Maradona: el pibe, el rebelde, el dios

Maradona: el pibe, el rebelde, el dios

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Maradona, su lado más desconocido: "Se hizo dios cuando estuvo a punto de morir en Uruguay"

El ESPAÑOL habla con Guillem Balagué, autor del libro 'Maradona: el pibe, el rebelde, el dios' que muestra al mito desde una mirada retrospectiva.

22 junio, 2021 23:25

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No es lo mismo ver fotos de un gran monumento como el Coliseo de Roma que estar en su interior y admirar su historia. Con Diego Maradona ocurre algo parecido. Uno no conoce su verdadera magnitud hasta que va a Buenos Aires (y a Nápoles).

Guillem Balagué (Barcelona, 1968) se ha empapado durante dos años y medio de la historia del 'Diez' para presentar al Diego más desconocido. Maradona: el pibe, el rebelde, el dios (Libros Cúpula) es un relato, a través del camino recorrido por el jugador, que sirve para comprender la compleja personalidad de uno de los mayores iconos del fútbol y del deporte en general.

Para ello, el periodista Guillem Balagué habla con el entorno de Maradona, el famoso clan de Barcelona, por ejemplo, y pisa por donde pisó Diego, incluso el origen de todo, Villa Fiorito. EL ESPAÑOL ha compartido un rato con él y cuenta algunos de sus descubrimientos sobre El Pelusa, como el verdadero momento en el que este pasó a ser un dios.

Guillem Balagué

Guillem Balagué

Para conocer a Maradona hay que ir a Buenos Aires...

Para un libro así había que hacer el viaje. Te hace ver las cosas diferentes y ya no te digo solo Buenos Aires. Hay que ir a Nápoles también. Se celebra a Diego como dios en ambos sitios. Es pasear por la noche por Buenos Aires y cruzarse con plazas donde la gente está con altavoces, suena tango, lo bailan hasta señores mayores con chicas jóvenes y haciéndolo con pasión, gritando, hablando...

Empiezas a hablar de Maradona y se les cambia la cara. Te cuentan mil historias. Todo el mundo tiene una anécdota con Maradona o con algún amigo de Maradona o con algún amigo de un amigo... Formó parte de sus vidas y cuando desaparece es como si les arrancaran un pedazo de ellos. Hay que estar en Buenos Aires para entenderlo. Habiendo estado también en Nápoles, entiendo por qué allí se sintió en casa y en Barcelona no. 

Hablamos del pibe, del rebelde, del dios, como se titula el libro. Si ese pibe no nace en Argentina, ¿nada hubiera sido igual?

Fue una cosa que ya estudié en detalle con Messi porque sus padres estuvieron pensando un tiempo en irse a Australia. Allí ni hay un campo cada tres cuadras ni todo el mundo es futbolero o futbolista. Naces en Australia y no es lo mismo.

Con Diego es igual. Si no nace en Villa Fiorito no hubiera sido como fue. Si no se va pronto de adolescente a Buenos Aires hubiera cambiado. Si a los 15 años no se convierte en el padre de familia hubiera crecido de otra manera. Es la tormenta perfecta. Se juntan muchas cosas para explicar a Maradona. Es importantísimo haber nacido en Argentina y no solo como futbolista, también para que el fenómeno Maradona existiera.

Es un país que lleva muchos años pensando que el mundo está siendo injusto con él. Que alguien le dijo en los 70 que era la gran nación en desarrollo con Japón y que nada de eso se ha confirmado. Miran alrededor y ven dónde está el que sí ha confirmado ese potencial y lo convierten en el gran líder del país. Ser el mejor, como Diego, encaja con esas necesidades del país.

Portada del libro 'Maradona: el pibe, el héroe, el dios'

Portada del libro 'Maradona: el pibe, el héroe, el dios' Guillem Balagué

El día de su muerte se paró el mundo, pero sobre todo Buenos Aires y Nápoles ¿Qué es lo que se encuentra al hablar con la gente en ese momento?

Estaba en el Inter - Real Madrid, en Bérgamo, el día que murió. En aquella época era complicado entrar en Italia y tenías que pasar una serie de test y tal. Estando en Italia me fui para Nápoles al día siguiente y lo que me encontré allí, mientras recibía mensajes de audio de amigos argentinos llorando, emocionados o fracasando al intentar explicar lo que sentían en ese momento, fue una afición que cantaba 'yo he visto a Maradona' cuando en realidad no -porque tenían 20 años y tal-. Se juntaron 10.000 alrededor del estadio y había un sentimiento de desafío, como diciendo 'tranquilo, Diego. Tú te has ido, pero aquí no te olvidaremos'.

