Grealish, Joao Félix, Coutinho y Antony, en un fotomontaje

Grealish, Joao Félix, Coutinho y Antony, en un fotomontaje Diseño: Deportes EE

Fútbol

Fichar caro no garantiza nada: los grandes 'pufos' del mercado que atenazan la economía de los clubes que apostaron por ellos

En una era en la que el umbral de los 100 millones de euros ha dejado de ser una quimera, la historia reciente prueba que rara vez el rendimiento de los jugadores caros justifica su precio.

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En un fútbol cada vez más marcado por la inflación en el mercado de fichajes, es ya habitual observar operaciones que rondan, e incluso superan, la barrera de los 100 millones de euros.

Si en la primera década del siglo XXI se podía comprar a ganadores del Balón de Oro como Luis Figo (60 millones de euros), Zinedine Zidane (75) o Cristiano Ronaldo (94) por debajo de ese umbral, se ha normalizado hacer grandes desembolsos por jugadores que apenas han disputado un año en la élite, sobre todo en superpotencias económicas como la Premier.

Sin embargo, fichar caro no garantiza nada, y salvo contadas excepciones, este tipo de desembolsos suelen crear problemas financieros a los clubes a cambio de un ínfimo retorno deportivo. El problema, eso sí, no nació con el fútbol moderno.

No todos los fichajes decepcionantes tienen precios desorbitados. A veces, el problema es la falta de correlación entre las expectativas y el rendimiento final, aunque también son memorables las apuestas de los directores deportivos por jugadores desconocidos y cuyo rendimiento los convirtió en meme.

Aunque se da por hecho que la mayoría de las operaciones ruinosas se han producido en el fútbol moderno, el concepto de pufo (fichaje cuyo rendimiento es escaso) viene de lejos.

En la retina de La Liga, es imposible olvidar casos como el de Robert Prosinecki, Emmanuel Amunike, Sergue Maguy, Romerito, Bogarde o Lewandowski (Grzegorz, no Robert), entre muchos otros ilustres del mercado.

Aunque la Premier League, Arabia Saudí o los clubes como el PSG acaparen los grandes despilfarros a día de hoy, los grandes clubes españoles tuvieron mucho que ver en la espiral inflacionaria del mercado de fichajes. Más allá del Real Madrid de los Galácticos de principios de siglo, el mercado de 2009 marcó un antes y un después.

La llegada de Cristiano Ronaldo, Kaká, Xabi Alonso o Raúl Albiol al Bernabéu fue una exhibición de músculo que cambiaría el fútbol en los próximos años. De manera similar, la salida de Neymar del FC Barcelona por 222 millones de euros cambió las reglas del mercado para siempre.

La fiebre de Bartomeu

El Barça, dolido por la traición de su jugador y la agresión del PSG, se lanzó al mercado con agresividad y firmó a Philippe Coutinho (135 millones de euros), Ousmane Dembélé (135) y Antoine Griezmann (120) entre 2018 y 2019.

Aunque en su momento eran tres jugadores destacados, ninguno de los tres funcionó en Can Barça y las operaciones dejaron maltrechas unas arcas que acabarían por recibir su puntilla final con la pandemia del covid.

Coutinho acabó en el Aston Villa por 20 millones, Dembélé se marchó a París por 25 y Griezmann regresó al Atlético por otros 20. En total, 325 millones de pérdidas solo en estos traspasos.

Coutinho

Coutinho

Casi Galácticos

El Real Madrid tampoco escapa a este tipo de operaciones. La más sonada es la del belga Eden Hazard, por el que los blancos abonaron 120 millones de euros según Transfermarkt, mientras otras fuentes elevan el coste total hasta los 150 kilos con variables.

El futbolista belga no pudo trasladar su fútbol al Bernabéu y, entre lesiones, falta de compromiso y bloqueo mental, apenas anotó 7 goles en 76 partidos vestido de blanco.

En el club de los centenarios también aparece Gareth Bale (101 millones de euros), aunque su caso es paradójico.

Eden Hazard en el banquillo del Santiago Bernabéu

Eden Hazard en el banquillo del Santiago Bernabéu Europa Press

Por un lado, sus constantes lesiones y su aparente apatía futbolística dejaron la sensación de que nunca acabó de integrarse en Chamartín ni tampoco rendir al nivel del Tottenham, pero el galés puede presumir de haber salido del Bernabéu como campeón de 5 Champions League y anotando 106 goles en ocho temporadas. Algunos de ellos, decisivos.

En una escala inferior, operaciones como la de James Rodríguez (80 millones), Kaká (68) o Luka Jovic (63) tuvieron un impacto decepcionante sobre el césped y acabaron convirtiéndose en rémoras para la planificación deportiva.

