Cultura

Dragon Ball Z: Kakarot, el mejor homenaje a una serie que vive su segunda juventud

El juego basado en el emblemático manga-anime recrea con mucho acierto la historia de Goku, que más de 30 años después sigue emocionando.

27 enero, 2020 08:04

"Pero tú siempre has sido distinto. No luchas para ganar, ¡luchas para seguir superando tus límites!". Nadie definió mejor a Goku que su eterno rival, Vegeta, durante el último combate de Dragon Ball Z. Porque la serie creada por Akira Toriyama no es sólo un cómic de peleas, es una historia de superación. Y qué mejor género de videojuegos para trasladar esa idea al medio que el rol, con progreso constante de los personajes.

Dragon Ball parece vivir una segunda juventud. No sólo por la popularidad de Super, la secuela directa de la serie, sino por su atino al saber usar la licencia en los videojuegos. Dragon Ball FighterZ, que este domingo cumplió dos años a la venta, fue el mayor exponente de ello, siendo un juego de lucha potente incluso sin depender de la licencia que llevaba en el nombre.

Ahora tocaba cumplir un viejo anhelo: crear un juego de Dragon Ball con escenarios abiertos que explorar en tres dimensiones y con una base de rol, un género muy ligado a los aficionados al manga y al anime. La responsabilidad de ello cayó en manos de CyberConnect2, en la que Bandai Namco confió tras su éxito con Naruto para desarrollar Dragon Ball Z: Kakarot.

Algo que nunca se había hecho de esta manera. Parecía un imposible encajar una serie lineal en un juego así. Pero se ha hecho. ¿Cómo? "Intentando proporcionar la mejor experiencia de sentirse como Goku", a los mandos de un juego, según cuenta a EL ESPAÑOL Ryosuke Hara, productor del título.

"Aunque el juego no es un mundo abierto, hemos diseñado cada una de las áreas lo suficientemente grandes como para volar alrededor yendo muy rápido, interactuando con diferentes personajes conocidos de Dragon Ball, cazando, peleando dinámicamente sin límites, y básicamente experimentando cómo sería el jugador si fuera Goku", explica.

Dragon Ball en vena

Lo cierto es que estos escenarios están repletos de actividades con identidad propia, que encajan dentro del mundo ideado por Toriyama o Toei Animation. Ya sea recolectando las Bolas de Dragón o recogiendo coleccionables que cuentan la historia previa a la llegada de Raditz a la Tierra, cuando comienza Z y donde se inicia el juego.

Nada parece fuera de contexto. Ese animal que caza el jugador o ese dinosaurio al que derribar para conseguir objetos están sacados de las infancias de Goku o de su hijo, Gohan. Incluso muchos de los personajes que simplemente caminan por las ciudades están basados en diseños de la serie.

Dragon Ball Z: Kakarot cuenta incluso con la música del anime para intentar que todos se sientan en la piel de Goku, algo que puede no significar lo mismo para todos. Con esa idea jugó uno de los anuncios del juego. En palabras de Hara "todos tienen su propia imagen diferente de lo que significa ser Goku". "Uno puede pensar que se trata de luchas épicas contra enemigos imparables. Otro, que que se trata de comer como un loco. Y otro puede pensar que se trata de tomarlo con calma y viajar por el mundo en automóvil o la nube Kinton", añade.

Una de las claves del juego pasa por ese espíritu de Goku que le mueve a superarse una y otra vez. Hara afirma que "las peleas en Dragon Ball Z no siempre son justas" ya que "los adversarios de Goku a menudo comienzan con un nivel de poder mucho más alto, por lo que para ganar tiene que contar con la ayuda de sus amigos y entrenar para convertirse en un luchador más fuerte".

Esa visión es difícil de transmitir en juegos que cuentan con multijugador, a diferencia de este, que se centra sólo en la historia para un jugador. "Los principales villanos del juego pueden superar las capacidades de Goku, lo que te da la sensación de que te enfrentas a enemigos verdaderamente imparables", afirma el productor.

Giros de guión

Las peleas de Dragon Ball a menudo han eclipsado lo bueno de su argumento. Está repleto de giros de guión para mantener una tensión constante. Y el juego cuenta su historia de manera casi milimétrica a la serie de televisión.

Esto incluye las ausencias de Goku, que son constantes y habituales. Al poco de empezar Dragon Ball Z, y el juego, el saiyan muere y acaba un año entrenando en el más allá. Nada más resucitar y tras una dura pelea debe pasar una temporada hospitalizado. Una vez recuperado, y tras viajar a Namek, pasa año y medio fuera aprendiendo una técnica de una raza alienígena. Tras prepararse durante años para un combate, vuelve a morir, sin regresar al mundo de los vivos durante siete años.

Toriyama se las ingeniaba para que la historia fuera equilibrada y no centrarla exclusivamente en el protagonista, sintiéndose como toda una aventura. Es por ello que el juego da protagonismo a otros de los personajes míticos como Gohan, Piccolo, Vegeta o Trunks. El resto de los 'guerreros Z' son personajes de apoyo que ayudan en las peleas.

Es otra de las sensaciones que sabe ofrecer un juego dedicado a todos aquellos que han emulado los movimientos de hacer un Kame Hame Ha, a los que se han puesto el secador en el pelo para parecer un "super guerrero", o a los que han querido reunir fuerza extendiendo las manos al cielo.