Tienes una reacción de desafío en Nápoles, de corazón roto en Argentina y en Barcelona no pasó nada, como si no hubiera existido su paso por el Barça. Tienes ahí un contraste que explica por qué vivió como vivió su tiempo en Nápoles, en Boca y en el Barça.

Diego entrenaba de puta madre en Barcelona y fue el primero en muchas cosas

Guillem Balagué, periodista

Y Barcelona es el otro lugar clave para entender su carrera como futbolista. Uno de sus propósitos en el libro es desmentir el mito de la poca profesionalidad de Diego en la ciudad.

Él salía los jueves, como salían todos. En el momento en el que se lesiona y empieza a no cumplir las expectativas, cuando el club lo convierte en cabeza de turco, empiezan a buscarse razones para ver por qué no están yendo bien las cosas. 

Él se rodea de un grupo de chavales jóvenes, el famoso clan, que desde el punto de vista de ciertos periodistas y del club no lo ven bien. Cuando lo oigo, notó un tono de xenofobia hacia ese grupo: "Porque son sudamericanos", "porque son argentinos", "porque quién se creen", "se creen que son más grandes que el club", "mira cómo andan por el club...". Y digo, uy, ¿de qué estamos hablando aquí?.

Hablas con ellos, con el clan, y te dicen que son chavales de 20-21 años, perdidos en Barcelona, que Diego al verlos los recoge y recrea un pequeño barrio de Buenos Aires porque Maradona quería tenerlos al lado. A veces es verdad que pasaban cosas que perjudicaban su imagen, pero eran ellos. Diego entrenaba de puta madre y fue el primero en muchas cosas: tuvo su preparador físico personal, su jefe de prensa, creó 'Maradona Producciones' y empezó a grabarse allá donde fuera...

Lo del Barça no está del todo bien explicado y espero haberle hecho justicia a ese clan que fue muy importante para Diego y tan mala fama tenía injustamente.

Pero la historia siempre se ha contado diferente...

Te cuento más. En la casa de Diego se juntó mucha gente a ver un vídeo, un VHS, hasta las tres de la mañana. A lo mejor había por allí diez sentados o tirados por el suelo y él a su hora se iba al primer piso, donde no entraba nadie, y se dedicaba a su descanso. Es verdad que la hepatitis no fue tal, que fue una enfermedad venérea.

En esa imagen que se creó se juntó todo lo malo, todo lo que hacían otros, pero habría que hacer un poco de equilibrio con esa historia.

¿Cómo se entiende ese endiosamiento de Maradona? ¿Cuál dirías que es el momento clave?

Ese es otro descubrimiento. Todos hemos escuchado la historia de Maradona y se ha contado, desde el punto de vista anglosajón, fatal. Hay un libro que empieza a explicar que es un tramposo y un drogadicto y desde ese punto de vista se cuenta la historia. Yo intento explicar qué hay detrás de esa 'mano de Dios' y que era una persona que estaba enferma. 

Al margen de eso, se explica que el momento en que se convierte en dios para los argentinos es el partido contra Inglaterra, que es lo lógico. Pero no fue así porque, en aquella época que está en Nápoles, apenas se le veía o se le seguía en Argentina porque no se veían los partidos constantemente, ni se contaban sus peripecias en Nápoles cada día, sino cuando algún periodista iba para allá y hacía un reportaje cada tantos meses.

El momento en el que se hace dios, creo que es cuando está a punto de morir, una de las dos veces antes de que al final ya muriera veinte veces. Cuando está a punto de morir en Uruguay. Tiene un ataque al corazón, estaba prácticamente muerto y resucita. Pierde treinta kilos, le dan un programa de televisión, ya lógicamente retirado, y aparece en todos los comedores de todas las casas en Argentina porque se junta con Messi, con Pelé... Aparte tiene un carisma brutal y él siempre ha necesitado sentirse sobre el escenario e importante y utilizar ese poder paralelo que creó.

Hay un día en el que Maradona aparece en la portada de todos los diarios y en todas las secciones

Guillem Balagué, periodista

De hecho, hay un día que cuento en el que aparece en la todas en la portada de todos los diarios, pero también de todas las secciones. Aparece en televisión por el programa porque bate récords. Aparece en política porque lideró una manifestación. Aparece en sociedad porque tiene no sé qué con Fidel Castro. Aparece en fútbol porque empieza a surgir la posibilidad de ser seleccionador argentino. Empieza a aparecer en todas partes y ese es el momento en el que la gente empieza a verle con otros ojos.

