Puede que la gastronomía inglesa no tenga mucha fama por la peninsula, pero lo cierto es que ni se alimentan a base de Fish and Chips ni todo es tan malo como parece. No es que fuese especialmente barato, pero cuando viajé a Londres disfruté comiendo. Gran parte fue gracias a la llamada cocina internacional, pero también hubo recetas locales que me enamoraron.

Una de ellas fueron los famosos Hash Browns, una torta de patata rallada que se fríe con un poco de aceite y se sirve en el desayuno. Es uno de los elementos típicos del desayuno inglés, pero también se suele preparar en Estados Unidos.

Como todo lo que lleva patata, los Hash Browns están deliciosos y se preparan en un pis pas.

Cómo hacer Hash Browns en casa

Hacer Hash Browns en casa es de lo más sencillo pero hay que tener en cuenta algunos detalles si queremos que queden perfectos.

1. Pelamos y rallamos las patatas

Foto por Asier G. Morato

Una vez esté rallada la patata, las colocamos sobre papel de cocina o un trapo para eliminar todo el agüilla que puedan tener. De esta forma nos aseguramos de que queden bien crujientes. También aprovechamos para salpimentar la patata rallada.

2. Lo hacemos vuelta y vuelta en una sartén

Foto por Asier G. Morato

Bajamos el fuego a fuerza media y dejamos que se dore durante unos 5 minutos. Cuando se haya creado una costra dorada le damos la vuelta y cocinamos hasta que quede crujiente. El tiempo que tarde en cocinarse dependerá del grosor. Si usas una sartén de gran tamaño podrás extenderlo más y necesitarás menos tiempo para que se cocine por fuera y por dentro.

Ideal para el desayuno

Foto por Asier G. Morato

Para los españoles es poco común pegarse unos desayunos tan potentes. Al menos en casa puesto que cuando vamos a un hotel todos llevamos el plato a rebosar. No tienes que avergonzarte si un día te apetece pegarte un buen homenaje a primera hora del día.

Tanto si tienes una mañana movida por delante como si vas a salir de excursión al monte no dudes en hacerte unos Hash Browns y acompañarlos de huevos fritos y alguna salchicha. ¡Nada de ir con el deposito vacío!