Damasco y Moscú dejan a Alepo al borde de la inanición

Damasco y Moscú dejan a Alepo al borde de la inanición Abdalrhman Ismail Reuters

Libros LAS LETRAS CONTRA LAS ARMAS

El secreto mejor guardado de Siria: una biblioteca antibombas

Un reportaje de la BBC revela una biblioteca subterránea en Darayya (Damasco), además de los puntos de lectura para los soldados que se extienden por el frente.

29 julio, 2016 19:19

Noticias relacionadas

Que en plena guerra alguien se dedique a buscar libros en lugar de comida es algo simbólico. Pero que en el frente haya pequeños rincones dedicados a la lectura es algo insólito. En Darayya, en los suburbio de Damasco (Siria), un grupo de jóvenes han creado una biblioteca subterránea para levantar el ánimo de la población.

Darayya ha sido desde el comienzo de la Guerra de Sira un punto caliente, de hecho sufrió una terrible matanza en 2012, el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos afirma que murieron 320 personas en los cuatro días que duró el ataque. Sin embargo, la guerra y el miedo no derrumban las fuerzas de la población. O al menos no lo hace con Anas Ahmad y sus amigos, quienes han fundado una biblioteca recogiendo libros de las casas derrumbadas por la guerra, según informa la BBC.

Las estanterías de la biblioteca se llenaron con libros que un grupo de amigos recogieron de entre los escombros de las casas bombardeadas

Los usuarios de la biblioteca tienen que sortear balas y proyectiles para usarla. Pero los peligros de la iniciativa son parte de la misma desde el principio, según cuenta Anas, que antes estudiaba Ingeniería Civil. Para llenar las estanterías tuvieron que recorrer los escombros que habían dejado los ataques para rescatar libros, cuenta el periodista Mike Thomson.

Desde que Darayya cayó, hace cuatro años, han muerto 2.000 personas, muchos de estos civiles, y se han recogido más de 14.000 títulos. De algún modo la biblioteca ha devuelto un poco de normalidad y esperanza a la población. Omar Abu Anas, otro antiguo estudiante y que actualmente defiende la ciudad, afirma que “los libros nos motivan para salir adelante”. “Queremos ser una nación libre, ojalá que mediante la lectura podamos lograrlo”, cuenta Omar. Para él lee ayuda a reforzar las defensas de la ciudad porque aumenta la determinación de los soldados.

Ofensiva del EI en el norte de Alepo: los yihadistas toman cinco pueblos sirios.

Ofensiva del EI en el norte de Alepo: los yihadistas toman cinco pueblos sirios.

“Dentro de la línea de batalla tengo lo que yo llamo una ‘mini biblioteca’”, narra Omar, que pasa gran parte del tiempo con un rifle en una mano y un libro en la otra. Muchos de sus compañeros también lo hacen y Omar afirma que estos pequeños puntos de lectura están en casi todo el frente. “Cuando he terminado de leer un libro voy a otro punto, lo dejo y cojo otro libro. Es una buena manera de compartir ideas”, narra Omar a la BBC.

La lectura se ha convertido en un refugio para los vecinos de Darayya. Y no sólo un refugio físico, también emocional. Una niña cuenta que aunque pasa casi todo el tiempo dentro de casa, jugar y leer le ayudan a combatir las punzadas que le da el hambre. Otro chico de 14 años se ha ganado el puesto de 'bibliotecario adjunto' por el entusiasmo que le pone al proyecto y el tiempo que pasa allí.

En cierto sentido, la biblioteca me devolvió mi vida. Al igual que el cuerpo necesita alimentos, el alma necesita libros

Pero la biblioteca no sólo ayuda a aquellos que leen por placer, también nutre a los que se han visto desarrollando profesiones que no les corresponden. El hospital de Darayya está lleno de voluntarios que acuden a los libros que Anas y sus amigos han rescatado para saber cómo tratar a los pacientes. Los maestros que dan clases sin serlo, recurren a los materiales de la biblioteca para preparar las clases y los dentistas consultan técnicas que de otro modo no podrían llevar a cabo.

“En cierto sentido, la biblioteca me devolvió mi vida. Al igual que el cuerpo necesita alimentos, el alma necesita libros”, cuenta Abdulbaset Alahmar, otro antiguo estudiante.