Bale celebra un gol al Rayo Vallecano.

Bale celebra un gol al Rayo Vallecano. Fernando Alvarado Efe

Fútbol

El síndrome de Malmö

El Real Madrid decora sus cifras a costa de un equipo con nueve jugadores que le tuvo, sin embargo, contra las cuerdas. 

21 diciembre, 2015 03:46

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El Real Madrid pasó de la catástrofe a la mayor goleada en medio siglo en apenas un segundo: el impacto de los tacos de Tito en la tibia de Toni Kroos. Era el minuto 15 del partido y el Rayo, amo de la pelota, le había remontado ya al Madrid el gol de Danilo, apenas un chispazo de fútbol en un equipo lento que recordaba al de Villareal, al del PSG, al del Barcelona. El Bernabéu rugió tras el gol de Jozabed. Según las redes sociales, los jugadores habían abandonado a Benítez a su suerte.

El capitán rayista, Roberto Trashorras, fue sincero a la finalización del encuentro: “El equipo, hasta esa situación, estaba siendo muy superior al Real Madrid. No sólo lo pensábamos nosotros, sino todo el Bernabéu. Nos sentíamos muy cómodos en el campo y hasta con la expulsión de Tito (la primera del Rayo en el encuentro) nos seguíamos sintiendo cómodos en el campo".

Sus oponentes tardaron en reaccionar a la superioridad numérica y el Rayo siguió sinitiéndose dueño del cuero, incluso con diez jugadores. El estadio llegó a aplaudirles en un par de ocasiones. Después sobrevino la segunda expulsión (con penalti añadido) y el equipo cedió. No se cerró ni cambió de actitud: sencillamente aceptó la posibilidad de una goleada escandalosa, aunque fuese un punto ficticia. El capitán blanco, Sergio Ramos, dijo que “es injusto haber jugado este partido con un Rayo con nueve jugadores”.

El pasado 8 de diciembre, cinco días antes del 'patinazo' en Villarreal, el Madrid endosó ocho goles al simpático equipo sueco del Malmöe y Cristiano se multiplicó para cosechar un par de récords individuales: celebró cada gol como si fuese decisivo, aunque el partido no tenía el más mínimo valor. Este domingo, contra un club vecino y humilde que desplegó un fútbol valiente durante 20 minutos espléndidos, las estrellas madridistas se ensañaron: dos Cristiano, tres Benzema, cuatro de un Bale que se retiró del campo saludando como si hubiese realizado una proeza deportiva. El galés encajó a un Rayo diezmado tantos goles como en las anteriores 15 jornadas de este campeonato (de las cuales participó en 10). El presupuesto completo del Rayo Vallecano (29 millones de euros) entra en el sueldo agregado de la 'BBC'.

"Estoy orgulloso del equipo"

Con el atenuante del 'goal average' global (de improbable utilización dado que vale más el 'goal average' directo entre equipos empatados), ¿era realmente necesario despedazar al Rayo Vallecano con diez goles? ¿ El empacho hace olvidar el sufrimiento de una hora antes y el magnífico juego franjirrojo? Los futbolistas del Madrid abusaron de un equipo disminuido. Benítez había tenido un pie fuera del club durante media hora y esta decena de goles, como los ocho de Malmöe, no tendrá ningún valor ante la Real Sociedad o el Valencia, igual que sucedió en Villarreal.

El entrenador le debe el turrón navideño a Tito. Y según el Rayo, al árbitro: “Hace tiempo que no veía algo tan esperpéntico”, afirmó Paco Jémez en la rueda de prensa. “Nos sentimos pisoteados, humillados. Ha perdido el fútbol. Estoy orgulloso del equipo”. “Feliz Navidad a todos, incluido el árbitro”, añadió antes de abandonar enfadado el Santiago Bernabéu. Aunque con un ramalazo suicida, sus primeros 20 minutos fueron más valiosos que los diez goles del Madrid frente a un equipo con nueve.