Nacho Palau (51 años) continúa su vida con tranquilidad en el pueblo de Chelva, desde que de forma sorprendente el 16 de octubre de 2018 se conoció la separación del escultor y Miguel Bosé (65). Una historia de amor que duró 26 años y que era desconocida para el público. Desde entonces ambos se enfrentaron en los tribunales por el futuro de sus cuatro hijos -Telmo, Diego, Ivo y Tadeo-, pues dos de ellos permanecen con el cantante en México, y los otros dos con Nacho en España. 

A pesar de los reveses que ha experimentado en la vida, el escultor valenciano siempre aparece con una sonrisa y lucha por salir adelante con esfuerzo y optimismo. Cuando se instaló en Chelva tras su convivencia con el artista de Amante bandido en Centroamérica, comenzó a trabajar como cocinero de una residencia de mayores, también trabajó en una fábrica de embutidos La Zanzonía, donde fue además repartidor por un sueldo muy humilde. Pero este otoño de 2021 le ha regalado volver a su profesión más vocacional. Vuelve a utilizar las manos para esculpir y crear en el taller Perandres&Palau, donde de momento da forma a platos y cuencos decorativos de cerámica.

Nacho Palau, junto a sus hijos en la playa. Redes sociales

Pero siempre que tiene tiempo libre -además de pasarlo con sus hijos jugando, descubriendo rincones en la naturaleza o visitando la playa- intenta ayudar a sus vecinos de Valencia. Además de sentirse orgulloso de lo que tiene que ofrecer su tierra, Nacho Palau siente cierto agradecimiento a la comunidad que le acogió tras casi tres décadas volando por el mundo junto a Miguel Bosé. Precisamente por las distintas oportunidades laborales que le han ofrecido sus vecinos para sacar adelante a su familia, el escultor parece sentirse en deuda por la generosidad recibida y se lo devuelve aprovechando su visibilidad como personaje público.

El artesano impulsa el trabajo de sus conciudadanos mostrando en sus redes sociales las maravillas de su comunidad. Desde hace un tiempo, Nacho dedica prácticamente un día a la semana para dar a conocer a sus seguidores de Instagram las virtudes que se pueden encontrar alrededor de la capital valenciana. Esta última semana, Palau ha visitado la bodega familiar de Rebollar Ernesto Cárcel, para conocer la historia del vino Cárcel de Corpa, cuya elaboración se realiza muy cerca de su casa. Desde sus Stories de Instagram, el escultor ha querido mostrar el trabajo que hay detrás de cada botella y dar a conocer a las personas que se encargan de esta ardua labor.

Pero una semana antes, en lo que Nacho Palau quiso hacer hincapié fue en las calles, los monumentos, la oferta cultural y gastronómica que se puede encontrar en Valencia. Recorrió las calles de los barrios más especiales de la ciudad, visitó la zona de los bares más emblemáticos del centro y acabó la jornada acudiendo al Teatro Talia, donde pudo ver la obra Rita.

Son gestos generosos por parte de Nacho que no han pasado desapercibidos para sus seguidores en las redes. Sin embargo, también tiene tiempo para autopromocionarse y mostrar al mundo sus obras de arte. Sus platos de cerámica están a la venta y no duda en venderlos ante sus más de 10.000 followers para que estas navidades sean sus creaciones uno de los regalos estrella.

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