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La ciencia lo confirma: el truco para quemar un 10% más de calorías entrenando a esta hora del día sin esfuerzo extra

Un reciente estudio científico demuestra que el cuerpo humano gasta más energía durante una ventana concreta de la jornada.

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¿Y si simplemente cambiando la hora a la que entrenas pudieras quemar hasta un 10% más de calorías sin añadir ni un minuto extra a tu rutina?

No es una ilusión ni un consejo motivacional: la ciencia ha demostrado que el momento del día en el que se realiza el ejercicio influye de forma directa en la eficiencia del gasto energético.

Según un estudio publicado en Current Biology, liderado por la Dra. Jeanne Duffy de la Harvard Medical School, el cuerpo humano quema naturalmente más calorías entre las 13:00 y las 16:00 horas, incluso estando en reposo.

Este hallazgo abre una ventana de oportunidad para quienes buscan maximizar los efectos del entrenamiento sin aumentar la carga física.

El estudio de la Dra. Duffy empleó un protocolo de desincronización circadiana que mantuvo a los participantes aislados de cualquier indicio externo del paso del tiempo durante más de un mes.

El objetivo: observar cómo varía el metabolismo a lo largo del día sin influencia externa. ¿El resultado más impactante?

Durante la tarde, el cuerpo humano puede llegar a gastar unas 130 calorías más sin hacer ningún esfuerzo adicional, en comparación con las primeras horas de la mañana.

Entrenamiento personal

Entrenamiento personal

Esto se debe a dos factores fisiológicos clave: la tasa metabólica en reposo y la temperatura corporal, ambas en su punto más alto durante las horas vespertinas.

La temperatura del cuerpo puede influir hasta en un 7% sobre el metabolismo, tal y como señala el Dr. Kenneth McLeod, de la Universidad de Binghamton.

"Por cada caída de 1 grado en la temperatura corporal, nuestra tasa metabólica puede disminuir en más de un 7%", afirma.

Mayor rendimiento físico

El efecto térmico del ejercicio también juega a favor durante la tarde. Al estar el cuerpo más caliente de forma natural, el metabolismo trabaja con mayor eficacia.

Esto no solo ayuda a quemar más calorías, sino que también mejora la forma en la que el organismo utiliza los nutrientes.

Además, el rendimiento físico tiende a mejorar en ese mismo rango horario: fuerza, resistencia cardiovascular y capacidad de trabajo alcanzan su máximo en la tarde. Esta afirmación no es anecdótica.

La Dra. Karyn Esser, investigadora en cronobiología de la Universidad de Florida, apunta que la eficiencia de las mitocondrias sigue un patrón circadiano y alcanza su punto más alto también por la tarde, lo que refuerza la teoría de que entrenar en ese momento del día es metabólicamente más provechoso.

Imagen de archivo de dos personas en el gimnasio.

Imagen de archivo de dos personas en el gimnasio. iStock.

¿Entrenar por la mañana?

Aunque la ciencia respalde el entrenamiento vespertino para quemar más calorías en reposo y durante la actividad física, la decisión del horario de entrenamiento no debe basarse únicamente en esta ventaja.

Como indica el estudio del Dr. Ricardo Mora-Rodríguez en The Journal of Physiology, entrenar en la mañana puede ser más eficaz para mejorar otros parámetros metabólicos, como la presión arterial o la resistencia a la insulina, especialmente en personas con síndrome metabólico.

Además, al entrenar con niveles bajos de glucógeno -por ejemplo, en ayunas- el cuerpo puede recurrir más fácilmente a las reservas de grasa como fuente de energía, lo que también es una ventaja si el objetivo principal es la pérdida de grasa corporal.

La constancia manda

A pesar de estas diferencias, la clave de todo progreso físico está en la constancia. El fisiólogo Oliver Patrick lo resume de forma clara: "El mejor momento para entrenar es el momento en que puedes entrenar".

De nada sirve optar por el horario fisiológicamente más favorable si resulta incompatible con el estilo de vida o si dificulta la adherencia al plan de entrenamiento.

Tampoco se deben ignorar las preferencias personales, la calidad del sueño, la disponibilidad horaria o el impacto del ejercicio en el bienestar general.

El cuerpo humano responde de manera distinta según el contexto individual, por lo que encontrar un equilibrio entre ciencia y hábito diario es esencial.

La ciencia ha puesto sobre la mesa una oportunidad sencilla y poderosa: entrenar entre las 13:00 y las 16:00 horas puede ayudarte a quemar un 10% más de calorías sin necesidad de aumentar la intensidad o la duración del ejercicio.

Esta ventaja se debe a la sincronía con los ritmos circadianos, que optimizan tanto el gasto energético como el rendimiento físico en ese rango horario.

Pero más allá de esta ventana mágica, la verdadera herramienta para transformar el cuerpo sigue siendo la constancia, adaptando la rutina a la vida diaria, y no al revés.

Porque el mejor entrenamiento no es el más eficiente, sino el que puedes mantener a largo plazo.