Hernández y Abascal.

Hernández y Abascal.

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Vox utiliza al gran poeta 'rojo': cuando Abascal 'robó' versos a Miguel Hernández (sin citarle)

El líder de Vox ha escogido el único poema que puede refrendar su ideología política: llama a los jóvenes a las armas... pero el poeta lo escribió en el 37. 

5 marzo, 2019 08:24

Las referencias culturales de Abascal para reforzar su discurso político siempre acaban sorprendiendo, ya desde aquel octubre de 2018 en el que pinchase -tan eclécticamente- en Vistalegre a Nino Bravo, Ricky Martin, Café Quijano, Nena Daconte y Coque Malla, para disgusto de este último, que aclaró que su No puedo vivir sin ti lo había escrito como himno gay. El votante medio le conoce más filias al líder de Vox: desde La Reconquista a la figura de Blas de Lezo, comprometiéndose incluso a ir a buscar personalmente a Mel Gilbson para que ruede una película sobre la historia del almirante.

Su última performance lírica se dio en el acto celebrado el pasado viernes en el antiguo Pachá de Madrid, un evento diseñado para atraer el voto joven. Refiriéndose al colectivo que organizó el encuentro, explicó que ellos eran “los artífices de que Vox haya resistido” tras “años de travesía por el desierto”. Y lanzó la perla: “La juventud siempre empuja, la juventud siempre vence y la salvación de España de su juventud depende”. No citó al autor, pero estos versos son del poeta rojo Miguel Hernández y pertenecen al poema Llamo a la juventud.

“Si cada boca de España, / de su juventud, pusiese / estas palabras, mordiéndolas, / en lo mejor de sus dientes: / si la juventud de España, / de un impulso solo y verde, / alzara su gallardía, / sus músculos extendiese / contra los desenfrenados / que apropiarse España quieren, / sería el mar arrojando / a la arena muda siempre / varios caballos de estiércol / de sus pueblos transparentes, / con un brazo inacabable / de perpetua espuma fuerte”, escribió el maestro de Orihuela.

El único poema de Hernández que encaja en Vox

Hay trampa: se trata de un poema nacionalista-españolista de Hernández, que bien puede encajar en el ideario de Vox, por extraño que parezca. Ojo a esta estrofa: “Si el Cid volviera a clavar / aquellos huesos que aún hieren / el polvo y el pensamiento, / aquel cerro de su frente, / aquel trueno de su alma / y aquella espada indeleble, / sin rival, sobre su sombra / de entrelazados laureles: / al mirar lo que de España / los alemanes pretenden, / los italianos procuran, / los moros, los portugueses, / que han grabado en nuestro cielo / constelaciones crueles / de crímenes empapados / en una sangre inocente, / subiera en su airado potro / y en su cólera celeste / a derribar trimotores / como quien derriba mieses”. 

Escribe el poeta a esos “cuerpos rebeldes” de los “españoles dignos que al yugo no se someten”: “Llegaron a las trincheras / y dijeron firmemente: / ¡Aquí echaremos raíces / antes que nadie nos eche! / Y la muerte se sintió / orgullosa de tenerles”. Ahí sus alusiones al honor, al luchar hasta el final, al yacer por la patria, al abonar la propia tierra. “Juventud solar de España: / que pase el tiempo y se quede / con un murmullo de huesos / heroicos en su corriente”. Sigue instando a la guerra a los chavales bravos: “Reluce por los collados, / y apaga la mala gente, / y atrévete con el plomo, / y el hombro y la pierna extiende”.

O: “Sangre que no se desborda, / juventud que no se atreve, / ni es sangre, ni es juventud, / ni relucen, ni florecen (…) La juventud siempre empuja / la juventud siempre vence, / y la salvación de España / de su juventud depende”. Hernández canta a “la muerte junto al fusil / antes que se nos destierre, / antes que se nos escupa, / antes que se nos afrente”.

Lo cierto es que la vehemencia del poeta no es comparable a la del líder de Vox por una sencilla cuestión de contexto: Miguel Hernández escribió estos versos en 1937, en plena guerra civil española, mientras que Abascal los rescata en 2019, tratando de avivar una reyerta que no existe, intentando crear incendio.

"Hijos de puta ansiosos de politiquerías"

De hecho, el poeta amaba este país pero odiaba a los políticos del Régimen. Recuerden su declaración de intenciones en Madre España: “Abrazado a tu vientre, ¿quién me lo quitará, / si su fondo titánico da principio a mi carne? / abrazado a tu vientre, que es mi perpetua casa, / ¡nadie!”. Sentimiento hondo y cálido contrarrestado con la ferocidad de Los hombres viejos: "Hijos de puta ansiosos de politiquerías, / publicidad y bombo, se corrigen la frente / y preparan el gesto de las fotografías". Delicias como "Venís de la Edad Media donde no habéis nacido" o "Los veréis sumergidos entre trastos y coños / internacionalmente pagados, conocidos: / pasear por Ginebra los cojones bisoños / con cara de inventores mortalmente aburridos".

Para ir cerrando con un significativo: "A veces de la mala digestión de estos cuervos / que quieren imponernos su vejez, su idioma; / que quieren que seamos lenguas esclavas, siervos, / dependen muchas vidas con signo de paloma". Abascal se ha quedado con el Hernández que le conviene, con el poema que le refrenda, sin que sea representativo del pensamiento del escritor ni de su ideología política: el niño de Orihuela se apoyó en su amistad con Pablo Neruda para transformarse ideológicamente, se alistó como voluntario en el Quinto Regimiento (de tendencia comunista), contrajo matrimonio por lo civil (toda una declaración de principios), llegó a ser comisario político militar del Partido Comunista, fue el mejor amigo de César Vallejo tras conocerle en el II Congreso Internacional de Escritores Antifascistas y compartió cárcel con Buero Vallejo.

Su biografía y su obra desmienten a Abascal y su intento de apropiación. Quizá Hernández se convierta en el nuevo Machado, esto es, en el poeta del que todos los espectros políticos tiran e intentan usar como argumento de autoridad. Es fácil imaginarle resoplando: "Tengo estos huesos hechos a las penas, y a las cavilaciones estas sienes...".