Luka Jovic se echa las manos a la cara en un partido del Real Madrid

Luka Jovic se echa las manos a la cara en un partido del Real Madrid Europa Press

Drama Atlético

El tercero en discordia del fútbol español también ha tropezado con esa piedra. Si bien el Atlético de Madrid siempre ha estado más limitado en el mercado de fichajes, el buen hacer de los de Simeone en la última década les llevó a realizar las dos operaciones más grandes de su historia.

En un verano (2018-19) en el que salieron Antoine Griezmann, Rodrigo o Lucas Hernández, el club necesitaba dar un golpe en la mesa fichando a uno de los grandes talentos de futuro: Joao Félix. Los 127 millones que se abonaron por el portugués batieron todos los récords.

Joao Félix en el banquillo del Civitas Metropolitano

Joao Félix en el banquillo del Civitas Metropolitano Europa Press

Aunque a base de traspasos, cesiones y porcentajes de reventas el Atlético ha logrado recuperar la mitad de su inversión, el periplo del luso en el Metropolitano es una de las grandes decepciones de La Liga en los últimos años, tanto por potencial, precio o la convulsión creada en el vestuario.

En la misma línea, el fichaje de Thomas Lemar por 72 millones (por el 70% de sus derechos) lo convierten virtualmente en un fichaje con un potencial precio de más de 100 millones. Su rendimiento, al igual que el del luso, fue muy intermitente y decepcionante, aunque en su caso las lesiones han tenido mucho que ver.

Locura Premier

Si en La Liga ha habido contadas excepciones que cruzaron este umbral, en la Premier es algo cada vez más común. Algunos casos, como el de Declan Rice (116 millones) no pueden considerarse pufos gracias a su buen rendimiento, pero su precio se consideraría fuera de mercado en cualquier época.

El caso más sangrante es el de Romelu Lukaku y su regreso al Chelsea en 2021 por 113 millones de euros. Solo marcó 8 goles antes de regresar al Inter. De hecho, el belga ya había protagonizado anteriormente un regreso frustrante a la Premier cuando el United pagó 85 millones por hacerse con sus servicios.

Jack Grealish, con una botella de vodka durante la celebración del Manchester City por la Champions

Jack Grealish, con una botella de vodka durante la celebración del Manchester City por la Champions Will Matthews / Pa Wire / Dpa

Otro que le disputa ese puesto es Jack Grealish y los 117 millones de euros que el City pagó por él ese mismo verano. Al extremo le salva el triplete con el City en 2023, pero en ningún momento ha acabado de ser diferencial y el club le busca una salida tras una operación ruinosa.

Tan solo ha marcado 17 goles en 157 partidos como citizen y siempre dio la sensación de que su precio le vino grande.

El proyecto del Chelsea se ha abonado a los grandes desembolsos y cuenta con un Enzo Fernández (121 kilos) y un Moisés Caicedo (116) cuyo rendimiento no puede ser considerado malo, pero desde luego, sí insuficiente a tenor de su coste.

Otro que dejó luces y sombras fue Paul Pogba, el primer futbolista en cruzar ese umbral (105 millones pagó el United por repescar a su canterano).

Asencio pelea un balón con Darwin Núñez.

Asencio pelea un balón con Darwin Núñez. REUTERS

En Old Trafford han acometido varias operaciones desastrosas, aunque por debajo de los 100 millones, véase el fichaje de Antony (95), Harry Maguire (87), Rasmus Hojlund (77) o un Ángel Di María (75) que rayó lejos de su nivel en Manchester.

En este club aparecen otros fichajes como el de Darwin Núñez por el Liverpool (85 millones); Nicolas Pepé (80) por el Arsenal, o los de Kepa y Wesley Fofana por idéntica cantidad, rumbo a Stamford Bridge.

Otras ligas

En otras ligas, existen debates abiertos como el de Neymar Jr o Mbappé, capaces de rendir a gran nivel en su etapa en el PSG, pero a los que se le escapó la Champions pese a haber invertido 222 y 180 millones por sus respectivos fichajes.

Otros casos en el club parisino son más claros, como los 95 millones abonados por Randal Kolo Muani —para acabar cedido en la Juve mientras el PSG ganaba la Champions— o los 70 abonados por Gonçalo Ramos, ambos en la 2023/24.

Kolo Muani se lamenta tras su fallo.

Kolo Muani se lamenta tras su fallo. REUTERS

En el Calcio también se han vivido despilfarros recientes, sobre todo en el caso de la Juve. Los 90 millones que los bianconeri abonaron por Gonzalo Higuaín no sirvieron para que el argentino rindiese al nivel que demostró, sobre todo, en el Nápoles.

Caso similar es el de Dusan Vlahovic (84) o Matthijs de Ligt (85) de euros para devolver al club a una élite que no han logrado reconquistar.