Óliver Torres celebra un gol con el Atlético de Madrid.

Óliver Torres celebra un gol con el Atlético de Madrid. Gonzalo Arroyo Getty Images

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Óliver Torres, exfutbolista del Atlético de Madrid, sobre su primer sueldo: "Con 15 años me dieron 420 euros mensuales"

Con un sueldo mínimo para cubrir lo básico, Óliver Torres empezó a los 15 años su carrera profesional, respaldado por el enorme sacrificio de su familia.

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A los 15 años, Óliver Torres comenzaba a dar sus primeros pasos en el fútbol profesional.

En aquel momento, su vida giraba entre los entrenamientos y los estudios, pero también empezaba a comprender el valor del esfuerzo y el sacrificio familiar que acompañan a un sueño.

"Mi primer sueldo con el Atlético de Madrid fue con 15 años, que me dieron 9.000 pesos mensuales (420 euros)", recuerda el exjugador en el pódcast de Moris Dieck.

Un sueño familiar

El dinero, según cuenta, no era una remuneración propiamente dicha, sino una pequeña ayuda para cubrir los gastos más básicos: "Era una ayuda para la alimentación y la gasolina".

Sin embargo, esa cifra simbolizaba mucho más. Detrás de esos 420 euros mensuales había una historia de compromiso y amor familiar.

Cuando el Atlético lo fichó, las condiciones no fueron sencillas. "Me dicen que me fichan, pero que realmente no confían en mí como para ofrecerme una residencia para quedarme con ellos", relata.

Esto obligó a su familia a asumir todos los gastos y a tomar decisiones que marcaron el destino tanto de su vida como del de su hermana mayor.

"Mi hermana, con 18 años, se iba a ir a estudiar a otro lado y tuvo que irse a estudiar a Madrid a cuidarme a mí", explica Óliver, que entonces solo tenía 12 años.

Su madre, mientras tanto, tuvo que afrontar un alquiler en una ciudad donde los precios eran altos.

"Mi madre tenía que pagarnos un piso de alquiler en una casa donde el dinero no abundaba mucho... pero a veces ellos se han limitado de cosas para que nosotros viviéramos otra realidad en Madrid", recuerda con gratitud.

Ese sacrificio por parte de sus padres fue decisivo, sumándose al esfuerzo que realizó su hermana.

"Ella se iba a ir a Cáceres con sus amigas, con 18 años, llena de vida... y tuvo que cambiarlo todo por irse a Madrid con su hermano pequeño persiguiendo un sueño", rememora.

Hoy, Oliver Torres mira atrás con orgullo y gratitud: "Todos los sacrificios que hemos hecho han merecido la pena... por eso sé que mi familia es pilar fundamental y que, al final, no es mi sueño, sino el sueño familiar".