A veces me complico demasiado. Le doy demasiadas vueltas a las cosas porque quiero superarme cada vez más, en casi cualquier aspecto de mi vida, así que en la cocina no podía ser menos; el día menos pensado me pongo a desestructurar y a esferificar y me quedo sola.
Por eso, a veces se me olvida que en ocasiones los mejores placeres están en las cosas más simples. Como este flan que os traigo hoy, el de huevo de toda la vida, el que hacían nuestras madres, el que recibíamos como un premio, el que sabe a tardes de domingo y a dibujos animados. Ese.
Preparación
La cosa no puede ser más fácil, simplemente mezclamos todos los ingredientes del flan en un bol grande, así de sencillo. Para la mezcla puedes ayudarte de tu robot de cocina, o bien de unas varillas eléctricas. A mano con un batidor manual también sale, eso sí, asegúrate de no dejar ni un grumito.
Reservamos la mezcla y mientras preparamos el caramelo y los moldes.
Si no te quieres complicar, usa caramelo líquido del que ya venden hecho. Ahora, si quieres la medalla de cocinillas “pro”, prepara un cazo antiadherente y echa los ingredientes del caramelo, pon a calentar a fuego medio y remueve sin parar hasta que el azúcar se caramelice y adquiera ese particular tono dorado.
¡OJO!, hay que estar muy pendiente y usarlo en el momento, ya que guarda mucho calor y aún cuando lo apartemos del fuego sigue cocinándose y puede incluso quemarse. Tan pronto adquiera su tono dorado tan característico retiraremos del fuego y verteremos sobre los moldes.
Una vez tenemos los moldes caramelizados (ya sea con caramelo casero o industrial), vertemos la mezcla del flan que teníamos reservada y hornearemos al baño maría a unos 190º. El tiempo dependerá del horno, pero estará entre los 45 minutos y una hora.
Si durante el horneado vieras que la capa de arriba se tuesta demasiado, puedes interrumpir la cocción para colocar una lámina de papel de aluminio sobre los moldes y evitar que se doren demasiado. Continúa el horneado por el tiempo restante.
Cuando termine, deja enfriar durante unas horas y cómetelo cerrando los ojos y pensando en cosas bonitas 😀
NOTA: Puedes darle un toque diferente cada vez, si a la mezcla de flan le añades ralladura de naranja o de limón, extracto de vainilla, un chorrito de café… prueba tú mism@
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Resultado
Un postre sencillo pero que nunca defrauda.