El Atleti es un nido de problemas: Simeone se volvió loco con su delegado y Joao Félix tiró el peto

El Atlético de Madrid se ha metido en un auténtico problema de cara a las dos últimas jornadas de la fase de grupos de la Champions League. Todavía depende de sí mismo, pero el empate en el Metropolitano ante el Brujas (0-0) obliga a ganar los partidos que quedan para no estar pendientes de otros resultados. Fue una tarde negra para Diego Pablo Simeone y también para Joao Félix.

Intensidad o nerviosismo. Llámesele como cada uno quiera. Pero este miércoles Simeone vivió el partido ante el Brujas desde el lado opuesto de la calma. Será porque lo lleva dentro o porque ve cómo el Atleti queda al borde del precipicio en forma de fracaso europeo. 

En la banda se le vio alterado y en un momento del encuentro floreció toda esa tensión en un gesto ciertamente polémico. Simeone lo pagó con su delegado, Pedro Pablo Matesanz, al que sacó del banquillo a rastras para mandarle a presionar al cuarto árbitro en protesta de una acción.

Las formas seguramente no fueron las que se le pide a un líder de un vestuario como el del Atleti. Aún así, no es la primera vez que Simeone ya protagoniza una escena de estas características con su fiel delegado.

Otros momentos a recordar son cuando en 2016 le dio un empujón durante las semis de Champions ante el Bayern Múnich por retrasarse con un cambio o cuando en 2017 le echó la bronca tras un pelotazo de Correa a Benzema en un derbi. Pedro Pablo Matesanz está curtido en eso de aguantar el lado más desagradable de Simeone.

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El enfado de Joao Félix

Fue un partido cargado de presión y la imagen de Simeone con su delegado no fue la única polémica del partido. La siguiente lo fue todavía más: Joao Félix también enfadado y externalizándolo con otro gesto controvertido.

El delantero portugués lanzó el peto al área técnica al saber que no iba a participar en el partido ante el Brujas. Simeone la había dejado de inicio en el banquillo y en ninguno de los cinco cambios rojiblancos fue el elegido. Carrasco, Morata, De Paul, Cunha y Witsel salieron antes que él.

Joao Félix estaba caliente. Le habían llamado dos veces para salir calentar, pero en la primera de ellas le devolvieron al banquillo de inmediato. Luego se quedó en la banda durante 25 minutos. Con el Brujas encerrado atrás, parecía que su entrada al campo estaba cantada, pero Simeone tenía otros planes.

Al que llamaron fue a Witsel, un mediocentro defensivo. La cara de Joao Félix en ese momento lo decía todo. Y de la desorientación de un primer momento pasó a la ira a medida que se acercaba al banquillo. En esas que tiró el peto lleno de rabia para sorpresa de compañeros como Koke que veían la escena.