Alberto Díaz, presionado por Darío Brizuela en el partido.

Alberto Díaz, presionado por Darío Brizuela en el partido. EFE

Baloncesto BARÇA 59-81 UNICAJA

Unicaja roza la perfección en el Palau y fuerza el tercer partido de la serie tras lograr una gran victoria sobre el Barça

El conjunto de Ibon Navarro fue capaz de imponer su ritmo a pesar de jugar de visitante y tener a su merced al equipo azulgrana (59-81).

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La eliminatoria vuelve a su punto de partida después de que Unicaja haya conseguido poner el empate en la serie tras ganar al Barça. El Palau fue testigo de una auténtica exhibición por parte del equipo dirigido por Ibon Navarro ante un rival que no apareció durante todo el partido [Narración y estadísticas del partido].

Había mucho en juego y desde el comienzo del partido se palpaba la tensión sobre el parqué. Un ambiente caldeado que llegó a parar momentáneamente el partido en el último cuarto con un intercambio de palabras entre Melvin Ejim y Joan Peñarroya.

El técnico azulgrana sale muy señalado después de un partido donde lo peor no fue el resultado, sino la imagen bochornosa que mostraron sus jugadores. De hecho, algunos de los aficionados presentes en el Palau sacaron una pañolada en las gradas.

El Barça no hizo un partido digno de poder conseguir la clasificación a la semifinal del playoff de la Liga Endesa. Los azulgranas fueron superados en todo momento por la intensidad de un Unicaja que sí demostró lo que se jugaba, puesto que no tenían margen de error.

Los de Ibon Navarro dominaron el partido de principio a fin. El primer cuarto terminó con un parcial de +9 que consiguieron mantener hasta el descanso. No obstante, se desataron en el segundo tiempo con una actuación descomunal de Kendrick Perry, Tyson Carter y Olek Balcerowski.

La cara y la cruz

Unicaja hizo de los rebotes ofensivos su mejor arma para doblegar a un Barça que pecó de tener a tantos jugadores lesionados. Con Satoransky como único base, agotado de defender a los exteriores malagueños, al Barça se le apagaron las luces en ataque

No obstante, los problemas se incrementaron en un Barça que perdió claridad en ataque y con una defensa que también hizo aguas. La apatía de Parker fue injustificable, al igual que las canastas fáciles que encajó el equipo tras saques de banda o de fondo.

Bastaba un simple movimiento o bloqueo para que los malagueños anotaran sin oposición. Cuando Peñarroya decidió sentarlo con el marcador en 38-52, el Palau respondió con silbidos.

Jonathan Barreiro lucha con Fall el balón durante el partido.

Jonathan Barreiro lucha con Fall el balón durante el partido. EFE

El técnico catalán optó por un quinteto bajo, la fórmula que le dio resultado en el primer encuentro, con la esperanza de acortar distancias. Pero Ibon Navarro supo contrarrestarlo con acierto. Primero, imponiéndose claramente en el rebote, y después, explotando la superioridad interior con Balcerowski, que anotaba con demasiada facilidad. El Barça, desbordado, se fue diluyendo hasta el 48-65.

A pesar de la amplia ventaja, Unicaja no bajó el ritmo. Siguió compitiendo con intensidad, presionando y corriendo hasta el final, en unos últimos minutos que se convirtieron en una auténtica pesadilla para los azulgranas, que llegaron a estar 24 abajo. El público despidió al equipo entre silbidos, pañuelos al aire y una sensación de profunda frustración.