
Rocío Carrasco junto a su hija, Rocío Flores, en un fotomontaje de EL ESPAÑOL. Gtres
Rocío Carrasco y su hija, Rocío Flores, se reencuentran en el juzgado tras 13 años sin verse: este es el importante motivo
El 27 de julio de 2012 madre e hija coincidieron por última vez, después de un duro y desagradable incidente entre ambas en la casa de la hija de la Jurado.
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La mañana de este lunes, 23 de junio de 2025, es especialmente difícil, dolorosa y muy complicada para Rocío Carrasco (48 años) y, también, para su hija, Rocío Flores (28). Tras 13 años sin verse, madre e hija se han reencontrado y lo han hecho en los juzgados.
Ambas han protagonizado un cara a cara en la Audiencia Provincial de Madrid, donde Rocío madre y Rocío hija han llegado a primera hora de la mañana para declarar como testigos en el juicio contra la productora La Fábrica de la Tele -actualmente La Osa Producciones-.
El litigio gira en torno a la demanda interpuesta por Rocío Flores por la difusión de datos y documentos personales cuando era menor de edad, en el marco del documental Rocío: contar la verdad para seguir viva, emitido en 2021 en Mediaset España.

Madre e hija, en las inmediaciones de los juzgados, este lunes, día 23. Gtres
A su llegada al juzgado, la hija de Antonio David Flores (49) ha aparecido acompañada de su abogado, con semblante serio, luciendo un vestido lencero blanco y gafas de sol, mientras que su madre ha accedido sola y vestida con un elegante traje y tacones.
Las imágenes captadas en la entrada reflejan la tensión de este reencuentro, en el que ambas partes defienden posiciones opuestas. Por un lado, Rocío Flores ejerce la acusación junto a su letrado, reclamando una indemnización civil de un millón de euros por daños morales.
Rocío Carrasco y Rocío Flores, nuevo cara a cara ante el juez: Su tenso reencuentro
Flores hija señala un presunto ánimo de lucro por parte de la productora. Por otro lado, la hija de Rocío Jurado comparece como testigo clave en defensa de la productora, que sostiene que la difusión de la información se realizó con su consentimiento como tutora legal de su hija entonces.
El tribunal deberá determinar si existió o no consentimiento válido para la difusión de los documentos judiciales confidenciales relativos a Rocío Flores, así como si la productora incurrió en un delito de revelación de secretos agravado por la naturaleza de los datos y su exposición pública.

Rocío Carrasco, saliendo de los juzgados. Gtres
La resolución de este caso podría sentar un precedente sobre los límites entre el derecho a la información y la protección de la intimidad de los menores en el ámbito mediático.
A la salida del juzgado, la hija de La más grande ha optado por la discreción y el silencio ante las preguntas de la prensa: "Todo bien (...) Yo sé que lo tenéis que preguntar, pero yo no os voy a decir nada, chicos, de verdad. Sé que estáis aquí con el solano y lo siento mucho".
La esposa de Fidel Albiac (52) ha evitado, además, confirmar si durante el juicio se ha producido algún cruce de miradas o gesto de acercamiento con su hija. Escuetamente, Carrasco ha deslizado: "No os voy a contar nada, de verdad".
Eso sí, ha acompañado sus palabras con un pequeño gesto de cabeza que dejaba claro que, por el momento, no ha habido acercamiento entre madre e hija.
La historia entre Rocío Carrasco y su hija Rocío Flores es una de las más complejas y mediáticas del panorama español. Lo que comenzó como una relación madre e hija aparentemente normal, terminó convirtiéndose en un distanciamiento profundo.
Un quiebre, marcado por el silencio, los tribunales y una exposición pública sin precedentes, que encontró un claro punto de inflexión el 27 de julio de 2012. Ese día, en su casa de Valdelagua, en Madrid, Rocío madre relató cómo su hija, presuntamente, la maltrató.
Aquel suceso, durísimo, rompió en dos todo vínculo afectivo entre ellas. "Hoy por hoy, no puedo verla. Y la persona que lo quiera entender que lo entienda y quien no quiera, que no lo entienda", manifestó Rocío Carrasco en su documental.