Ciclismo TOUR DE FRANCIA

Día de leyenda en el Tour: 4 ataques de Pogacar, el gesto de caballeros y la sentencia de Vingegaard

Jonas Vingegaard demostró ser el más fuerte del Tour de Francia, Tadej Pogacar fue muy valiente y ambos dejaron una imagen para la posteridad.

21 julio, 2022 19:15

Día de los que hacen afición en el Tour. Una etapa con final en Hautacam da pistas de gran jornada, pero siempre hace falta que haya ciclistas con ganas de aprovechar el terreno. Jonas Vingegaard y Tadej Pogacar son dos extraterrestres que han firmado exhibición tras exhibición y no fallaron a la cita. El danés sentenció esta edición de la Grande Boucle demostrando que es el más fuerte y el esloveno defendió su trono de Francia.

Ambos, auspiciados por otro ciclista sobrehumano como Wout Van Aert, brindaron a los aficionados de este deporte un día para no despegarse del televisor. El belga fue el primero en saltar del pelotón para hacer la fuga nada más se dio la salida. Pogacar aprovechó la desconocida subida de Spandelles para lanzar cuatro ofensivas en las que Vingegaard se defendió como un titán junto a su gregario de lujo Sepp Kuss. Pero la emoción llegaría en el descenso de este puerto.

Pogacar se lanzó poseído hacia abajo para tratar de reventar al danés en un descenso complicado. Tanto lo fue que estuvo a punto de caerse Vingegaard. Pocos metros después, el que no pudo librarse fue Pogacar. El esloveno besó el suelo tras entrar mal en una curva y contactar con la grava. El danés podía intentar sentenciar el Tour en ese momento, pero decidió esperar. El esloveno le volvió a coger, le preguntó si estaba bien y se dieron la mano en un gesto que quedará para la posteridad.

La etapa todavía daría para más. Aún quedaba la temible subida a Hautacam. Jumbo la iniciaría con dos corredores respaldando a su líder y con Van Aert reventando por delante a los que le seguían en la escapada. Kuss puso un ritmo endiablado para llevar a la extenuación a todos los líderes de equipo que se habían sumado al dueto de época. Recortaron distancia a la cabeza de carrera hasta que el de Durango le cedió el testigo al belga.

Van Aert, con un rostro que demostraba que estaba sacando todo lo que tenía, se ponía al servicio de Vingegaard después de que muchos le hayan acusado de correr incluso contra el Jumbo. A su ritmo, Pogacar decía basta. El esloveno no podía dar más después de haberlo intentado todo y haber arriesgado en exceso. Cedía un minuto en meta y, seguramente, el trono del Tour. A Jonas solo le queda cuidarse contra la Covid-19 y cualquier otra inclemencia que sería el único rival que le puede apear del maillot amarillo.

Los ataques de Pogacar en Spandelles no los habría resistido ningún otro ciclista del mundo. El esloveno estaba desatado. Jugando al ataque Tadej es un profesional impecable, su don natural para correr sobre el tubular y las dos ruedas hace el resto. Con una agresividad desmesurada, moviendo una cantidad de vatios cual central hidráulica, bailando con violencia sobre su bici, el de Komenda atacó una vez, otra, otra y una última vez.

Quizá en la que más daño hizo fue en la tercera. Sacó un par de metros a Vingegaard y Kuss renunció por fin a seguirles. Es, probablemente, uno de los ataques más fuertes de Pogacar. Ahí quedó claro que el danés es el hombre con mejores piernas de este Tour. Por eso, Tadej sabía que solo podía dinamitar la carrera de una forma: siendo un auténtico suicida. Comenzó el descenso dando pedales y arriesgando en cada curva. Jonas salvó la caída, él no y firmaron un armisticio para la historia.

Ambos son los máximos exponentes del ciclismo caníbal, valiente y en el que no valen los últimos tres kilómetros de etapa si no los 100 porque no sabes cuándo pueden moverse. Pogacar y Vingegaard han levantado a más de uno del sofá, dejando a un lado el mito de que el Tour es para las siestas veraniegas. No puedes pestañear porque en cualquier instante estos dos genios de las dos ruedas pueden poner la etapa patas arriba.

Este Tour está sirviendo para ver al Pogacar más humano, pero la realidad es que sin Vingegaard, el esloveno seguiría siendo un extraterrestre. El danés le mete tres minutos en la clasificación general, pero es que el ciclista del UAE tiene cinco minutos de ventaja sobre Geraint Thomas, tercer clasificado. Ambos han puesto de por medio un mundo con el resto del pelotón. Cabe recordar que ambos son muy jóvenes todavía, con 23 años del báltico y 25 del vikingo. Pueden marcar una época.

También lo puede hacer como equipo el Jumbo. Son el mejor equipo de la actualidad y tienen a los mejores ciclistas. Han movido las etapas a su antojo para provocar que Pogacar no tenga opciones a estas alturas de Tour. Han dominado la prueba con un Van Aert que parece capaz de ganar en cualquier etapa, un Kuss que es el gregario que todo líder del pelotón quiere tener y otros ciclistas como Benoot, Kruijswijk o Laporte que serían capos en otra escuadra. No hay que olvidar que Primoz Roglic se marchó para casa afectado por una caída.

Así está acabando este Tour que será recordado para siempre. Los daneses, más allá de Vingegaard, Pogacar, Van Aert, el recorrido y la emoción que está dejando cada etapa hacen de esta edición algo único. Jonas, si nada extraño sucede, se coronará pr primera vez en los Campos Elíseos. Tadej tendrá una motivación extra para volver a la próxima temporada, dejando un buen aliciente con su casi segura presencia en La Vuelta para agosto.