Acostumbrados al blanco y negro, una inmersión en color en la historia la convierte en una experiencia más apasionante, más escalofriante, más cercana. La conmoción de subirse al barco de los soldados estadounidenses que están a horas de ser masacrados en el Día D es mayor al descubrir los tonos de sus pieles, los colores de sus ojos temerosos. También hipnotizan más los bailes de la espía Mata Hari al revelarse los brillos rojos y verdes de las piedras preciosas que cubren su cuerpo.  

No es una sensación imaginada, sino lo que produce pasar las páginas de El color del tiempo (Desperta Ferro), una obra ilustrada de la artista brasileña Marina Amaral y el historiador británico Dan Jones que reúne dos centenares de fotografías históricas —retratos, batallas, escenas cotidianas, catástrofes, avances tecnológicos, etcétera— que cronológicamente abarcan un siglo, desde 1850 hasta 1960. Están todos los personajes y acontecimiento relevantes de estas convulsas décadas, que desvelan ahora su verdadera esencia, su rostro real, toda su dureza.

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    Napoleón III, emperador de Francia

    Sobrino y heredero de Napoleón I, Charles-Louis se hizo coronar emperador de Francia en 1852, anhelando recuperar la gloria nacional de principios de siglo. Tomó el III en deferencia al hijo homónimo del corso, que había reinado durante unos pocos días tras la derrota de su padre en Waterloo. "Hay quien dice que el Imperio es la guerra. Yo sostengo que el Imperio es la paz", aseguró durante su coronación. A pesar de ello, embarcaría al país galo en la Guerra de Crimea (1853-1856) y se lanzó a la invasión de Italia (1859). Esta fotografía fue tomada en la década de 1860.

    Marina Amaral / Desperta Ferro
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    La reconstrucción de París

    Cuando todavía estaba en el exilio, Napoleón III soñaba con reconstruir París de la misma forma que Augusto había hecho con Roma. Regresó a Francia en 1848, tras una revolución política contra la monarquía borbónica que proclamó la Segunda República. Las obras demolieron doce mil edificios, crearon acueductos y amplios bulevares y costaron alrededor de 5.000 millones de euros actuales. El cambio de la urbe fue radical. Esta fotografía, tomada por Charles Marville en 1858, refleja los primeros trabajos en la Rue de Constantine con el Palacio de Justicia. Casi todas las construcciones que se ven, desaparecieron.

    Marina Amaral / Desperta Ferro
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    La expansión de los Estados Unidos de América

    Esta imagen retrata a dos potawatomis de las Grandes Llanuras, una de las tribus que fueron expulsadas de sus territorios originarios y reubicadas en Nebraska y Kansas en la década de 1850. La doctrina Destino Manifiesto —el convencimiento de que EEUU estaba predestinado a controlar todo lo comprendido entre la costa atlántica y la pacífica— desembocó en tensiones políticas y guerras de guerrillas entre quienes apoyaban la esclavitud y quienes se oponían. Solo un conflicto a gran escala entre los estados resolvió esta cuestión.

    Marina Amaral / Desperta Ferro
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    La carnicería de Gettysburg

    La batalla de Gettysburg, librada a lo largo de los tres primeros días de julio de 1863, fue la más sangrienta y decisiva de la Guerra de Secesión americana: atajó la invasión del norte proyectada por las fuerzas confederadas y allanó el camino de la Unión hacia la victoria final. El día 5, el fotógrafo Alexander Gardner y su ayudante Timothy O'Sullivan recorrieron los campos y colinas donde había tenido lugar el choque y registraron un paisaje plagado de cadáveres de los miles de soldados caídos por ambos bandos. El color hace de la imagen todavía más estremecedora.

