'Aníbal vencedor que por primera vez mira a Italia desde los Alpes', de Francisco de Goya.

'Aníbal vencedor que por primera vez mira a Italia desde los Alpes', de Francisco de Goya. Museo del Prado

Arte Pintura fundamental

La primera obra de Goya aumenta la colección del Museo del Prado por 3,3 millones de euros

La Fundación Amigos del Museo del Prado adquiere el cuadro 'Aníbal vencedor, que por primera vez mira Italia desde los Alpes' (1771) y lo dona a la pinacoteca.

14 abril, 2021 13:46

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El Museo del Prado ha recibido la donación de la obra temprana de Francisco de Goya Aníbal vencedor, que por primera vez mira Italia desde los Alpes, adquirida por la Fundación de Amigos de la pinacoteca por 3,3 millones de euros. Se trata de la primera obra documentada del pintor aragonés, una de las composiciones de mayor relieve de su etapa de juventud, y que pertenecía a la Fundación Selgas-Fagalde.

"Hoy es un día extraordinariamente feliz para el museo, este cuadro se incorpora a la colección permanente del museo y lo hace una vez más gracias a la generosidad de la Fundación de Amigos del Museo del Prado", ha destacado Miguel Falomir, director de la pinacoteca.

Hasta ahora la obra pertenecía a la Fundación Selgas-Fagalde, que en el año 2011 la había prestado al Prado. Este cuadro venía a completar una de las escasas lagunas cronológicas de la colección del museo y, fechada en 1771, se convirtió en la primera obra autentificada de Goya que se exhibía en el Prado. El artista la realizó en Roma, durante su estancia de dos años en Italia, para participar en el concurso celebrado por la prestigiosa Reale Accademia di Belle Arti de Parma. Aunque no ganó el premio, el autor de Los fusilamientos obtuvo seis votos y una mención.

La obra 'Aníbal vencedor, que por primera vez mira a Italia desde los Alpes'  expuesta en la sala 35 del edificio Villanueva.

La obra 'Aníbal vencedor, que por primera vez mira a Italia desde los Alpes' expuesta en la sala 35 del edificio Villanueva. Museo del Prado

La obra, comprada como una pintura italiana sin autoría por el fundador de la Fundación Selgas-Fagalde de Asturias a mediados del siglo XIX en Madrid, fue autentificada por Jesús Urrea en 1994 y, un año después, participó en una de las exposiciones programadas con motivo del 175 aniversario de la pinacoteca. El lienzo representa el célebre cruce de los Alpes por el general cartaginés Aníbal y su ejército en su vía de la Península Ibérica a Italia en 218 a.C. para lanzar un ataque contra Roma.

La obra es un ejemplo importante de los primeros contactos de su autor con el mundo académico, en este caso italiano, para abrirse camino profesional. Es también ejemplo de su capacidad para adaptarse a la estética y las convenciones narrativas del mundo académico. Se trata de una de las primeras ocasiones, de las que nos queda testimonio, en las que Goya tuvo que enfrentarse a una composición narrativamente tan compleja, y de un ejemplo tempranísimo de su pintura de Historia basada en repertorios narrativos y no religiosos.

Goya preparó su cuadro en una serie de dibujos en el denominado Cuaderno Italiano, así como, en al menos, dos bocetos al óleo conservados en el Museo de Zaragoza y en una colección particular neoyorquina, lo que confirma la importancia que dio a este proyecto. Refleja, además, varias fuentes de inspiración, de las que Goya se sirvió en Roma, como las obras de Giaquinto o esculturas clásicas como el Apolo Belvedere y el Galo moribundo.

La obra es fundamental para el conocimiento de Goya. Muestra la manera del artista de concebir las figuras en sus futuras pinturas de género o de historia, de organizar el espacio pictórico a través de efectos de luz y de colorido y de definir con perfección las anatomías y las distintas superficies de los objetos. Además, también en la técnica marcada de economía, fuerza y precisión se revela ya la maestría y singularidad del artista.

Análisis de la obra

Según los diversos estudios, pudieron ser razones políticas o, quizá, que los colores no se adecuaban a los utilizados en el momento las razones que explican por qué Goya no se llevó el premio de la Academia de Parma. Aunque se ajustó a las normas que esta institución dictó que debían tener las pinturas presentadas, se saltó algunos detalles. El pintor colocó a Aníbal en primer plano, concediéndole todo el protagonismo, a pesar de que las bases indicaban que el genio de majestuosas alas debía ir delante del héroe, dándole la mano.

"A Goya le interesaba mostrar a Aníbal cuando acaba de pasar los Alpes y se enfrenta a atravesar el río Po, representado iconográficamente por una figura masculina con cabeza de toro o de búfalo", comentaba en 2011 la jefa de conservación del siglo XVIII y Goya, Manuela Mena, para quien uno de los aspectos interesantes de la pintura es la expresión del héroe.

"Su fortaleza casi recuerda la figura de Hércules con toda su potencia y su anticlasicismo. No sabemos si va para delante o para atrás pero mira con ilusión, aunque al mismo tiempo tiene miedo", señaló la conservadora y destacó que los ojos de Aníbal evocan los del soldado protagonista de "Los fusilamientos del tres de mayo".

Otro detalle interesante de la obra es la forma de interpretar al ejército, "que aparece cansado después de atravesar los Alpes. Goya usa tonos azulados y grisáceos para expresar este cansancio". Goya realizó cambios respecto al boceto preparatorio, en el que aparecía un caballo derrengado que apenas se sostenía, y pintó un caballo "que va a seguir adelante".

Algunos de los elementos compositivos que aparecen en esta obra se mantendrían a lo largo de la trayectoria del artista, "como elevar de forma sutil la figura del héroe, representando el resto de las figuras con menores dimensiones", destacó Manuela Mena, quien consideró que Goya demuestra su estudio de la Antigüedad en la representación del casco y las ataduras de Aníbal.

Otro elemento importante "que contradice las afirmaciones de algunos de que Goya no sabía pintar manos, es la perfección del dibujo de estas", según la conservadora. "Todo está perfectamente estudiado en esta obra, fundamental para la colección del museo. Este es Goya recogiendo la sabiduría de los que admiraba".

La donación de Aníbal vencedor, que por primera vez mira Italia desde los Alpes es el primer acto de la conmemoración del 40 aniversario de la Fundación que continuará con la edición de un libro sobre su historia y culminará con una exposición en las salas de la pinacoteca, en la que, por primera vez, se podrán contemplar reunidas las obras donadas por los Amigos del Prado durante sus cuatro décadas de historia.