Billete de 50 yuanes chinos de 1980.

Billete de 50 yuanes chinos de 1980. Museo Británico.

Arte Revolución Rusa

La exposición que demuestra que el comunismo también se rindió al dinero

El Museo Británico conmemora el centenario de la Revolución Rusa con una exposición que muestra la moneda comunista a lo largo de la historia y en diferentes países.

15 agosto, 2017 16:44

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Hace cien años Lenin se hacía con el poder en Rusia, instauraba un nuevo régimen y acababa con el mandato de los monarcas zaristas. Un siglo de la Revolución Rusa que culminó en octubre y dio comienzo al gobierno del líder comunista 

Ahora el Museo Británico conmemora el centenario con una exposición que muestra las monedas comunistas que se usaron durante el gobierno de Lenin. Se exponen monedas, billetes, bonos medallas y afiches que son reflejo del progreso industrial, la productividad agrícola y de la destreza militar.

100 chelines somalíes.

100 chelines somalíes. Museo Británico

Las monedas fueron una forma de expresar los objetivos del régimen y avalar los ideales que defendían. En los billetes se ven agrícolas sonrientes y soldados entusiasmados al lado de intelectuales. Se les presenta en diferentes escenarios y con paisajes reconocidos para mostrar el desarrollo ruso. Desde fundiciones y fábricas hasta campos y ferrocarriles, las monedas y los billetes se convirtieron en el libro que contaban los objetivos del régimen comunista. 

Mujer revolucionaria sobre el billete 

“A pesar de que la moneda se devaluó y se dijo a la gente que no valía nada, los billetes, en particular, llevan algunos de los diseños más gloriosos que jamás se han hecho”, dijo Tom Hockenhull, el conservador de la exposición, a The Guardian.

En la muestra del Museo Británico el recorrido comienza con la moneda rusa, pero da pie a ver cómo diferentes países comunistas utilizaron los billetes y las monedas como medio de expresión. La exhibición incluye un billete de 100 chelines somalíes de 1975 que enseña lo que el país esperaba de las mujeres. Lo querían todo, sobre el papel -de tonos verdosos y morados- una mujer sostiene una pistola, una pala y un bebé. “Esta diciendo a las mujeres que pueden hacerlo todo, lo que ellas quieran, dice que son capaces de asumir papeles diferentes, pero haciéndolo todo”, dijo Hockenhull. 

Arif Heralic fue un trabajador yugoslavo que dedicó sus años a la fundición en el alto horno de Zenica. Heralic formó parte del grupo de obreros fotografiados en sus lugares de trabajo, su cara destacó sobre las demás y se utilizó en los billetes del país durante dos décadas. En Londres se exponen parte de los billetes yugoslavos de esta época.

Afiche expuesto por el centenerio de la Revolución Rusa.

Afiche expuesto por el centenerio de la Revolución Rusa. Museo Británico

La exposición explora cómo funcionaba el dinero durante los regímenes comunistas, “bajo el marxismo no debería haber dinero”, cuenta Hockenhull al periódico británico. “No debería existir. Pero nunca se abolió… ningún estado lo eliminó exitosamente”, continúa. 

Más allá del propio dinero 

La teoría marxista diría que no se debe mantener un estado por su dinero, pero la realidad era que los estados comunistas lo mantuvieron y, además, el diseño era más interesante que la del dinero occidental. 

A menudo se mostraba el desprecio del propio estado por poder del dinero. En la exposición se muestran monedas de la Alemania del Este hechas de aluminio – que eran demasiado ligeras- para expresar el poco valor que tenía.

Arif Heralic en un billete de 1.000 dinares yugoslavos.

Arif Heralic en un billete de 1.000 dinares yugoslavos. Museo Británico

En la muestra también se expone un billete cubano firmado el el presidente del banco nacional Ernesto Guevara. Entre los carteles reproducidos se encuentra un anuncio de la URSS para el banco de ahorros del estado que evita cualquier mención de beneficios, como las tasas de interés, porque las cuentas se consideraban como un beneficio del estado y no algo propio de cada individuo.

Una manera de recompensar a la gente eran las medallas, que siguieron a la declaración de Stalin que decía que “el pueblo soviético ha dominado una nueva forma de medir el valor de las personas… no en rublos, no en dólares, sí según sus hazañas heroicas”. Un ejemplo fue la medalla de oro de la madre heroína de la Unión Soviética que se daba a las mujeres con que tenían diez o más niños.