    Marina Amaral / Desperta Ferro
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    Lewis Powell y el magnicidio de Abraham Lincoln

    Puede parecer la fotografía de un modelo, pero es la de un hombre preso que aguarda juicio en un buque de la Marina estadounidense. Su nombre es Lewis Powell, precisamente veterano de la batalla de Gettysburg por el bando confederado, y el 14 de abril de 1865, la misma noche en que el famoso actor John Wilkes Booth, su compinche, descerrajó un tiro en la cabeza al presidente Abraham Lincoln, él trató de asesinar, sin éxito, al secretario de Estado William H. Seward. El fotógrafo fue de nuevo Alexander Gardner, que lejos de presentar a un aspirante a magnicida, conduce a pensar en "la afectada indiferencia de una estrella de rock en la portada de alguna revista de moda".

    Marina Amaral / Desperta Ferro
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    El canal de Panamá

    Se trata de una de las grandes maravillas del mundo moderno, una vía de agua artificial que atravesó el itsmo existente entre Norteamérica y Sudamérica, conectando el Caribe con el Pacífico. Esta fotografía muestra la construcción de una de sus tres gigantes esclusas. En el momento de su inauguración, el 15 de agosto de 1914, fue la mayor obra de ingeniería emprendida por Estados Unidos hasta ese entonces.

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    La guerra filipino-estadounidense

    Cuando Filipinas, la antigua colonia española, pasó a ser dominada por EEUU, se desató un desigual conflicto entre las nuevas fuerzas invasoras y los locales que clamaban por la Primera República filipina. Los estadounidenses asesinaron, violaron, saquearon e internaron a un enorme número de personas, como los fotografiados, en miserables campos de concentración. Aunque los insurgentes no se quedaron atrás y torturaron a sus prisioneros con métodos que incluyeron la crucifixión, el enterramiento o vida o la muerte por exposición a hormigas carnívoras. La guerra se prolongó desde comienzos de 1899 hasta el acuerdo de paz del 1 de julio de 1902, aunque los últimos coletazos de la rebelión se apagaron definitivamente en 1913.

    Marina Amaral / Desperta Ferro
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    El archiduque Francisco Fernando

    El estallido del conflicto más terrible que el mundo había conocido hasta ese momento fue una consecuencia del asesinato de este hombre. El magnicidio del archiduque austriaco Francisco Fernando el 28 de junio de 1914 en las calles de Sarajevo, muerto a manos del nacionalista yugoslavo Gravilo Princip, provocó que Austria-Hungría invadiese Serbia, por lo que su aliado, Rusia, también se movilizó. Alemania declaró la guerra a Francia e invadió a la neutral Bélgica, que sería defendida por Gran Bretaña. En unas pocas semanas, el continente europeo se sumergió en la I Guerra Mundial.

    Marina Amaral / Desperta Ferro
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    El Día de la Victoria sobre Japón

    La fotografía de portada es una de las más célebres de la historia: el beso con el que acabó la II Guerra Mundial. Fue capturada el 14 de agosto de 1945 por Alfred Eisenstaedt en Times Square, donde vio a un marinero que iba por la calle "abrazándose a todas y cada una de las muchachas que veía". Una semana después, la imagen fue publicada en la revista Life, convirtiéndose de inmediato en el retrato más famoso sobre las celebraciones registradas en todo el país al conocerse la rendición de Japón.

    Marina Amaral / Desperta Ferro
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    La boda de Kennedy y Jackie

    La boda del entonces senador y futuro presidente estadounidense John Fitzgerald Kennedy y la reportera Jacqueline Bouvier, celebrada el 12 de septiembre de 1953, fue uno de los acontecimientos sociales del año. El enlace entre "el joven senador más guapo de Washington y la reportera gráfica más preciosa de Washington... acabó por convertirse en lo más impresionante que le ha pasado a la vieja guardia de la alta sociedad en 30 años", escribió un periodista de la revista Life. Tras la ceremonia en una iglesia de Rhode Island, los recién casados y la multitud de invitados lo celebraron en una finca de 120 hectáreas de la familia Auchincloss, la Hammersmith Farm.

    Marina Amaral / Desperta Ferro