Van Dijk celebra su gol ante el Atlético de Madrid. REUTERS
El Atlético se queda a las puertas del milagro en Anfield y muere en la orilla con el gol de Van Dijk en el último suspiro
El central del Liverpool anotó en el tiempo añadido el tanto definitivo que echó por tierra la remontada colchonera.
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El fútbol es maravilloso. Este deporte escribe de vez en cuando guiones inexplicables, tan retorcidos que ni siquiera el más fantasioso se aventuraría a trazar. Anfield fue testigo de ello y la Champions, el marco incomparable. [Así vivimos el empate entre el Liverpool y el Atlético de Madrid en Champions]
No hay duda de que esta es la mejor competición del planeta. El Liverpool amenazó con una goleada de escándalo, el Atlético resucitó con dos goles de Llorente emulando su histórica actuación de 2020 en el mismo escenario, y Van Dijk apareció en el último minuto para ajusticiar a los colchoneros.
Seguramente la victoria de los reds fue justa en términos globales, pero la forma de caer para el Atlético de Madrid fue especialmente dura. Creyó en el milagro, llegó a rozarlo, pero uno de los mejores equipos de Europa terminó imponiendo su ley.
Virgil Van Dijk demuestra su poderío aéreo para poner el 3-2 y Simeone acaba expulsado...#UCL #LaCasaDelFútbol pic.twitter.com/ynY2jjpyTG
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Un baño del Liverpool
El género que le tocó vivir al Atlético de Madrid en la primera mitad de Anfield fue el de película de terror. No compareció el equipo de Simeone durante los primeros compases del encuentro, y eso ante una de las mejores plantillas de Europa se paga muy caro.
El Liverpool puso su 'modo apisonadora' nada más salir de los vestuarios y los cánticos del You'll never walk alone casi se entremezclaron con los de los goles. No tuvo tiempo ni siquiera el Atleti para asentarse en Anfield, lugar del que guardaba buen recuerdo de su penúltima visita en 2020, y enseguida le cayó un aguacero de fútbol encima.
A los tres minutos el marcador empezó a desequilibrarse. Salah ejecutó una falta con inteligencia buscando un toque en la marabunta de futbolistas, y por allí aparecieron las piernas de Barrios que, sin querer, introdujeron el balón en la portería de Oblak.
Salah es felicitado por sus compañeros. REUTERS
No había empezado apenas el encuentro y el Atlético ya se veía obligado a remar ante uno de los mejores equipos del continente. Pero la pesadilla tan sólo estaba naciendo porque tres minutos más tarde el Liverpool dobló la apuesta.
Salah tiró la pared con Gravenberch, entró al área rojiblanca como por el salón de su casa y, tras marcharse de tres rivales atlético, definió por bajo para hacer el segundo.
El Atleti, que ya de por sí llegaba con la moral tocada y con Simeone pensando en cómo darle la vuelta al mal arranque liguero, de repente se veía pensando en encajar una goleada escandalosa en la primera jornada de Champions. Muy duro.
🌧️ Tormentón en Anfield.
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El baño en estos primeros 45 minutos fue descomunal. El paso por el minuto 20 y en pleno recuerdo al malogrado Diogo Jota, Salah estuvo a punto de culminar el homenaje. Tras una arrancada por la banda derecha, ajustó el punto de mira y lo colocó en la escuadra contraria. El lanzamiento se marchó por milímetros.
Hubo incluso un penalti para el Liverpool por una supuesta mano de Lenglet, pero en ningún momento saltaron las alarmas porque el VAR confirmó que esa infracción no existía y que el colegiado se había columpiado considerablemente en su apreciación inicial.
Isak, Salah y otra vez más Isak, apretaron el acelerador en el tramo final de la primera parte con tres buenas ocasiones, pero ninguna de ellas llegó a convertirse en el tercer gol de los reds.
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Cuando el Atlético parecía perdido, no se sabe muy bien cómo, encontró agua en el desierto. Raspadori sirvió el balón atrás para la llegada de Llorente que, emulando a lo de 2020, metió la puntera para reducir diferencias.
Increíble, pero en una primera parte que pintaba calamitosa para el Atlético de Madrid, los de Simeone habían encontrado la forma de reengancharse al partido. Un auténtico milagro.
El milagro de Llorente
Esta resurrección le dio una segunda vida al Atlético de Madrid tras el descanso. Las sensaciones fueron diferentes, y el Liverpool dejó de manejar tan claramente el partido. Raspadori tuvo su oportunidad en el inicio de la segunda mitad, pero Allison estuvo atento para desviar el peligro.
A partir de ahí, es cierto que el dominio territorial volvió a ser para los reds, pero el huracán inglés había perdido mucha fuerza. Se libraron los de Simeone de la sentencia cuando Salah, tras una jugada de Wirtz, erró a puerta vacía. Un fallo incomprensible para el partido tan excelso que estaba firmando.
Simeone movió el banquillo en busca de un nuevo aliento, pero quien volvió a rozar la machada fue el Liverpool. Salah puso un gran centro con el exterior de su pierna izquierda, pero Ekitike no llegó a rematar.
Salah estrella el balón en el palo en el partido ante el Atlético de Madrid. REUTERS
Flotaba en el ambiente una sensación un tanto extraña. Anfield sabía que había podido golear al Atlético, pero el partido estaba abierto a falta de los últimos minutos. Y entonces llegó la magia, esas cosas que tiene el fútbol de vez en cuando y que no se pueden explicar a través de la razón.
Si antes de la pandemia Llorente había anotado dos goles en el templo de Liverpool para darle el pase al Atlético en la prórroga, cinco años más tarde decidió volver a colgarse la capa de héroe. A diez minutos del final enganchó una volea, se alió con la suerte, y puso un empate que nadie adivinaba unos minutos atrás.
Se veía el equipo de Simeone con un punto de oro en Anfield. Sin Julián Álvarez, sin Baena, y ante uno de los mejores equipos de Europa, el balance lo hubiera firmado cualquiera antes incluso de comparecer en el césped.
Van Dijk celebra su gol ante el Atlético de Madrid. REUTERS
Sin embargo, la película todavía tenía un último giro de guion. El Liverpool apretó hasta el final y encontró de nuevo premio, seguramente merecido. Szoboszlai puso un córner medido al punto exacto al que llegaba Van Dijk con todo. El central remató, batió a Oblak y congeló los corazones atléticos.
Otro tropiezo más para Simeone en este inicio de temporada que alimenta más las dudas sobre el proyecto de este año. El Atlético empieza a remolque esta nueva Champions League.