La grada del Carrier Dome, a reventar durante un Syracuse-Duke.

La grada del Carrier Dome, a reventar durante un Syracuse-Duke. Rich Barnes Getty Images

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Syracuse - Duke: el clásico NCAA con sólo tres años de historia

Los Orange de Jim Boeheim y los Blue Devils de Coach K llenarán con más de 30.000 personas el Carrier Dome en el nuevo clásico del baloncesto universitario estadounidense.

22 febrero, 2017 12:03
Siracusa (EEUU)

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Este miércoles las aulas en las universidades de Duke (Carolina del Norte) y Syracuse (Nueva York) no batirán ningún récord de alumnos presentes durante el horario de tarde. De hecho, algunos profesores han cancelado sus clases para evitar la penalización por falta de asistencia a sus alumnos, y ya de paso poder ver el partido que enfrenta a sus equipos de baloncesto. Y ellos sí pueden batir un récord de asistencia.

En el Carrier Dome de la Universidad de Syracuse habrá más de 30.000 espectadores en la grada para el duelo entre los Orange (Syracuse) y los Blue Devils (Duke), una de las grandes rivalidades históricas, dos de los mejores programas del país en lo que a baloncesto universitario estadounidense se refiere y en manos de dos de los mejores entrenadores de todos los tiempos en este deporte.

A las 19.00 horas (01.00 hora española de la madrugada del miércoles al jueves) se verán las caras sólo por sexta vez. Sin embargo, las cadenas de televisión y aficionados de todo Estados Unidos no dudan en clasificarlo como uno de los partidos clave de la temporada, tanto por los equipos como por las fechas en las que se juega. Y de eso no hay duda.

CBB 13/14 #17 Duke Blue Devils vs #2 Syracuse Orange 02/01/14 (Full Game)

En su primer enfrentamiento durante la temporada en el año 2014, Syracuse y Duke batieron el récord de asistencia a un estadio universitario en la historia de este deporte. Con 35.446 espectadores presentes, el Carrier Dome parecía una olla a presión con ambas hinchadas animando, y si a esto le sumamos los 4.8 millones espectadores de media que ven el encuentro por televisión cada temporada, encontramos un claro ejemplo del impacto emocional y mediático que tienen Duke y Syracuse cada vez que juegan.

Falta un pasado de encuentros y recuerdos que suelen caracterizar los grandes choques, pero los logros conseguidos por ambos equipos a lo largo de su historia hacen que al ver a estos dos programas sobre la cancha parezca que lleven compitiendo toda la vida (sólo se enfrentan desde hace tres años, cuando coincidieron en la Conferencia ACC).

Apenas se ponga el balón en juego, los aficionados, muchos de ellos estudiantes, dejarán todo en las gradas para animar a su equipo, y es que desde el 2014, cada vez que los Blue Devils visitan Syracuse, el Carrier Dome, unos de los más grandes de Estados Unidos, se llena a la vez que pulveriza el récord anual de asistencia a un partido de temporada regular. ESPN ya tiene toda la tarde reservada para cubrir el encuentro, y un ticket en lo alto de la grada puede llegar a costar 200 dólares. Por ponerlo de alguna manera, un lleno en el Madison Square Garden significan 20.789 personas.

Coach K vs. Jim Boeheim

Los programas de Duke y Syracuse enfrentan además a dos de los entrenadores más laureados y longevos de la NCAA. Mike Krzyzewski y Jim Boeheim suman juntos más de 2.000 victorias, decenas de jugadores enviados a la NBA, incluyendo algún número 1 en el Draft, y 6 títulos de campeón nacional universitario. Logros que les han llevado al Basketball Hall of Fame y a dirigir juntos a la selección nacional estadounidense, todo esto en los más de 30 años que llevan al frente de sus universidades.

Bajo el mando de Jim Boeheim, que tomó las riendas de los Orange en 1976, Syracuse ha llegado a conquistar nueve títulos al mejor equipo en temporada regular, tres anillos de la Conferencia Este, y un anillo de campeón universitario nacional en 2003. Este último título de especial recuerdo para Carmelo Anthony, mejor jugador de Syracuse aquel año. Con uno de los programas de más prestigio y alto nivel en Estados Unidos, la universidad del pequeño y frío pueblo del norte de Nueva York atrae a estrellas de instituto cada año para defender su camiseta naranja, haciéndola merecedora de una de las mejores aficiones que se hayan visto en este deporte.

Por su parte, Duke destaca por tener al entrenador en activo con más títulos de campeón universitario, todos ellos dirigiendo a los Blue Devils. Tras cinco títulos nacionales, el último en 2015, Coach K es un miembro indiscutible del Basketball Hall of Fame, en el que entró en el año 2001 a la vez que ganaba su tercera final, y mentor de la actual estrella NBA Luol Deng. Con doce títulos al mejor equipo en temporada regular, cinco anillos de la Conferencia Este, y los ya mencionados cinco anillos de campeón universitario nacional, a día de hoy en Carolina del Norte hay dos nombres imperativos en el deporte de la canasta: Mike Krzyzewski y Michael Jordan. Un Jordan al que cabe destacar que Coach K entrenó como asistente del Dream Team en Barcelona'92.

Un aficionado de Syracuse durante el encuentro de 2016.

Un aficionado de Syracuse durante el encuentro de 2016. Rich Barnes Getty Images

Syracuse saltará al parqué del Carrier Dome como local y con un quinteto liderado por Andrew White. El escolta de Virginia es hasta ahora el máximo anotador de los Orange y sus números recuerdan a los de un joven Carmelo en 2003, motivo por el cual le veremos en el Draft de este año. A su vez, Duke partirá como visitante lejos de casa y en su quinteto inicial saldrán de partida jugadores como Grayson Allen y Luke Kennard. El primero famoso por ser el bad boy de la Conferencia Este, llegando a ser sancionando por su propio entrenador, y el segundo más conocido por ser el mejor tirador de la liga en lo que va de temporada.

El miércoles Duke recorre los 1.000 kilómetros que separan Carolina del Norte y Nueva York para enfrentarse Syracuse. Ahora queda esperar a que pite el árbitro el comienzo de este encuentro para disfrutar del partido y, con un poco de suerte, ver un espectáculo a la altura de una liga que a día de hoy es única en su formato de formar jóvenes talentos tanto dentro como fuera de la cancha.