Iñaki Urdangarin, durante su entrevista en 'Pla seqüència', en La Cat, este jueves, 11 de diciembre.

Iñaki Urdangarin, durante su entrevista en 'Pla seqüència', en La Cat, este jueves, 11 de diciembre.

Famosos 'Pla seqüència'

Iñaki Urdangarin: "En la cárcel perdí más que la libertad. También a uno de los amores de mi vida, la infanta Cristina"

El exduque ha concedido este jueves, 11 de diciembre, su primera entrevista personal en televisión y lo ha hecho en La 2 Cat, junto a su amigo Jordi Basté.

Más información: Iñaki Urdangarin publicará sus memorias, 'Todo lo vivido': "Durante muchos años, mi vida fue contada por otros"

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E Iñaki Urdangarin (57 años) por fin ha hablado. Este jueves, 11 de diciembre, ha llegado el gran día para el eduque de Palma. Se ha estrenado en La 2 Cat, el canal autonómico de RTVE, el espacio Pla seqüència, con Iñaki como gran protagonista.

El exbalonmanista ha roto su silencio en su primera charla en televisión. Lo ha hecho junto a su gran amigo Jordi Basté (60). En esta suerte de interviú habla el Iñaki más personal; el hombre, la persona lejos de los títulos palaciegos y su vinculación con Casa Real.

Esta producción, se ha aclarado desde RTVE, se ha desarrollado "sin interrupciones, sin edición y sin montaje". Iñaki se sincera como nunca, y sus declaraciones no han dejado indiferentes a nadie. Comienza Iñaki la charla asegurando que está en un buen momento.

Iñaki Urdangarin, durante su charla.

Iñaki Urdangarin, durante su charla.

Sostiene que su vida transcurre entre Vitoria y Barcelona, y, por tanto, el catalán está muy integrado en su vida. "Catalunya sigue siendo un lugar de mi infancia. Mis hijos son catalanes, pasé por el Barça y mi vínculo es muy importante".

"Hoy para mí es un momento clave en mi vida, una etapa diferente. He tenido una vida extraordinaria, de diferentes eventos. Quiero sacar el Iñaki persona".

Dice que el Urdangarin de hoy es un hombre en paz, que ha tratado de empezar de cero y está lleno de ilusión con los proyectos que tiene en camino.

Conviene puntualizar que el exduque fue condenado a cinco años y diez meses encerrado por prevaricación, fraude, tráfico de influencias y dos delitos contra Hacienda.

Admite hoy que lloró "muchísimo" durante los primeros tres meses en prisión. "No se lo deseo a nadie", subraya.

Urdangarin explicándose ante Basté en La 2 Cat.

Urdangarin explicándose ante Basté en La 2 Cat.

"En la cárcel perdí más que la libertad. También a uno de los amores de mi vida, la infanta Cristina", sostiene en un punto de la conversación.

"Fue un periodo muy duro, lo pasamos -la Infanta y él- muy mal durante todo este periodo, y tuvo consecuencias. Y sabe mal, porque es una mujer a la que quiero mucho", ha afirmado Urdangarin.

Sobre sus hijos, destaca Iñaki que está se "agradecido" y "orgulloso" de todos ellos, porque son un  "ejemplo de resiliencia". A colación de sus vástagos, en medio de la conversación el exduque se anima a llamar por teléfono a Pablo (24), que sigue los pasos profesionales de su padre.

El joven interviene en el programa por videollamada y asegura que ser el hijo de Iñaki Urdangarin nunca le ha supuesto ningún peso. Antes al contrario; se siente feliz y ve en su progenitor un ejemplo en el campo del deporte

Renglón aparte merece el momento en que Iñaki habla de su madre, Claire (90), y de todo lo que sufrió en aquel tiempo que su hijo estuvo privado de libertad: "Ella me conoce, al igual que mis hijos. Saben que es imposible que el padre o el hijo tuviera voluntad de delinquir".  

Pablo Urdangarin, durante su intervención.

Pablo Urdangarin, durante su intervención.

El exjugador de balonmano revela que su arrepentimiento radica en cómo asumió su condena: "No estoy orgulloso de cómo gestioné emocionalmente mi situación", dice.

"Pasé un bucle negativo y preocupé a la gente que estaba fuera", admite en un punto determinado de la entrevista.

Durante los casi mil días que pasó en prisión, recluido en un módulo de mujeres en Brieva (Ávila), tuvo que mantenerse en forma como pudo, principalmente pedaleando en una bicicleta estática.

Recuerda con gratitud la calidad humana de los funcionarios que lo atendían y cuenta que su experiencia fue la de un "castigo doble", especialmente duro durante la pandemia, cuando las restricciones por la covid endurecieron aún más el encierro.

Tras cumplir la pena y recuperar la libertad, asegura que se sintió como "un Iñaki nuevo" y admite que el regreso a la vida fuera de la cárcel fue complejo.

Iñaki Urdangarin, al final de la entrevista.

Iñaki Urdangarin, al final de la entrevista.

Habla de un proceso marcado por la "estigmatización", aunque afirma que, con el tiempo, la percepción a su alrededor se ha ido suavizando y hoy nota que su presencia en la calle se vive ya con mayor normalidad.

Continúa sincerándose: "La gente no me conoce mucho, he sido discreto. En la vida te ponen muchos filtros". 

"Estoy en una fase muy creativa, emocionante, cogiendo un nuevo ritmo, al lado de mis hijos. Quiero ayudar a otra gente a desarrollarse", resuelve, cargado de esperanza, y mirando al futuro.  

Curso en la cárcel 

El centro penitenciario de Brieva es, en general, una prisión exclusiva para mujeres, pero cuenta con un pequeño pabellón o módulo para hombres que llevaba años en desuso antes de su llegada.

Urdangarin eligió voluntariamente esta prisión, entre otras razones, por cuestiones de seguridad y por su tranquilidad.

"Por mi seguridad, era estar en aislamiento. Tenían un módulo que estaba vacío y querían que me quedara allí. Fueron mil noches dentro".   

En esos primeros tres meses encerrado, notó que se estaba "rompiendo" emocionalmente y, para salir de esa situación, pidió hacer "un curso de bienestar emocional".

Se matriculó en un máster de psicología del coaching por la UNED y se sacó el título de entrenador personal, un aprendizaje que le permitió "gestionar el estrés, la tristeza".

También le ayudó a salir del bache el hecho de poder entrenar con una bicicleta estática y "leer muchos libros y cartas", tanto de la familia como de amigos y de gente desconocida que "empatizaba" con él.

También encontró solaz en la escritura; plasmaba en unos cuadernos lo que le venía a la cabeza.

También recuerda con Basté el día de la sentencia con detalle: "Estaba comiendo con Cristina en Ginebra. Yo había trabajado 16 años para darle la vuelta a las acusaciones. Hasta el último momento pensamos que podíamos lograrlo". 

Iñaki y el rencor

Una de las partes más duras de pasar por prisión y ser condenado, afirma Urdangarin, es la aceptación de la situación: "Aceptar dónde estás, aceptar la oportunidad que tienes, y aceptar que estarás mucho tiempo".

Sostiene Iñaki que ha hecho un repaso honesto por todo lo que le llevó hasta la cárcel.

Tras la aceptación, llega el rencor. "Tienes que entender que esto no te ayuda", expresa. "El rencor es un tema que debes trabajar en prisión", añade. Afirma que quedó en el centro penitenciario, una vez cerró la puerta.