Resucita, es omnipresente, es el líder que estaba esperando Argentina, se rebela contra la autoridad, es dramático porque tiene problemas y, ah, también está en la sección de corazón porque tiene problemas con su mujer. Está en todos lados.

Justo el día en que hablamos -22 de junio- se cumplen 35 años de aquel partido contra Inglaterra, de su gol del siglo y la mano de Dios. Imagino que tiene un hueco especial en el libro.

Cuando lo hable con él, lo explicaba como si lo estuviese explicando por primera vez. Es una virtud fantástica, poder revivirlo constantemente. Lógicamente, le doy el espacio que se merece ese partido, le doy cuatro capítulos, porque quiero estudiarlo desde el punto de vista social, político, futbolístico, táctico...

Cuento con algún entrenador, amigo mío, que que le pedí que lo viera otra vez el partido para que me explicara la influencia de Diego. Yo también lo ví como tres veces el partido. Es un poco el climax del libro, pero en realidad no es donde se endiosa su vida.

Como dice Arcucci, que fue su biógrafo y amigo, cuando se retiró quiso marcar el gol contra Inglaterra todos los días. Y ahí es un poco donde se pierde la persona. No dejó a la persona ser lo que debía ser, quiso ser mito siempre y ni a Diego eso le alcanza.

Hemos hablado del pibe y del dios. Sin esa parte rebelde, sin esa parte de destrucción, Maradona tampoco sería Maradona.

Se rebeló contra la AFA y luego se descubrió que era muy corrupta. Contra UEFA y luego se descubrió que era muy corrupta. Contra la FIFA. Incluso contra Pelé, que abrazó un poco eso. Y yo recuerdo que en esa época, cada vez que hablaba, se decía 'a ver qué locura ha dicho ahora'. Nadie se paró a pensar que lo que decía tenía sentido. Nadie.

Le debemos tantísimo a Diego... Otra cosa. Recuerdo que me contó que Leo le debe mucho, pero tanto Leo como todos los grandes jugadores, porque le pegaron de patadas y él clamaba al cielo para que se protegiera a los jugadores 'de arte'. Otra rebeldía en ese momento, pero justa. Y empezaron a marcar distancias con los que pegaban esas patadas. Aparecieron las amarillas, luego las rojas para las entradas por detrás, etcétera. También se lo debemos a Diego. Esa rebeldía, efectivamente, forma parte de su mitología, pero también es cierta y ayudó a que el fútbol mejorará.

¿Y la destrucción?

No mezclemos la rebeldía con la otra parte, porque eso es una enfermedad. Tiene que ver con su bipolarismo, con su adicción, con querer llegar a unas subidas muy elevadas, que hace que cada vez consumas más cocaína o lo que fuera, y al final no llegas nunca y eso hay que entenderlo como lo que fue.

Yo no hablo del drogadicto, hablo de su enfermedad y de momentos brutales en los que él tuvo que recuperarse y a veces, con una lucha tremenda, lo conseguía. Todo eso lo que hizo es que su momento álgido fuera solamente de un año y medio.

Te pones a ver partidos antes de ese año y medio y dices 'no acaba de llegar, no es Maradona'. Pero ¿en ese año y medio? Joder, a ese nivel no ha llegado nadie. Pero es un año y medio solo porque luego lo ves y no llega, no corre, está sobrado de peso...

Diego también me dijo y lo repetió muchas veces: solo se llegó al 30% de lo que era

Guillem Balagué, periodista

Solo un año y medio. ¿Y si hubiera tenido una carrera como la de Messi?

Como personaje, Diego no se puede comparar a Leo. Diego no solo quería ser futbolista y consiguió ser un mito. Leo solo quería ser futbolista y ha sido el mejor futbolista de la historia, porque lleva una década y media siendo influyente.

Diego también me dijo y lo repetió muchas veces: solo se llegó al 30% de lo que era. Alucina. Pero bueno, si hubiera estado al cien por cien durante una época larga, yo que sé... Maradona es fascinante, el más fascinante que he estudiado. Para que sea Diego tiene que pasar por todas las cosas que hemos explicado.

Si hubiera sido un jugador brillante durante quince años, no puede tomar drogas, no puede rebelarse, no puede cambiar de equipo al ritmo que lo hacía. Hubiera sido otro jugador, otra persona.

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