Apolo vencedor de Pan, obra de Jacques Jordaens. En el Museo del Prado.

Apolo vencedor de Pan, obra de Jacques Jordaens. En el Museo del Prado.

Cultura El secreto de las palabras

Todo lo malo que viene de "Pan": el dios griego que pudo dar nombre a la palabra "pandemia"

"Pan", en griego, significa "todo", y está presente en palabras positivas como "panacea", terribles como "pandemónium" o curiosas como "pánfilo". 

18 marzo, 2020 02:15

Fue el pasado 11 de marzo cuando la OMS declaró el brote de coronavirus “pandemia global”: la palabra impactó desde el comienzo. Es cierto que suena a “desastre global”, a “crisis” severa. Es cierto que genera esa sensación perturbadora de que lo malo está en el aire. Pero ahora que hemos empezado a normalizar su uso -no nos queda otra, al menos hasta que las medidas del Gobierno empiecen a dar sus frutos-, es un buen momento para analizar de dónde viene y qué decimos -en realidad- cuando decimos pandemia.

Por definición, este sustantivo femenino se refiere a una enfermedad de tipo epidémica que se puede propagar en varios países o naciones, o bien que se puede contagiar de manera masiva a odas las personas de una localidad, provincia, región o zona. Esta voz procede de la expresión griega πανδημια, que  aúna “pan” -todo-, “demos” -pueblo- y el sufijo “-ia”, que hace alusión a la cualidad. La palabra “pandemia” apareció en francés y en español en la segunda mitad del siglo XVIII. En latín, a mediados del XVI, cuando médicos griegos siglos después de Cristo usaban el adjetivo “pandémico” para referirse a “lo que afecta a toda la población”.

Curiosidades: documentada en escritos de Platón y Aristóteles, se usaba como sinónimo de “lo público” o “lo que concierne a toda la gente”. En el diccionario español de 1788, se dice que “pandemia” es “el sobrenombre de Venus”. En el de Esteban Terrero y Pando se le adjunta la acepción de “popular, a quien sigue todo el pueblo”.

En 1853, el diccionario de Domínguez le da por fin el sentido médico: “Nombre dado a toda enfermedad que ataca a muchos individuos de un mismo país, y que parece depender de la misma causa”, y vuelve a hacer hincapié en “el sobrenombre de Venus”. En el DLE se elimina esa acepción y adquiere únicamente sentido médico: “Enfermedad epidémica que se extiende a muchos países o que ataca a casi todos los individuos de una localidad o región”, recordando su origen griego que remite a la “reunión de pueblo”.

De "pandemónium" a "pánfilo"

Suele confundirse en el uso cotidiano con “epidemia”, pero ojo: el Diccionario esencial de las ciencias define pandemia como “epidemia que afecta a la vez a gran número de individuos en una amplia zona geográfica”; y epidemia como “presencia de cualquier enfermedad, infecciosa o no, generalmente de aparición brusca, cuya incidencia en una población determinada excede significativamente los niveles habituales en otras poblaciones. Cuando la extensión geográfica es muy amplia o prácticamente universal, recibe el nombre de pandemia”.

“Pan” (todo) entra en la formación de nombres y adjetivos con un sentido de “totalidad” o de “conjunto”, según indica la Fundéu: de ahí términos como panamericano, pangermánico, panafricano, paneslavo, panislamismo o panarabismo, junto a otros de uso menos frecuente, como pandemónium (reunión de demonios) o pancromático (película fotográfica sensible por igual a todos los colores del espectro).

También aparece en pancromático, panhelenismo, panofobia o panteísmo. Pangea: "antiguo continente que formaba la totalidad de la tierra emergida". Más bonitas, aún, palabras como “panacea” -que significa “remedio universal”- o “pánfilo”: esta última, al mezclar “pan” (todo) y “filo” (amigo o amante de) alude al cándido -o al tonto, al bobalicón- que todo lo ama, al que todo le viene bien, al complaciente, al inocente.

El dios griego Pan

Algo más: el semidiós Pan era el protector de los pastores y los rebaños en la mitología griega. También el de la fertilidad y la sexualidad masculina, por su extraordinaria potencia y apetito sexual. Perseguía por los bosques a las ninfas, sediento de sus encantos, como un Dioniso auténtico. Bastante pesado, hay que decirlo: las ninfas Pitis y Siringa se transformaron en pino y en cañaveral sólo para huir de sus acosos.

Era cazador, curandero y músico. Fue todo un outsider en el panteón (otra palabra que viene de "pan": templo dedicado a todos los dioses) griego: no gozaba de muchas simpatías en su región, por eso se refugió en los bosques, en las cuevas y en las fuentes de la Arcadia, protegiendo a los seres rurales como él. Su aspecto era inquietante: mitad hombre, mitad cabra. Así lo representaban: cubierto con una turbia mata de pelo, sin piernas, sólo con patas que acababan en pezuñas. Sobre su frente, dos cuernos, que a pesar del terror inicial que generaban, acabaron siendo interpretados como una señal de astucia. Dicen que le divertía aparecerse por las noches, generando "pánico" -miedo causado por Pan, miedo causado por algo desconocido- entre los habitantes.