Virgil Misidjan anotó en el minuto 93 contra Guatemala para mantener viva la ilusión. Y en este parón su puede cumplir el sueño.

25 integrantes del equipo lucían pasaporte holandés en ese partido decisivo. Surinam lidera su grupo de las eliminatorias CONCACAF 2026 con una campaña extraordinaria. Ha ganado dos partidos, empatado cuatro y no ha perdido en ocho encuentros totales disputados.

Solo los tres primeros de cada grupo clasifican al Mundial de forma directa. El sueño está tan cerca que se puede tocar con las manos. La historia de Surinam en el fútbol siempre fue una paradoja profundamente dolorosa.

Su pasado neerlandés

Colonia holandesa durante tres siglos, el país se independizó el 25 de noviembre de 1975. Pero su mejor generación nunca jugó bajo la bandera verde, blanco y rojo nacional. Ruud Gullit, Frank Rijkaard, Edgar Davids, Clarence Seedorf brillaron todos con la camiseta naranja.

Estos gigantes del fútbol tenían raíces profundas en Surinam pero jugaron para los Países Bajos. Ganaron Eurocopas, Champions y se convirtieron en leyendas bajo otro uniforme. El problema era desoladoramente simple: Surinam no permitía la doble nacionalidad deportiva.

Ruud Gullit

Ruud Gullit

Un jugador de origen surinamés que eligiera representar al país debía renunciar a su ciudadanía holandesa. Para un futbolista profesional moderno, esto era un sacrificio imposible de aceptar en sus carreras. Perder la nacionalidad neerlandesa significaba perder acceso a los mejores campeonatos del mundo.

Era un precio imposible de pagar para cualquier futbolista ambicioso con miras internacionales. Así vivió Surinam durante décadas, viendo cómo su talento brillaba bajo otro uniforme. El momento de cambio llegó en noviembre de 2019, inesperadamente para todos.

El cambio diferencial

Dean Gorré, entonces seleccionador, y John Krishnadath, presidente de la Federación, propusieron innovación. Presentaron la idea del "pasaporte deportivo" al gobierno surinamés convencidos de viabilidad legal. Este documento permitía a deportistas de origen surinamés representar al país sin renunciar nacionalidades.

La FIFA lo permitía según sus regulaciones internacionales de elegibilidad deportiva. Solo faltaba que Surinam ajustara su legislación interna para hacerlo posible legalmente. El pasaporte deportivo no otorgaba derechos políticos ni de propiedad sobre tierras.

John Krishnadath, presidente de la Federación de Surinam.

John Krishnadath, presidente de la Federación de Surinam. EFE

Era únicamente un instrumento de elegibilidad deportiva específicamente diseñado para competiciones futbolísticas. Con la innovación legal aprobada por autoridades gubernamentales, las compuertas se abrieron finalmente. Más de dos docenas de jugadores profesionales con raíces surinamesas vieron la oportunidad.

Stanley Menzo es la cara visible de este ambicioso proyecto transformador de identidad nacional. El legendario portero del Ajax, con más de trescientos partidos, regresó a casa. También fue campeón de Europa y del mundo con los Países Bajos como portero.

Bajo su mando, la selección pasó de ser un equipo de aficionados a uno competitivo. Jugadores de élite en ligas europeas como Eredivisie y Bundesliga se sumaron progresivamente. La credibilidad internacional del proyecto se fortaleció con cada convocatoria exitosa realizada.

Nacionalizados

En la actual convocatoria para las eliminatorias mundialistas, solo tres jugadores nacieron en Surinam. Los demás son productos de las mejores academias neerlandesas formados en Ajax, PSV y Feyenoord. Sheraldo Becker, ex del Union Berlin, ahora juega en Osasuna.

Etienne Vaessen, portero del Groningen, defiende con seguridad la portería nacional. Gleofilo Vlijter es el capitán y el único jugador local que participa regularmente. Las dudas iniciales eran lógicas para los observadores del fútbol internacional moderno.

¿Podía un equipo casi completamente europeo representar legítimamente a una nación caribeña? ¿O era un artilugio legal para que Países Bajos tuviera un equipo alterno y competitivo? Los propios jugadores respondieron con hechos contundentes en el campo de juego.

Etienne Vaessen explicó después de un partido importante: "Al principio había esa pregunta, pero me siento como en casa". "Doy todo por el país y ellos también lo sienten aquí intensamente". La emoción en Paramaribo es absolutamente genuina en cada partido disputado.

El estadio Franklin Essed, con 7.100 espectadores, vibra intensamente en cada encuentro decisivo. Los jugadores firman autógrafos, posan para selfis, reconocen personalmente a los aficionados apasionados. Stanley Menzo se convirtió en figura paterna para este plantel heterogéneo.

Los inspira constantemente durante entrenamientos y partidos internacionales decisivos. "Son como mis hijos y quieren luchar por mí", explica emocionado tras los triunfos. Sheraldo Becker añade dimensión emocional genuina: "En Ámsterdam, la gente me habla constantemente de Surinam".

"Quieren que lo hagamos por ellos; nosotros queremos hacerlo por nuestro país. Más por ellos que por nosotros mismos", añade el delantero. Georginio Wijnaldum, ineligible por sus cien partidos con Países Bajos, asistió al partido.

Wijnaldum posa con una bandera de Países Bajos y Surinam.

Wijnaldum posa con una bandera de Países Bajos y Surinam. EFE

Vistió la camiseta de Surinam en las gradas con orgullo patente y visible. Su presencia simbolizaba el respaldo de la comunidad surinamesa en Ámsterdam y Países Bajos. La historia es particularmente emotiva para los veteranos que jugaron en 1977 competitivamente.

Aquella fue la mejor campaña de Surinam históricamente en competiciones mundialistas internacionales. Llegaron a la fase final de clasificación para Argentina 78, pero perdieron todos sus partidos. Stanley Menzo recordó esto al equipo: "Ustedes estuvieron a un paso del Mundial".

"Ahora nosotros también estamos a un paso. Lo que ustedes no pudieron lograr, intentemos hacerlo ahora". Si Surinam clasifica al Mundial 2026, será histórico para toda la región caribeña.

Sería el país más pequeño en población alcanzando una Copa del Mundo desde Trinidad y Tobago. Para un territorio enterrado bajo talento expatriado durante décadas, ese logro sería monumentalmente diferente. No sería solo un boleto a una competición internacional de élite mundial.

Sería la reivindicación colectiva de una identidad nacional dormida durante generaciones enteras.